Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

lunes, 30 de enero de 2023

LA PROPUESTA DEL GOBIERNO NO DA SALIDAS REALES A LA CRISIS

El nuevo mensaje a la nación de la presidenta Dina Boluarte, emitido la noche del 29 de enero, deja más preguntas que tranquilidad y mucho menos da salidas reales a la crisis de su gobierno que ya se extiende por más de 50 días. Con un Congreso de espaldas a la realidad nacional y un gobierno que no quiere aceptar su renuncia como mecanismo de salida política, el Perú ingresa a una nueva semana de movilización permanente.

Por: Henry Córdova Bran


La señora Boluarte una vez más se dirigió al país para decir nada. O lo que es peor, para seguir faltando el respeto a todo un pueblo. 

Ni una sola mención de las dos muertes ocurridas en la jornada de protestas del 28 en Lima, que además ha sido una de las más violentas en términos de represión policial, por el contrario, continúa con el discurso de manifestantes violentos que atacan a la policía.

Luego, dice Boluarte que la pelota del adelanto de elecciones está en la cancha del Congreso, y que sí el Congreso no aprueba un cronograma para el 2023 el Ejecutivo dará dos decretos legislativos con un cronograma electoral para este año. De poco sirven estos "ultimátum" a un Congreso que está abiertamente en contra y de espaldas al país y que es uno de los responsables de esta crisis. Realmente suena más a paseo este tira y jala, como la ida de Otarola al Congreso hace unos días para luego también salir a decir nada, excepto el bono para la policía que debe haber caído bien en esos fueros porque el 28 vaya que reprimieron con renovados ímpetus, no sé esperaba otra cosa con tamaños incentivos del gobierno. 

Lo que se espera, señora Boluarte cada vez que usted anuncia un mensaje a la nación es que diga que renuncia y que tenga la decencia de admitir que se equivocó, que le quedó grande el momento histórico, que la derecha o el poder o lo que sea que le haya sucedido antes o después de ponerse esa banda presidencial, la extravió y ese extravío suyo nos ha costado a todos, y lo que es peor, ha manchado de sangre el país, más de 60 familias han quedado fatalmente enlutadas y miles de heridos aún intentan sin ningún apoyo del gobierno superar este momento. Su extravío, señora, ha polarizado el país y ha envalentonado a esa derecha cavernaria que resurgida de entre las miasmas de lo peor de nuestra historia ha vuelto a hacer lo que mejor sabe, imponer a fuego, balas y muerte su poder y su Estado criollo y centralista, poniendo una vez más como tantas veces al ejército y a la policía contra el pueblo, historia conocida y tantas veces repetida en estos 202 años de República. Ese poder del que usted es ahora rehén y títere, señora Boluarte lo empieza a pudrir todo nuevamente, como el Fujimori de los 90 y cuidado, usted es rehén pero no es una de ellos y en cualquier momento le darán la espalda, le bajarán el pulgar en este coliseo romano que ha vuelta ser el Perú y usted enfrentará sola el juicio de la historia, del pueblo y el de la justicia.


El segundo decreto que anuncia Boluarte tiene que ver con dejar la tarea al próximo Congreso electo para que la Comisión de Constitución haga una reforma total de la Constitución y cree que así está atendiendo el reclamo de tener una nueva Constitución. Esta leguleyada señora Boluarte es hasta ofensiva para los pueblos y pervierte el espíritu del reclamo nacional. No es el documento de una nueva Constitución lo que se exige, sino la conformación de una Asamblea Constituyente popular y de amplia representación de los pueblos y organizaciones sociales para que discutan y propongan un nuevo pacto social en el Perú, no se trata solo de redactar títulos, capítulos y artículos, se trata de infundir un nuevo espíritu a nuestro pacto social, un espíritu amplio que corresponda con nuestro tiempo y con nuestras aspiraciones de ser un país distinto que supere las taras de nuestra República que nació inconclusa y que hoy nos toca seguir construyendo. Ésta es una aspiración genuinamente democrática de los pueblos y con los pueblos y no una tarea que tengan que realizar en el Congreso los mismos partidos y la misma clase política que nos ha arrastrado durante décadas a una crisis política, social, económica y de representación que ahora son ya insostenibles.


Renuncie señora Boluarte y en el escaso pudor que le pueda quedar, como un gesto final de su autoridad como presidenta, que usted ha desprestigiado y manchado, exija que el Congreso conforme una nueva mesa directiva para que ésta convoque a elecciones en el más inmediato plazo posible, y llame a las fuerzas del orden a deponer la violencia contra todo un pueblo que no ha dado sino muestras de dignidad, coraje y resistencia durante más de 50 días que se mantiene en permanente movilización, pese a los asesinatos, violencia y terror con la que han intentado quebrantar su voluntad. Eso no lo paga la minería informal ni lo asuza un MOVADEF, ni mucho menos lo promueve una macabra y oscura agenda retorcida de monstruos inventados. No, señora Boluarte, 50 días de movilización nacional se explican desde la dignidad, desde el amor por el país, aquí señora Boluarte hay miles de patriotas, que como antaño en los momentos más épicos de nuestra historia vienen desde los pueblos más lejanos del país a defender el Perú.

jueves, 2 de julio de 2020

EL ESTADO HA MATADO AL APU SANTIAGO MANUIN

Por: Henry Córdova Bran


El Apu Santiago Manuin, uno de los líderes más representativos de la nación awajún, un Waimaku como denominan en su pueblo a un líder que ha tenido la visión del Ajútap, ha fallecido el día de ayer en un hospital de Chiclayo, afectado por el Covid19.

Pero si bien el virus del Covid 19 ha resultado letal para la salud del Apu Santiago no explica del todo la pérdida irreparable de este gran líder, defensor inagotable de la Amazonía y de los derechos humanos. Al Apu Santiago Manuin lo ha matado el Estado peruano, lo ha intentado matar muchas veces y con él ha intentado doblegar a las naciones indígenas de la Amazonía.

Cuántas veces atacó el Estado a Santiago Manuin, a la nación awajún, a la nación wampis y a todos los pueblos indígenas de la Amazonía. El Estado vestido de decretos que buscaban explotar sus territorios sin consultarles y que obligó a los indígenas a movilizarse el 2009 y tomar la curva del diablo luego de agotar todas las posibilidades de diálogo que ni el Congreso ni el Ejecutivo de Alan García quisieron oir.

