Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 22 de mayo de 2014

¿Qué es ser pobre en el Perú?: LO QUE LA POLÍTICA Y LA TECNOCRACIA DISCUTE Y LO QUE LA REALIDAD ENROSTRA

Por: Henry Córdova Bran

A raíz de las últimas cifras que publicó el INEI sobre la “Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2013”, se ha generado un debate en el que ha intervenido hasta el ex presidente Alan García y el Ministro de Economía y Finanzas Luis Miguel Castilla. Más allá de las cifras y los debates ¿Qué es ser pobre en el Perú?

El gobierno celebra las cifras del INEI que indican que el año 2013 la pobreza se redujo en el Perú en 1,9% respecto de las cifras del año anterior. Mientras que la pobreza extrema se redujo en 1,3%  en el mismo período. En cifras redondas esto significa, para la estadística gubernamental, que en el lapso de un año 491 mil personas dejaron de ser pobres y unas 375,800 personas dejaron de ser pobres extremos. La noticia así presentada generó reacciones de satisfacción y de rechazo.

Cifras que maquillan el rostro de la pobreza

En el Perú se exporta y se publicita el éxito económico de los últimos años. Es curioso que frente a este éxito económico los peruanos desde hace más de una década apuesten por programas económicos y políticos de cambio en las últimas tres elecciones. No tan curioso resulta ya que quienes ganan las elecciones con estos programas de cambio no cambien nada una vez obtenido el triunfo electoral.

Ahora, el gobierno de Ollanta Humala continúa en la misma línea de sus antecesores. La política económica es la misma que enarbolaron García y Toledo y que continuaron como herencia del fujimorismo. El modelo económico ha sostenido las cifras duras de la macroeconomía con niveles de crecimiento de hasta 6 puntos por año y sin embargo la gran mayoría continuó sintiendo que nada de este crecimiento económico, tan elogiado a nivel internacional, llegaba hasta los sectores más económica y socialmente golpeados del país.

El crecimiento económico y el modelo económico que lo auspicia necesitan asimismo convencer de que es el camino correcto. Necesitan, por lo tanto, convencer a la gran mayoría de sus resultados. Para esto está el INEI y los anuncios de que la pobreza se sigue reduciendo en el Perú y el gobierno nacional nos dice que 491 mil personas han dejado de ser pobres entre el 2012 y el 2013 y que en el mismo periodo 375 800 personas dejaron de ser pobres extremos. ¡Bravo! Dicen algunos. El Ministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla celebra y debate con Alan García sobre quien hace mejor el trabajo.

Sin embargo, cuando uno escucha que la pobreza se redujo y trata de sentir el mismo ánimo y busca mayores detalles sobre esta reducción se encuentra con este otro término: “Pobreza Monetaria” que es de lo que habla el INEI, ya que en el Perú como en otros países, se utiliza la pobreza monetaria como medida para evaluar el crecimiento o disminución de la pobreza.

A pesar de que esta medida es internacionalmente aceptada hay quienes cuestionan su rigurosidad. Más aún cuando se ha fijado que la pobreza monetaria mide “el valor de la canasta de consumo por persona”. Los parámetros que se han fijado son como siguen: para ser un “pobre no extremo” una persona debe tener un ingreso monetario superior a S/. 292, que, a decir del INEI cubrirá su canasta alimentaria y no alimentaria; y para dejar de ser un “pobre Extremo” y ser un pobre solamente (al modo de César Vallejo diciéndonos “hoy sufro solamente”) un peruano debe tener un ingreso monetario superior a los S/. 155, suficiente –dicen los tecnócratas del INEI y del MEF- para cubrir la canasta básica de alimentos.

Las preguntas saltan a la vista y son elementales y hasta da un poco de mal sabor formularlas: ¿Puedo sentir que soy una persona “no pobre” con  293 soles en el bolsillo mensualmente? La respuesta sobrepasa en largo a la dureza de la tecnocracia gubernamental. Si el salario mínimo vital en el Perú es ya de por sí uno de los más bajos de la región y sólo hace unos meses estuvo en discusión al punto de costarle el Premierato a Villanueva, ¿qué análisis resistiría la afirmación que la exigua cantidad de S/.293 bastan para la satisfacción de no ser pobre? Un dato más, si el programa Juntos entrega a las familias peruanas más pobres S/.200 cada dos meses significa que gran parte de peruanos que han salido de la pobreza y pobreza extrema es gracias a este programa social, gracias a una política asistencialista y no productiva y generadora de riqueza; es decir que si el programa social se eliminara mañana ¿cuántos miles de peruanos regresarían a su condición anterior de pobreza o pobreza extrema?

Más allá de las duras cifras

La reducción de la Pobreza Monetaria tan celebrada durante estas semanas oculta una realidad más dura. Y es que la pobreza está más allá incluso de estas irrisorias cifras. La realidad que viven millones de pobres en el Perú se refleja en otra manera de medir la pobreza, conocida como Indicador de Pobreza Multidimensional. El mismo INEI reconoce dentro de las metodologías aplicables la existencia de un enfoque No Monetario de medir la pobreza, en la que se incluirían las necesidades básicas insatisfechas, la desnutrición crónica, el déficit calórico, el Índice de Desarrollo Humano (que contempla acceso a salud y educación) entre otros factores. Si se aplicara esta medida las estadísticas arrojarían cifras diferentes a las que publicita el gobierno nacional.

Instituciones como la Red de Municipalidades Urbanas y Rurales del Perú - REMURPE han afirmado que el país necesita debatir y cuestionar esta forma de medir la pobreza y las políticas que se implementan para un verdadero combate de la misma, apostando cada vez más por políticas productivas y generadoras de riqueza en zonas rurales, el fortalecimiento del proceso de descentralización y la puesta en marcha de la descentralización fiscal.

La realidad de las zonas rurales refleja que la pobreza sigue siendo en estos territorios tan dura como las condiciones en las que viven. Sólo un estudio de la Defensoría del Pueblo sobre la situación de la de la educación rural arroja que “el 30% de la población rural logra culminar su primaria con un atraso de dos años” asimismo afirma que “el 73% de los locales escolares no cuentan con servicios higiénicos o los tienen en estado deficientes”. Por otro lado, en estos últimos días se han develado cifras sobre la desnutrición crónica en niños menores de 5 años que en zonas rurales aumentó de 31,9% en el 2012 a 32,3% en el 2013 y son cifras oficiales del INEI que tiende a maquillarlo todo. Así las cosas hay mucho por hacer y maquillando cifras no es como se combate la pobreza.