Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

lunes, 28 de noviembre de 2016

APEC, Cantagallo, el paro amazónico, el TPP… LO NOTICIOSO EN EL PERÚ Y EL PERÚ DE NUESTROS DÍAS

Por: Henry Córdova Bran

Decía Borges, con esa ironía argentina, que el periodismo era creer que todos los días pasan cosas importantes, y nos planteaba el debate de lo noticioso. La frase viene a cuenta al pensar en el Perú de los últimos días, de las últimas semanas, de lo que nos pasa en el nuevo gobierno y que aparece o no aparece en los medios del menú diario. Veamos algunas cuestiones.

Si hacemos un listado de temas de algunos de los hechos que sucedieron en el Perú las últimas dos semanas podríamos mencionar El Foro APEC, el incendio en la comunidad Shipiba de Cantagallo, la llegada a Lima de 135 Apus desde la Amazonía para dialogar con el gobierno acerca de los más de 70 días del paro amazónico en Saramurillo, los incendios forestales en gran parte de la zona norte del Perú, la amenaza de interpelación desde el parlamento al Ministro de Educación, Jaime Saavedra, la paralización del sindicato de trabajadores de Elektra, y un largo etcétera; es probable que sólo conozcamos algunos de ellos, que hayamos oído o visto algún titular de otros y no tengamos conocimiento de otros tantos menos visibles.   

Sin duda el revuelo noticioso de las últimas semanas en el Perú fue la Cumbre del foro APEC; los jefes de Estado de las 21 economías del área del Asia pacífico se daban cita en Lima para discutir y coordinar políticas económicas de una plataforma que representa el 50% del PBI mundial y el 40% del comercio internacional. Recibir en una sola cumbre a  quienes son quizá los jefes de Estado más influyentes y determinantes para la marcha mundial de la economía, del clima, de los derechos humanos, laborales, ambientales y hasta de la paz, no es cosa de todos los días. Pero olvídese usted de todo eso de los derechos y de la paz y del cambio climático, que nadie le pregunte al presidente Obama de las guerras que su país promueve en el medio oriente ni de por qué armaron al Estado Islámico que ahora condenan; que nadie cuestione al presidente Xi Jinping sobre las empresas estatales y privadas de su país que contaminan el medio ambiente y sobre las que en el Perú sabemos bastante bien; aquí de lo que se trata es de hablar de economía y de negocios y de continuar declarando tras el foro el intocable rumbo del libre comercio, tal como ellos lo entienden.

Mientras el foro APEC se desarrollaba entre los grandes salones del Centro de Convenciones de Lima, 135 Apus de la Amazonía, representantes de las más de 40 comunidades que por más de 70 días mantienen un paro en la comunidad de Saramuro y Saramurillo, en el distrito de Urarinas, cerca de la reserva Pacaya Samiria. Como se sabe –o como poco se sabe en el resto del Perú- 16 comunidades acatan el paro en la cuenca del río corrientes, 18 comunidades en la cuenca del marañón y 8 comunidades en el río Chambira, según lo había manifestado José Fachín, dirigente indígena y coordinador de la Federación de Comunidades Nativas del Alto Tigre. Su principal reclamo es que más de 20 mil indígenas son afectados por la contaminación petrolera y solicitan la creación y aprobación de la Ley de monitoreo ambiental, además denunció que Pluspetrol abandonó desde el 2015 el lote 192 sin realizar la remediación de la zona tras el último derrame registrado.

Los Apus llegaron el 17 de noviembre en un avión de la Fuerza Aérea del Perú, venían a dialogar con el gobierno para elaborar una hoja de ruta en torno a sus demandas, pero al llegar les dijeron que los llevarían a la base militar ubicada en Ancón, que allí sería el diálogo, frente a lo cual los Apus decidieron que sólo entrarían unos Apus y otros promoverían que sus demandas sean conocidas en Lima y se reunirían con colectivos y espacios políticos. Al parecer el gobierno buscaba que el problema amazónico no trascienda. Para la cumbre APEC el centro de Convenciones, para los Apus representantes de las naciones indígenas, la base militar de Ancón. Los Apus que no fueron a la base militar se movilizaron el 18 de noviembre por el centro de Lima y en un momento de la movilización fueron reprimidos con gases y golpes por la policía. Una vez más mientras que el Congreso de la República condecoraba al presidente Xi Jinping cuyo país tiene responsabilidad en varios pasivos ambientales en nuestro territorio, la policía nacional reprimía a los Apus que defienden los territorios de la Amazonía. Hay una lógica perversa en esto que nos pinta como país.