El Estado vestido de orden policial frente a la “imperdonable insolencia” de un pueblo indígena que tomó una carretera para defender sus derechos y que García, Simon, Aráoz y Cabanillas ordenaron desalojar a fuerza, fuego y balas aquella mañana del 5 de junio del 2009. Ocho balas recibió ese día el Apu Santiago, ocho balas del Estado que hicieron creer que aquella mañana había sido la última para él. Sin embargo, las balas no pudieron arrancarle la vida, por primera vez un hospital de Chiclayo lo recibía para salvarle la vida. Y así fue.

El Estado se vistió luego de sistema de justicia y quiso imponerle una condena de cadena perpetua al hombre que lideró a un pueblo en defensa de la Amazonía, y el Apu Santiago junto a más de 50 de sus hermanos indígenas tuvo que enfrentar un juicio largo que lo obligaba a trasladarse constantemente a Bagua desde Santa María de Nieva, pese a que su salud estaba resentida. En un hecho histórico, la sentencia de Bagua por el caso de la curva del diablo falló a favor de los indígenas, reconociendo que el derecho a la defensa del territorio estaba por encima del derecho al libre tránsito por la toma de la carretera.

Hoy el Estado se vistió de incompetencia sanitaria. Hace más de 100 días que se declaró de emergencia en el país a causa del Coronavirus. En 100 días el Estado no ha sido capaz de establecer protocolos claros de contención del virus para los territorios amazónicos y no ha tenido la capacidad de establecer sistemas de atención eficientes para los pueblos indígenas que ya están contagiados del Covid 19. ¿Cómo se explica que el Apu Santiago Manuin haya tenido que ser trasladado hasta un hospital de Chiclayo para ser atendido? Es decir que tuvo que ir primero 6 horas de Nieva a Bagua, dónde tampoco se cuenta con lo necesario para este tipo de atención y ante la gravedad de su situación tuvo que ser trasladado, tras 9 horas de camino, a Chiclayo. Una verguenza, pues Nieva es capital de provincia y debería contar con la capacidad de atender los casos que allí se presenten. Pero se nos están muriendo los hermanos indígenas en la Amazonía.

Ahora el Estado quiere vestirse de condolencias y palmaditas en la espalda. El Ministerio de Cultura dice que se preocupó por la salud del Apu Santiago y que buscó estar en comunicación con sus familiares; pero el MINCUL no dice que fue inoperante para establecer protocolos para los pueblos indígenas frente al Covid 19, ese era su papel y no lo hizo a tiempo. La señora Molinelli, presidenta de EsSalud dice en un twitt que lamenta el deceso de santiago Manuin y que recibió la atención debida en un hospital de EsSalud de Chiclayo; lo que no nos dice es que la atención debió recibirla no en Chiclayo, ni siquiera en Bagua, sino en Nieva, y lo que no nos dice es que en casi toda la Amazonía el sistema de salud no está preparado para atender a los pueblos indígenas.

Habrá tiempo para recordar y mantener viva la sabiduría y el ejemplo que fue el Apu Santiago Manuin a lo largo de toda su vida. Hoy una vez más, con su último aliento nos lanza quizá el grito más alto para señalar una vez más la responsabilidad del Estado en la muerte de los pueblos indígenas. Nos toca exigir al gobierno que disponga de manera inmediata los recursos necesarios para atender a los pueblos indígenas en sus territorios y con las eficacia que la situación exige.

Hasta siempre Waimaku Santiago Manuin Valera.

viernes, 24 de abril de 2020

A propósito del día de la tierra ¿ERA NECESARIA UNA CRISIS SANITARIA PARA QUE EL PLANETA RESPIRE?

Por: Henry Córdova Bran
Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático

El 22 de abril recordamos una vez más el día de la Tierra. En un contexto de crisis sanitaria y de señales de un “respiro del planeta” conviene preguntarnos si era necesario llegar a esto para darnos cuenta. Creemos que no.

Por décadas, desde hace más de 40 años, se ha venido advirtiendo sobre el riesgo de que la temperatura del planeta se incremente en 1.5ºC o hasta 2ªC, y de los impactos que esto generaría en el equilibrio de la vida del planeta. Por décadas se ha advertido sobre el riesgo que tiene también para el equilibrio de nuestro planeta el uso desmedido de combustibles fósiles o la deforestación de nuestros bosques y lo irracional de continuar con nuestras costumbres de consumo.

Se nos ha advertido eso y mucho más, pero no hicimos caso.

A puertas de ingresar a la segunda década el siglo XXI la comunidad científica a nivel internacional emplazó a los gobiernos de todos los países a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% en un plazo hasta el 2030 o no habría retorno para frenar la crisis climática.

Ni siquiera el Acuerdo de París firmado el 2015 termina de ser suficiente, ya que, en las últimas cumbres internacionales se han venido postergando las negociaciones y decisiones más importantes para que el Acuerdo se concrete de manera clara. Todo este panorama bajo la fuerte presión de los grandes negocios de los combustibles fósiles y de los principales países petroleros del mundo que a la par resultan ser los más contaminantes. Se ha llegado incluso a negar la evidencia científica de la crisis climática. Prueba de ello es el retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París, hecho que se hará efectivo en noviembre de este año.

Nuestra realidad hoy

Si las alertas de la comunidad científica eran preocupantes hace algunos años, hoy sabemos que las predicciones, que no son precisamente profecías sino predicciones basadas en evidencia científica, han quedado cortas. Tanto es así, que la misma comunidad científica experta en materia de cambio climático del IPCC afirmó el año 2019 que para alcanzar la meta de no elevar la temperatura a más de 1.5ºC el 2030 los países en todo el mundo deberían triplicar sus compromisos de reducción de GEI, y si queremos evitar que la temperatura sobrepase los 2ºC los compromisos deberían quintuplicarse.

El reconocido ecólogo peruano y experto en temas ambientales Ernesto Ráez Luna, en un reciente estudio realizado para el Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático-MOCICC, ha recopilado datos recientes en materia climática. En él se advierte, por ejemplo, que “los gobiernos planean producir 50% más combustibles fósiles al 2030 de lo que sería consistente con un calentamiento indeseable de 2ºC y 120% por encima del escenario recomendado del 1.5ºC”.

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Cambio Climático PNUMA, citado por Ráez, afirma que las emisiones totales de GEI en 2018 alcanzaron una cifra sin precedentes de 55.3 GtCO2e. En otros datos, se registra que “cinco ciudades mayores en EEUU emiten metano al doble de la tasa inicialmente estimada” o que “la pérdida de bosques intactos entre 2000 y 2013 produjo emisiones de CO2 seis veces mayores que lo estimado anteriormente”.

Asimismo, la venta de automóviles conocidos como SUV entre el 2010 y el 2018 elevaron las emisiones anuales a más de 700 millones de toneladas de CO2, “más de dos veces las emisiones anuales del Reino Unido y Holanda combinadas”.

La crisis sanitaria y la crisis climática

Se ha dicho erróneamente que la crisis sanitaria del Covid19 era necesaria para que el planeta tome un respiro a las actividades humanas contaminantes y depredadoras. Algo que se puede palpar, ver y medir de manera concreta. Los ciudadanas y ciudadanas, especialmente en las ciudades podemos ver los cielos más limpios y sentir el aire más puro.

Lo cierto es que no es un buen mensaje esta afirmación y no es lo que los luchadores y las luchadoras ambientales en todo el planeta hubieran deseado. La relación entre la crisis sanitaria y la crisis climática no es la existencia de una para el alivio de la otra.

La crisis climática requiere en principio una respuesta firme de toda la comunidad internacional para tomar la decisión de transitar a un cambio de la matriz energética que busque la erradicación del uso de combustibles fósiles, que detenga la deforestación de los bosques, entre ellos nuestra Amazonía, que se reduzcan las emisiones de GEI en los niveles que la ciencia ha recomendado, medidas programas y controladas en el lapso de tiempo que nos queda de 10 años y que no implique los impactos repentinos que el Covid19 ha generado en un lapso de 15 semanas en todo el mundo.

En todo caso, si algo relaciona a la crisis sanitaria con la crisis climática es el sistema económico y social que es hegemónico en casi todo el planeta. El mismo sistema económico que negó por décadas las alertas de la crisis climática, es el que ha negado la necesidad de un sistema de salud pública universal de calidad y con los presupuestos y recursos humanos suficientemente preparados y equipados para afrontar situaciones como ésta. El mismo sistema que reproduce las desigualdades sociales y que quiere condenar a las y los trabajadores a afrontar los efectos económicos de la cuarentena sin los recursos suficientes para ello, mientras les otorga a los empresarios, que acumularon riqueza durante décadas, beneficios y opciones para desproteger a sus trabajadores.

A lo que nos debe llevar la crisis sanitaria y la crisis climática es a un debate de fondo para encarar el futuro próximo de otra manera, donde la salud de todas las personas, el equilibrio del planeta y la justicia social y económica sean los pilares de nuestra sociedad. Ese es nuestro reto.

viernes, 8 de marzo de 2019

Cronwell Jara: ESTE PREMIO ME ENCUENTRA EN PLENA MADUREZ LITERARIA


Por: Henry Córdova Bran

El escritor piurano Cronwell Jara Jiménez fue anunciado esta semana como el ganador del premio Casa de la Literatura Peruana 2019, premio que han recibido escritores como Vargas Llosa, Oswaldo Reynoso, Carmen Ollé, Edgardo Rivera Martinez, Carlos Germán Belli, entre otros. Sin duda, un orgullo para Piura.

Cronwell Jara, recibe nuestra llamada desde su casa en el Rimac, acaba de salir del sueño que le ha regalado su infaltable “siesta piurana”. Nos dice que, para él, el premio es terminar una novela o un cuento, que en todo caso el premio será una excusa para celebrar con los amigos. Para nosotros, es también una excusa para volver a acercarnos a ese universo que es la literatura de Cronwell Jara.

Usted mencionaba que esta noticia la recibió con alegría primero, pero también con algo de tristeza por no poder compartirlo con sus padres y su abuela. Sin embargo, ¿en qué momento de la vida lo encuentra este reconocimiento?

Creo que me encuentra en plena madurez, no solamente por la edad, que es lo que menos cuenta, sino con la práctica que tengo en la escritura

La madurez Literaria

Claro, a eso me refiero, porque domino las técnicas como yo lo deseaba cuando era muy joven y ahora ya las tengo y me siento contento. Los cuentos y las novelas son como retos para mí, de vida o muerte, o me matan o yo mato, y eso de que me matan no es tan en broma ya me pasó con la primera novela casi me mata de verdad

Es verdad usted mencionó que luego de Patíbulo para un caballo y las Huellas del puma su salud se resquebrajó

Sí, porque no sabía yo que tenía que alimentarme bien, bien papeado, buenas proteínas y buen alimento, y yo escribía más que comía y estaba mal eso.

¿Qué tan febril era esa época de escritor joven buscando escribir Las Huellas del Puma que lo llevó a ese ritmo de escritura?

Bueno en una época yo sentía que podía dar mucho, de hecho, cuando hacía Patíbulo para un caballo se me venían, por asociación de ideas, muchos cuentos y al día hacía cuentos chiquitos, grandes o poemas y al día hacia hasta 14, muchos de ellos se han publicado, era febril, delirante, alucinado, en la plenitud del vigor de la energía y estaba recién entendiéndome con las técnicas. Ahora también, no me faltan las ganas de escribir y lo hago; si Patíbulo me costó cinco años haciéndola y revisándola, la última, Patio de letras, me ha tomado ocho meses, y tiene las mismas páginas, pero me sale con la fluidez, pero con más locura, pero ya no he sentido esa fatiga ese cansancio, porque el dominio de las técnicas me ha facilitado.