Desde mi punto de vista el APEC no es más noticioso que el paro amazónico, pero el tratamiento que se da a ambos hechos es exponencialmente diferente. Mientras uno se presenta a primera plana y con pompa, el otro es minimizado y tratado con desidia. Parece que no nos estamos dando cuenta de lo necesario que es atender y escuchar a las comunidades indígenas, que los Apus son representantes de naciones que tienen en los territorios de la Amazonía más años de los que tiene la propia República. O es que vamos a esperar que se repitan los lamentables y trágicos sucesos de la Curva del diablo para voltear a mirar qué pasa. El gobierno debería entender que los Apus merecen el respeto con el que se le trata a los jefes de Estado de la APEC, pero claro Mercedes Aráoz no recibirá ni mirará a uno de los Apus como mira a Obama.

Y así podríamos mencionar sobre el tratamiento al incendio de las viviendas de la comunidad Shipiba  de Cantagallo, el incendio en Larcomar y los incendios forestales en el norte del Perú, por no mencionar los curiosos incendios que destruyen documentos del Ministerio de Salud en un contexto de denuncias precisamente a compras realizadas por el MINSA. En Cantagallo no sólo sucedió una tragedia que redujo a cenizas más de 300 viviendas de una comunidad ubicada a pocos minutos de Palacio de gobierno cruzando el río Rimac; este incendio fue el trágico desenlace a un problema que la Municipalidad de Lima y su alcalde Castañeda no quiso atender a pesar de que había un proyecto que contemplaba vivienda digna para sus habitantes. La comunidad shipiba no sólo necesita de nuestra solidaridad para llevar alimentos y la ayuda necesaria para la emergencia, necesita que se discuta su derecho a vivir dignamente, su derecho a ser reconocidos como ciudadanos.  Así como se necesita discutir cuanto se exige a los consorcios comerciales poner por delante la vida de las personas a sus ganancias, porque finalmente cuando la tragedia pasa los que sufren las consecuencias son los trabajadores –los colaboradores les llamó discutiblemente los dueños UVK-


Lo noticioso en el Perú es pues lo que desde la gran prensa se quiere que sea noticioso. Lo noticioso puede ser las inversiones de Elektra a nivel nacional o cuánto aumentó el consumo de los peruanos y peruanas, pero no los despidos de los trabajadores que forman un sindicato para defender sus derechos laborales. Lo noticioso puede ser la alarma de que Trump, en uno más de sus desenfados, diga que EEUU se retirará del TPP y entonces se encienden las alarmas de los defensores del libre comercio, pero no es tan noticioso que se exija al congreso peruano un debate abierto del TPP por sus amenazas a temas tan delicados como la salud y acceso a medicamentos. Lo noticioso en el Perú parece ser la agenda de los dueños del Perú                          

viernes, 15 de abril de 2016

UN MOMENTO DIFICIL PARA EL PERÚ

Por: Henry Córdova Bran

El 10 de abril, el Perú mostró lo que es, un país resquebrajado, con varias versiones de sí mismo, con realidades diversas, pensamientos radicalmente opuestos, quizá la democracia más endeble de la Región, con memoria colectiva aniquilada y miedos extendidos por la desinformación, un país que será gobernado por lo más reaccionario y neoliberal de toda la política latinoamericana. ¿Decisión democrática que hay que respetar? No, y estas son mis razones.

Dicen que en el Perú hemos roto una marca, la de elegir por primera vez en nuestra historia republicana, un cuarto régimen democrático consecutivo. Lo dicen quienes están contentos con los resultados, quienes en todos estos años, tras la caída de la dictadura fujimorista, no perdieron sus privilegios, que habían conseguido precisamente gracias a esa dictadura: la CONFIEP; lo dicen quienes creen que la democracia consistía en celebrar elecciones como si de una alfombra se tratara, bajo la que escondemos toda la basura de la casa que queremos ocultar. Pero la democracia conquistada es solo eso, una alfombra para esconder la basura.

Porque la democracia no sirvió para reducir las enormes brechas que en el Perú existen –y no me digan que la medición de la pobreza monetaria es prueba de que el modelo funcionó- las brechas siguen siendo enormes en el Perú y lo demuestra ese mapa electoral que parte al Perú entre norte y sur, entre costa y sierra, entre el mundo urbano y el rural. Si a los resultados se atendieran, tendríamos que elegirle un presidente al sur y otro al norte, un presidente al Perú urbano y otro al rural, pero eso no es posible, el Perú es el Perú, una marca orgullosa de su historia mientras solo sea folklore o marketing para los negocios, ¿memoria colectiva? No. Eso es quedarse en el pasado.