Usted ha mencionado que hay dos momentos importantes en su vida, su infancia en que los cuentos de la abuela y apoyo de sus padres para respaldar su idea de ser escritor y el segundo momento es San Marcos, el ingreso al mundo académico

Imagínate la importancia de la familia en tu formación emocional, en tu visión de mundo, de vida, todo lo que aprendí con ellos, hasta cuando a eso de los 8, 10, 12 años, entendí todo lo que me contaban, todo lo que yo oía eran las historias orales de mi padre, de mi madre y abuela en un ambiente de risa, jolgorio, del disfrute de contar, con sus picardías, sus risas y sus reflexiones y la seriedad con que contaban y también cómo se reían; eso que te estoy diciendo lo he sentido en “El mundo es Ancho y Ajeno” de Ciro Alegría, ese arte de contar maravilloso que tenía, es uno de los grandes narradores que tenemos. Lo mismo dije yo, yo quiero ser así, alegre, chispeante en mis cuentos, y así son los 24 cuentos de Las huellas del puma, en la sierra de Piura, porque allí estaban las historias como me las contaron mis padres. Yo tenía pocas lecturas.

¿Quiénes eran sus autores de juventud?

Te vas a reír, Bécquer, Ciro Alegría, Diez Canseco, Albújar

Su padre conoció a López Albújar

Eran conocidos y mi padre lo veía y conversaron alguna vez; era flaco, espigado, huesudo, zambo y bien tacaño, dicen que recibía  a muchos muchachitos en su casa y los muchachitos veían como él tomaba su café y comía su pan con mantequilla y nunca les invitó nada jajaja, seguramente para que se vayan rápido, eso me contaba mi viejito, lo admiraba; y bueno mi papá como me vio entre libros me trajo una vez “Las mil y una noches”, aunque me aburrieron un poco, lo que sí me gustó fueron unas enciclopedias donde estaban las biografías de grandes personajes, como Miguel Ángel, García Lorca, allí conocí a Lorca, Machado y las fábulas que son fórmulas narrativas muy ingeniosas.

Y ya en San Marcos ¿con qué se encontró?

Ya ahí  me jodí, porque me encontré con los semiólogos, la semiótica, que me aburrieron como no te imaginas, pero ahí estaban también las clases de Hildebrando Pérez sobre la literatura oral y entendí ahí el valor de los cuentos de la abuela, de mis padres, yo pensé que eso era sin importancia pero Hildebrando hablaba de la importancia de la narración oral de la filosofía, de otro mundo, de una cultura que no es la académica, de la narrativa oral entonces dije “yo tengo cosas que contar”

Usted vuelve siempre que tiene ocasión a Piura, incluso a Santo Domingo, ¿Sigue encontrando esa oralidad que ha sido tan importante en su literatura?

Ya no porque ya se fueron el tío Pantaleón, murió, la tía Agripina Jiménez murió, la tía Chona murió, mis primos algunos han muerto, otros se han ido, ya voy a la sierra y me encuentro prácticamente con poquita familia, parentela dos o tres primos, pero se están muriendo y me apena, pero aún así, por ejemplo, mi primo Blas Jiménez él me ha seguido contando historias o pasajes como la luna y el arcoíris que es uno de los cuentos más bonitos que tengo; así como jugando aparecen las historias.

Hay escritores que son recreadores de historias y hay quienes son creadores de universos, ¿en su caso considera que hay un universo Cronwell Jara?

En lo mío hay de todo, hay historias que me cuentan o trozos, fragmentos, pasajes, retazos que a mí me fascinan, entonces yo tengo que hacer un trabajo de recompostura del rompecabezas; por ejemplo, yo de niño escuché un cuento sobre la niña que quería la luna que la contaba la señora de mi barrio de buenos aires, nos pedía veinte centavos para contarnos sentados en la arena, y cuando fui adulto reconstruí la historia de tal manera que le agregué personajes, situaciones anécdotas, después me enteré que ese cuento existe en la oralidad de Portugal, salió también “El perro Chimu que se enamoró de la luna” porque un profesor me dijo “usted conoce la historia del perro que se enamoró de la luna” y con el título hice mi cuento. Todos los narradores somos creadores en ese sentido, también tengo historias puras, aunque eso de crear de la nada también es falso siempre salen de algún lugar y así es José María Arguedas, y Ciro Alegría, y Rulfo.

Usted dicta y hace talleres de cuento en distintos lugares y el Perú tiene una tradición del cuento desde Valdelomar, Clemente Palma, ¿qué posibilidades para el cuento ve usted?

Yo veo que hay dos tendencias, a través de mi experiencia como lector de los cuentos del Copé y como jurado de la derrama magisterial. La primera tendencia es la de los capitalinos, y no por tirria, ni nada; sino que tratan de crear historias de tendencia cosmopolita, hablando del peruano que está perdido por Barcelona, New York, o que vuelve al Perú, como que se quieren internacionalizar, graso error porque por más que estén bien escritos, por más que tengan cierto nivel de inteligencia, no resultan, porque el verdadero cuentista parece que está siempre en las provincias y en las provincias la cuentística está despertando con una fuerza inusitada y muy seria, muy creativa y competitiva, uno de ellos es Ítalo Morales del Aullar de las hormigas, de Trujillo, donde muestra la brillantez, su ingenio, también hay otros como Jorge Tume, donde se respiran cuentos del fondo de la raíces de la tierra, de la costa; Darwin Bedoya en Puno, que tiene tremenda habilidad para narrar, también tenemos a Carlos Rengifo y a Fernando Carrasco y Yoshiro Chávez, que van a dar mucho que hablar.

¿Qué es lo que viene para Cronwell Jara?

Ahorita está saliendo “Esopo esclavo de la fábula”, una reedición, también está saliendo un libro que siempre he esperado, más de 40 años, “El manifiesto de la joda” con más de 160 cuentos breves y largos, son la locura creativa, lo oscuro, lo raro, la crítica al sistema, del juego loco y desquiciado que tienen los artistas para la creación, y estoy contento. También la nueva versión de “Patíbulo para un caballo”

Patio de Letras es un tema recurrente en sus últimas reuniones

Patio de letras ya lo terminé, estoy puliendo. Hay quienes me decían “ya no vas a tener otro patíbulo”, pero este Patio de letras se lo lleva de encuentro por el lenguaje, por las vivencias, las historias y la trascendencia, porque hablo de los problemas políticos, sociales del 70 al 90, con todo lo que pasamos en la universidad, recuerda que la universidad es la patria chica; es el país en chiquito; y hay linchamientos, violaciones, secuestros y decapitaciones que se han visto; pero también hay amores. Hay la preocupación de los protagonistas por la creación, la poesía, el cuento. Allí están María Emilia Cornejo, Juan Ojeda, Paco Bendezú, Washington Delgado; en mi camino, pues, han estado Eleodoro Vargas Vicuña, Manuel Scorza, de todos ellos hablo.

También hablo de la toma del colegio de Bentin, será como una Ilíada, pero de nuestros días, se relatan batallas; también la del 5 de febrero del 75, cuando Lima fue asaltada por todos los barrios, robada, incendiada, saqueada. Yo estuve en medio de esas peleas, en Lima mataban, aparecían un rochabus y las tanquetas y metían balas y eso describo, esa locura, la gente se llevaba muebles, sofás, librerías que fueron saqueadas.

¿Este relato lo hará desde el realismo o desde el mismo mundo mágico de Faite por ejemplo?

Es con el lenguaje de Faite y de Patíbulo, no puedo hacer, no me gusta el realismo, los personajes mientras están viviendo están enamorados, tratan de crear, en ese momento todo era el caos, el desorden, el fin del mundo, esto está en Bosch, “El Jardín de las delicias”. Narro esa época, converso con María Emilia Cornejo, vi como linchaban a los Hora Zero, vi como sacaban a escupitajos a Mito Tumi, también estaba Roger (Santivañez) y ellos protegían para que no maltraten al negro Verástegui y a Jorge Pimentel, y todo eso lo movió Carmona, eso me dijo el negro Verástegui y yo lo viví.

viernes, 22 de febrero de 2019

LOS CONVENIOS ENTRE LA POLICÍA Y LAS EMPRESAS DE INDUSTRIAS EXTRACTIVAS


Por: Henry Córdova Bran

Acaba de publicarse y presentarse el informe “Convenios entre la Policía Nacional y las empresas extractivas en el Perú”, elaborado por EarthRight International (ERI), el Instituto de Defensa Legal (IDL) y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH); en este informe se analiza la naturaleza de estos convenios, sus efectos en el uso y abuso de la fuerza pública sobre los derechos humanos, especialmente de las poblaciones cercanas a los proyectos extractivos; además se denuncia su inconstitucionalidad frente al Estado y su inconvencionalidad frente al derecho internacional.

Entre el 22 y el 27 de mayo del 2017 se celebró en Buenos Aires el 162 Período Extraordinario de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Durante la sesión, las tres instituciones mencionadas de manera conjunta con la Plataforma Interinstucional de Celendín – Cajamarca, “manifestaron su preocupación por lo que consideran la grave situación de los derechos humanos en dicho país como consecuencia de la implementación de una política extractivista que habría dado lugar a violaciones de derechos humanos y a la concesión de gran parte del territorio nacional.” Según se lee en el informe de la CIDH. Asimismo, menciona que “se informó de lo (que) consideran como privatización de la fuerza pública, indicando que se han formalizado una serie de convenios entre las empresas privadas y la policía nacional en las dos últimas décadas.”

A partir de allí se inició el trabajo de elaboración de un informe que analice estos convenios entre la Policía Nacional del Perú y muchas de las empresas extractivas, mineras, de hidrocarburos, gasíferas, entre otras, que existen en nuestro país. Como resultado, el informe señala que entre 1995 y el 2018 se ha identificado la existencia de 138 convenios de prestación de servicios extraordinarios celebrados entre la Policía Nacional del Perú y las empresas extractivas.

Según se lee en el informe publicado esta semana, la firma de estos convenios fueron posibles gracias a la existencia de un marco legal que desde hace 20 años “faculta a la PNP pactar acuerdos con empresas privadas con el fin que efectivos policiales presten sus servicios como agentes de seguridad privada en las instalaciones y áreas de influencia de los proyectos extractivos, a cambio de una contraprestación económica.” Este marco legal se establece desde el Decreto Supremo 005 del Ministerio del Interior del año 1994 y se institucionaliza en el 2002 con la Ley Orgánica de la Policía Nacional del Perú Ley Nº 27238; el 2006, se afianza con la Ley del Régimen del Personal de la Policía Nacional del Perú, Ley Nº 28857 “que permitió en forma explícita la prestación de servicios extraordinarios complementarios, individuales e institucionales por efectivos policiales en servicio, de franco o vacaciones”.

Convenios bajo la lupa

Volviendo al informe de la CIDH de junio del 2017, se menciona que, ante la demanda sobre los convenios entre la PNP y las empresas extractivas, el Estado Peruano manifestó su posición: “En cuanto a los convenios con las fuerzas policiales, el Estado indicó que en la actualidad sólo uno se encuentra vigente, cuyo término vence en agosto de 2017. Sostiene que nunca se ha presentado una acción de inconstitucionalidad en contra de la normativa que autoriza la celebración de convenios”.

Sin embargo, después de junio del 2017, según el informe sobre los convenios entre la policía y las empresas extractivas, entre el 01 de octubre de ese año y el 3 de julio del 2018, se han suscrito 29 convenios entre la PNP y diferentes empresas extractivas, los cuales están vigentes hasta la fecha. Además, lo que no dijo el Estado y que el informe de los convenios refiere, es que, pese a que por lo general los convenios tienen un promedio de dos años de duración, éstos se renuevan casi inmediatamente, en ocasiones, sin mediar documento de por medio. Es importante resaltar que entre estos 29 convenios que están vigentes se registran algunos en Piura: el convenio entre la Corporación Nacional de Petróleos de China CNPC Perú S.A. que el 2014 compró los activos de Petrobras en el Perú y que se dedica al rubro de hidrocarburos y gas natural, suscribió el convenio con la PNP el 1 de octubre del 2017; de la misma manera, Savia Perú S.A también dedicada al rubro de hidrocarburos y gas natural, suscribió el acuerdo con la PNP el 4 de diciembre del 2017; 14 días más tarde, es decir el 18 de diciembre del 2017, la empresa Sapet Development Perú INC, del rubro de hidrocarburos, firmaría un convenio similar con la PNP. Hay además dos convenios firmados con PetroPerú uno del 19 de enero del 2018 y otro el 30 de marzo del 2018 que involucra a las regiones de Loreto, Amazonas, Cajamarca, Lambayeque y Piura.

Sobre los convenios, el informe menciona que es cuestionable que la policía desvirtúe su función de mantener el orden público en una situación de conflicto y pierda imparcialidad al recibir una contraprestación económica de una de las partes del conflicto, en este caso, la empresa. Así, se ha verificado que desde el 2010 hasta el 2018, la PNP ha recibido por estos convenios más de 45 millones de soles, y que además en muchas ocasiones se establece que los policías que prestan este servicio deben usar su uniforme oficial y en muchos casos incluso su armamento reglamentario.

Algunos policías consultados para la presente nota que pidieron la reserva del caso, mencionan que no todos en la institución ven con buenos ojos estos convenios. Mencionan, además, que por lo general son efectivos de divisiones especiales como la DIROES (Dirección de Operaciones Especiales)  los que son enviados a estas “misiones” cuando son solicitados, incluso no solo cuando están de vacaciones, sino cuando están en servicio “estos patas no caminan con arma corta, van con arma larga porque aducen que van a zona de conflicto, pero sin embargo, están recibiendo dinero del Estado, más dinero de la empresa y más sus viáticos, mira por ejemplo el caso de la señora de Cajamarca, la luchadora social (se refiere al caso de Máxima Acuña) cuántas veces son estos propios efectivos que les paga la empresa los que la violentan” refiere uno de los policías. El malestar también va por el lado de las divisiones internas que se genera al interior de la institución, entre los policías “de comisaría” y los de las “divisiones especiales”.

Sobre los convenios vigentes, el informe establece que casi todos tienen un mismo estándar. En su análisis, el informe concluye que “los convenios deslegitiman la función policial. Las razones son múltiples, pues para empezar representan la privatización de la función policial, que se ve desnaturalizada y orientada a la protección de intereses corporativos en vez de los de la colectividad”.

Asimismo, concluye que estos convenios son inconstitucionales “La conducta discrecional de la PNP, que se arroga la capacidad de comercializar sus servicios, es arbitraria y, por tanto, inconstitucional a la luz del ordenamiento jurídico”  y agrega que “se devela una violación del derecho a la igualdad y no discriminación, que afecta principalmente a las personas que viven en las zonas de influencia directa e indirecta de los proyectos extractivos, y, de manera particularmente grave, a los pueblos indígenas y los defensores y defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente” razón por la que estos convenios incumplirían el marco del derecho internacional al que está suscrito el Perú.

La publicación de este informe debe llamar a un debate sobre la pertinencia, legalidad y legitimidad de estos convenios en un país en el que, según la Defensoría del Pueblo, existen 199 conflictos sociales, de los cuales, el 80% son de naturaleza socioambiental.

Un andamiaje para la criminalización de la protesta

En un corto diálogo que tuvimos con el Dr. Juan Carlos Ruíz Molleda del Instituto de Defensa Legal y uno de los autores de este informe, nos refirió algunas situaciones que se desprenden de lo que se conoce a partir de esta investigación.

“Venimos haciéndole seguimiento al tema porque es una de las patas de este andamiaje institucional que permite la criminalización de las protestas” comienza diciendo el Dr. Ruíz para situar el tema en el fondo del asunto, señalando que los convenios y la participación de la policía a cambio de una prestación económica predispone a los efectivos a actuar contra los líderes sociales y a la población que en una situación de conflicto reclaman frente a lo que consideran abusos de parte de estas empresas.

Además, menciona que si bien es cierto que hasta el momento no existe un pedido de inconstitucionalidad se viene trabajando en ello, aunque no es un proceso fácil; sin embargo, “Independientemente que nosotros lo pidamos las normas que el estado promulga deben respetar el ordenamiento jurídico, ese es el tema. Un convenio como estos es inconstitucional y no por retórica, la Constitución reparte competencias, un juez no puede detener, eso le corresponde a la policía; asimismo, no le corresponde a la policía cuidar una empresa minera de manera específica” dice el abogado de IDL. A pesar de que aún no hay un pedido de inconstitucionalidad, sí existe una demanda de amparo contra el convenio Glencore-policía, demanda que ya está en el Tribunal Constitucional a la espera de sentencia y que de ser favorable conseguiría que se inaplique esa norma y se deshaga el convenio.

Finalmente Ruíz Molleda alertó que los convenios generan también problemas al interior de la Institución de la PNP “el tema de fondo es que privatizas el orden interno, generas desconfianza porque el Estado debe ser imparcial, el daño es tremendo, socavas la legitimidad de la policía, se presta a corrupción espantosa, incluso se sabe que hay policías que le dan los primeros ingresos a los generales, todo se convierte en un círculo perverso”.

Se puede ingresar al informe completo en el siguiente enlace:

https://earthrights.org/wp-content/uploads/Informe-Convenios-entre-PNP-y-empresas-extractivas.pdf?fbclid=IwAR1CV8lTeM9HB2S9mYmuGm2nrhhtV52_6QbA3EkGRy16APdC2eDWybfYhmE

jueves, 13 de diciembre de 2018

EL PERIODISMO Y LA CRÍTICA DECOLONIAL


Por: Henry Córdova Bran

Hace una semana, aproximadamente, estudiantes de la escuela de Comunicación de la Universidad Nacional de Piura, me invitaron a compartir una charla sobre “Nuevos horizontes del periodismo, hacia una crítica decolonial”, me parece importante que desde la universidad se discutan temas como éstos, muchas veces ausentes en los cursos y planes de estudio, por eso, comparto algunas reflexiones de lo que compartí aquel día.

Al iniciar la presentación del tema les repartimos a los estudiantes una imagen en la que teníamos a cuatro personajes como un ejercicio de reconocimiento. Los estudiantes no tuvieron inconvenientes para reconocer a Alan García y Mercedes Aráoz, pero sí para reconocer a las otras personas de la imagen. Se trataba de dos líderes indígenas, Santiago Manuin, uno de los Apus más respetados de la nación Awajun y Wrayz Pérez, Pamuk de la nación Wampis; dos naciones que estuvieron presentes en los hechos de la curva del diablo el 5 de junio del año 2009, durante el gobierno de García y en el que Aráoz era ministra de Estado. Solo escudriñar en esa imagen y todo lo que existe a su alrededor como significado y como repercusión para la vida del Perú en los últimos 9 años y medio casi, desde los hechos del mal llamado “Baguazo”, daría para abordar largamente el tema que nos convocaba.

Mientras preparaba la charla, recordé también a Carlos Monsiváis, aquel gran periodista y cronista mexicano que en enero del 2009 diera en Trujillo una conferencia sobre “Los bicentenarios de América Latina”.  Recuerdo que Monsiváis decía que para entender y hablar sobre los bicentenarios había que conocer, leer, y estudiar a los hombres y mujeres que pensaron nuestra América, nuestros países; pero también conocer a las personas y a los pueblos, sus territorios y esas conexiones sagradas que tienen con la tierra, y hablaba precisamente de las comunidades, campesinas e indígenas, de los que sufrieron y siguen sufriendo el despojo, siglo tras siglo. Monsiváis me enseñó que para ser un periodista en América Latina no basta con estudiar la teoría y la técnica de las comunicaciones, por lo menos no solo aquella teoría y técnica que nos enseñan en nuestras escuelas y facultades; para ser un periodista en América Latina es necesario entender cabalmente la historia pasada y presente, de su todavía no acabado coloniaje. América Latina no podrá ser una realidad mientras las características de los colonialismos o de los neo colonialismos se mantengan.

Quizá alguien diga, “no es rol del periodismo, porque su rol solo es contar los hechos de manera objetiva” y yo creo que eso, que aparentemente debiera ser una verdad máxima para nuestra profesión, tiene algunos puntos discutibles. En primer lugar, porque la comunicación es desde siempre un vehículo de dominación. Quien controla la palabra, tiene ventaja sobre quien no la controla, y cada vez más desde que nos convertimos en una sociedad “imagocrática”, quien controla la imagen, tiene ventaja. Vuelvo al ejercicio de la imagen inicial y podemos reflexionar sobre el rol del periodismo en el momento en que un señor, presidente él, podía decir en todos los medios de comunicación que un grupo de peruanos no eran ciudadanos de primera clase o los llamaba perros del hortelano desde su posición de poder y con la ventaja de tener más de un medio de comunicación a disposición. ¿Cuántas peruanas y peruanos podíamos escuchar con la misma oportunidad de difusión, las razones de Santiago Manuin? Tal vez alguno solo recuerde el nombre porque lo escuchó que fue uno de los indígenas que declararon muerto y que apareció luego en el hospital de Chiclayo con 8 balas en el cuerpo. Afortunadamente, estaba vivo. ¿Algún periodista se interesó realmente por conocer quién es Santiago Manuin?, ¿dónde y cómo vive y porqué llevaba casi 51 días exigiéndole al gobierno la derogatoria de unos decretos supremos? Me refiero, evidentemente, a ir más allá de los hechos, y eso implica decolonizar nuestro propio esquema de pensamientos, de prejuicios y de ideas sobre lo que somos.

La crítica decolonial está ligada al desarrollo como paradigma originada al finalizar la Segunda Guerra Mundial, por entonces y en plena guerra fría, hubo mucho interés por imponer un discurso hegemónico desarrollista. Manuel Chaparro, uno de los principales teóricos de la crítica decolonial argumenta en su libro “Claves para repensar los medios y el mundo que habitamos. La distopía del desarrollo” que este discurso hegemónico es una maniobra estratégica creada por occidente para “conquistar el mundo desde el control del comercio internacional” parece una especie de idea conspirativa jalada de los pelos, pero no lo es tanto si uno mira de cerca cómo se ha conducido la economía mundial en los últimos 60 o 70 años, recomiendo leer para ello a economistas como Samir Amin, Vivian Forrester o al mismo premio nobel de economía Joseph Stiglitz, o pensadores como Noam Chomsky o Eduardo Galeano.

Bueno, este discurso hegemónico desarrollista nos impuso términos como “tercer mundo” o “subdesarrollo”, entonces si estás al sur del orbe o en el oriente eres del tercer mundo o eres un subdesarrollado, lo que significa que el paradigma del desarrollo y del primer mundo es del norte y occidental. No hay más y es increíble. Para América Latina, particularmente, es interesante que sea uno de los territorios desde donde se vienen impulsando los argumentos de la crítica decolonial desde los antecedentes de los aportes de la pedagogía de Paulo Freire en los años 60 y 70.

¿Cómo se vincula esta teoría crítica decolonial con el periodismo en nuestros días? Esta vinculación ha estado desde siempre; desde los orígenes mismos de nuestra República. Sería interesante dar una mirada a cuál era la relación existente entre nuestros primeros medios de prensa y el proceso de la Independencia que culminó precisamente con el periodo colonial de la Metrópoli española. Para que se entienda la importancia que le da el colonialismo a la necesidad de afianzar el discurso único entre las poblaciones colonizadas, recordemos como tras la derrota de la gran Rebelión de Tupac Amaru y muertos él, su familia, sus sucesores y los rebeldes Kataristas aymaras del altiplano; una de las primeras medidas del visitador Areche fue buscar la supresión del idioma quechua y de todo rastro y memoria del pasado Inca de la mente y del alma de los indígenas. Cosa que, pese a la dureza de la medida, no pudo conseguir.

El último período de nuestra prensa es, sin riesgo a equivocarme, uno de los más desalentadores. Hay saltos considerables desde la sociedad amantes del país y el Mercurio Peruano, hasta la época de Amauta y el gran periodismo de inicios del siglo XX. ¿cómo hemos llegado a estos tiempos de la Gran concentración de medios? ¿Nuestros medios están más o menos influenciados -vale decir colonizados- de lo que estaban Hipólito Unanue y compañía, o Gonzáles Prada y Mariátegui, por agentes extranjeros sobre todo del gran capital?

El Perú se acerca al Bicentenario, pero se acerca también cada vez más a un conocimiento más profundo de su naturaleza. Tras su independencia la sociedad criolla dominó la República, pasaron casi 100 años para que Prada y Mariátegui pusieran en la discusión nacional el problema indígena; aún tendríamos que esperar unas décadas más para que José María Arguedas nos mostrara el alma del indio kechwa y Aymara; y recién alrededor de los años 70 César Calvo nos introducía al espíritu de la Amazonía con sus “Tres mitades de Ino Moxo”. Pero hace falta mucho más para entender cabalmente el país que somos. Desde lo que nos toca, ver los hechos desde una crítica decolonial significará un avance.

lunes, 24 de septiembre de 2018

LA CUESTIÓN ES ¿CONFIANZA EN QUÉ?


Por: Henry Córdova Bran

La semana se inició el domingo 16 con el mensaje a la nación del presidente Martín Vizcarra en el que planteó la cuestión de confianza al Congreso de la República por la demora en la aprobación de los cuatro proyectos de Ley que contemplan la reforma judicial y política. Durante la semana, no sin falta de revuelos desde el Ejecutivo y del Legislativo, El Congreso aprobó la cuestión de Confianza, sin embargo, la cuestión es ¿Confianza en qué?

La crisis a nivel nacional se expresa desde el escándalo y no desde el planteamiento serio de los problemas que enfrenta el país. Sin los audios del Consejo Nacional de la Magistratura y el escándalo mediático que produjo, no serían hoy posibles los planteamientos de la reforma del sistema de Justicia. ¿No sabía el gobierno acaso de la podredumbre de la justicia peruana? ¿no se sabía en el Congreso de la influencia política en la designación y en las decisiones de los jueces y magistrados? ¿no llevan años encarpetados más de un proyecto de ley que planteaba estas reformas?

Por esa razón es que la población debe saber que si bien es cierto las reformas planteadas por el presidente Vizcarra son necesarias, constituyen solo un parche para tapar el escándalo que indigna y moviliza a la ciudadanía. La gran reforma que necesita el Estado y que necesita nuestra población, ni siquiera está planteada, nos referimos a la refundación misma del Estado a través de un llamado a una Asamblea Constituyente, el planteamiento de una nueva Constitución que genere un nuevo pacto político por el país y que apunte directamente a resolver la arquitectura de nuestro modelo económico, la revisión del sistema educativo y de salud, y el impulso de la diversidad productiva con un enfoque de desarrollo sostenible.

Una pugna de poderes

Este es un período de expresión continua de la crisis política del país, de la crisis moral de nuestra clase política, de la crisis que infecta a nuestras instituciones, de las cuales no nos hemos desprendido en estos 18 años posteriores a la caída de la dictadura. Este gobierno, particularmente, nació con una debilidad evidente, no solo por la fuerza parlamentaria del partido de Keiko Fujimori que ha mostrado su carácter autoritario en más de una ocasión, sino por la debilidad misma del presidente Kuczynski, lo que le costó más de una derrota casi con complacencia sumisa. Pero la debilidad más grande de PPK no era su inmovilismo político, sino su evidente relación con el poder económico y su rol de lobista siempre que fue funcionario público. Las denuncias de corrupción le dieron pie al fujimorismo para buscar su cabeza y precipitar su caída.

Con la llegada de Martín Vizcarra a la presidencia y su intención de llevar el timón del gobierno hasta el 2021 se abrió un nuevo capítulo. Quizá pensó el fujimorismo que Vizcarra encarnaría la debilidad de PPK y así parecía ser durante los primeros días, sobre todo por el carácter contemplativo que el Premier César Villanueva mostraba con el fujimorismo. Pero es evidente que Martín Vizcarra entiende mejor el juego político de lo que lo hacía su antecesor. Sabe leer mejor el ánimo de la ciudadanía y ha entendido que al poder que le presenta el Congreso dominado por el fujimorismo no le cabe la complacencia sino la firmeza de la investidura presidencial. El escándalo de los audios del CNM y la evidente vinculación que la señora K y parlamentarios fujimoristas tienen en este caso, le dieron la ocasión al presidente para pasar a la ofensiva y así lo hizo en el Mensaje a la Nación del 28 de julio. Ahí empezó una pugna declarada entre el Ejecutivo y el Legislativo.

La cuestión es ¿Confianza en qué?

Después de 40 días de presentados los proyectos de Ley planteados por el presidente Vizcarra el 28 de julio, durante los cuales el Congreso de la República dio claros signos de querer demorar la discusión de las reformas, el gobierno planteó la cuestión de confianza y creyó que de esta manera arrinconaba al Congreso de la República.

Se ha equivocado el presidente. Lo que para muchos era, el miércoles, un día D para el país, se convirtió en un capítulo más de mecida política y juego de poderes que dio como resultado una inservible aprobación de la cuestión de confianza sin compromisos claros desde el parlamento en torno a lo que exigía el gobierno y una aceptación contemplativa del presidente del resultado de aquella jornada. Y es que el dictamen final de la cuestión de confianza aprobada por el Congreso no establece nada claro respecto de las reformas en cuestión, el Congreso le da la confianza al ejecutivo en torno a los ejes I y II de la política de gobierno sin especificar ni los 4 proyectos de Ley sobre las reformas, ni sobre el referéndum. En suma, el Congreso devolvió el golpe y le ha dicho al gobierno “te aprobamos tu gestión, pero las reformas las hará el parlamento”

Esto ha sido posible porque en el fondo no existe una firmeza desde el ejecutivo para promover una verdadera reforma del Estado y lo mostrado en las últimas semanas es el mismo enfrentamiento de poderes con el que nació este gobierno, pero con un Vizcarra más político. No debemos perder de vista que de fondo está la preocupación de más de un líder político representado en el Congreso (Keiko, García, PPK) por sus vínculos con la corrupción por las que tienen investigaciones abiertas y preocupaciones del mismo presidente Vizcarra por temas como el del caso Chinchero que aún perturba su tranquilidad.

De allí que se hace necesaria la comprensión de la naturaleza estructural de la crisis por la que atravesamos, porque las crisis no son aisladas, no son crisis de sectores, responden a una estructura que se dirige desde los grandes grupos de poder económico y se materializa desde el Estado en su conjunto, que por algo ha sido catalogado por economistas como Francisco Durand, como una República Empresarial, es decir una República favorable a la gran empresa antes que a las personas que viven y trabajan en nuestro país.

Por eso mientras se debaten las reformas en cuestión por otro lado se plantean leyes como la eliminación de la negociación colectiva para los trabajadores del sector público, que pone en riesgo los derechos de miles de trabajadores y trabajadoras en todo el país, o la nueva Ley de Hidrocarburos que busca priorizar la inversión y nuevas concesiones reduciendo los rigores ambientales y los derechos de poblaciones indígenas, así como las posibilidades de recaudación del propio Estado.

Así las cosas, ni el Legislativo, ni el Ejecutivo ofrecen suficientes signos de confianza para las demandas de cambio que la ciudadanía exige.