Es rara la democracia en el Perú, desde el año 2000 es notorio que en cada elección las mayorías buscaron cambios y se reflejaron en los resultados electorales, siempre con promesas de cambio. En las tres ocasiones los ya electos presidentes hicieron todo lo contrario a lo prometido y mientras tanto dejaron el statu quo como lo querían quienes manejan el poder económico; y los medios hacían de sus ventanas de comunicación en prensa, radio y televisión, basura para el consumo familiar, contenidos para el embrutecimiento colectivo, abuso de su poder de supremacía y concentración de medios para manejar y dirigir la opinión pública. Durante 16 años la “democracia” que practicamos la hicimos bajo el régimen constitucional que la dictadura implantó en 1992, una contradicción que el poder de la CONFIEP nunca permitió resolver ni cuestionar. Y esa democracia frágil que recuperamos el 2000 empezó a quedar cada vez más a la medida de lo que la derecha quería y para eso, poco a poco, se recuperaron, acapararon, metieron los negocios a la política, y apostaron, luego del 2011, a no sufrir reveses electorales como la elección de Ollanta Humala. Aquí una contradicción más de la “democracia”, cuando la derecha pierde elecciones no respetan los resultados, no salen a las calles porque no es su método, su método es ejercer presión, acorralar al candidato electo y usar los medios para generar temor y en base a eso negociar la permanencia del modelo que el electorado había rechazado en urnas, y por eso mantuvieron el control del MEF y a través de él acapararon el Estado. Eso gracias a la debilidad de Humala por la que tendrá que responder.

Esa “democracia” a la medida la pusieron al servicio de estas elecciones; y para ello dispusieron nuevamente de toda la ventaja económica que dan las campañas millonarias y el financiamiento oscuro que buscará los grandes negociados una vez obtenido el gobierno; y tuvieron los medios de comunicación a su servicio –que para eso se impulsó la concentración de medios- para expandir la campaña de miedo y de terror frente a cualquier discurso contrario; y aún más tuvieron el control del organismo electoral que sin vergüenza alguna uso la Ley con criterios distintos para unos y otros, salvando candidaturas pese a las pruebas contundentes de violación de la Ley como en el caso del fujimorismo y de la alianza del APRA y el PPC.

En esa desigual circunstancia todo proceso electoral cancela la idea original de la democracia. Sin embargo el Perú ha legalizado este desigual juego electoral que debilita aún más la democracia y nos pone de cara a un presente y futuro difícil para el Perú.

Lo que resultó, lo que se viene

Y esta realidad de debilitamiento democrático condujo a los resultados del domingo. Una segunda vuelta entre iguales. Una elección con discurso único, y escasos matices para diferenciarlos. Y lo que es más preocupante, la composición del Congreso de la República con casi 68 escaños del fujimorismo y alrededor de 19 de PPK, solo con ellos, el legislativo tiene carta abierta para impulsar y aprobar toda ley o facultad legislativa, que bajo la premisa de “impulsar la inversión” atentará sobre derechos fundamentales, laborales, ambientales, culturales y civiles. Quien gane en segunda vuelta confirmará el mismo modelo, en tanto el legislativo actuará de la misma manera con uno y con otro y el poder de la CONFIEP se asentará para conseguir la legalidad que necesita para terminar de hacer  del Perú el país que siempre quiso el poder económico transnacional y nacional. En ese escenario cualquier movimiento social que se oponga a las medidas del nuevo gobierno tendrá al frente un Estado represor que no dudará en tratar como criminales a los manifestantes. Lo que se viene son 5 años de oscurantismo.

La izquierda, por su parte, decidió participar de este juego electoral aun sabiendo que entraba en un terreno desigual. En ese escenario ha conseguido más de lo que cualquiera imaginaba al principio. Lo sensato sería que la Izquierda rechace cualquier apoyo al fujimorismo y a PPK y sostenga la crítica al modelo que continuará, fortaleciendo la figura política de Veronika Mendoza y de los nuevos liderazgos que aparecen en el recambio generacional que requerían. El grupo parlamentario que ha ganado la izquierda es importante pero por sí solo no tendrá fuerza al interior del Congreso, por eso es fundamental que la bancada del Frente Amplio busque conectarse con la ciudadanía movilizada que viene rechazando las medidas como la “Ley Pulpín” o actualmente el TPP.


Difícil momento el que se le viene al Perú. Pero también un momento que exigirá la actuación de una generación que en los últimos 16 años viene constatando la necesidad de cambiar el país. La historia ha puesto a esta generación de cara al Bicentenario de la República y no está mal pensar que en estos años se requiere el talento político y la audacia para darle vuelta a este revés que han significado las elecciones del 10 de abril.   

viernes, 18 de marzo de 2016

¿PORQUÉ SE JUSTIFICA EL RECHAZO A KEIKO?

Por: Henry Córdova Bran

Durante la última semana se han realizado en Lima dos marchas numerosas para rechazar la candidatura de Keiko Fujimori. Asimismo, en diferentes partes del país a las que la candidata de Fuerza Popular ha llegado con fines proselitistas, ha sido rechazada y hasta se ha visto obligada a cancelar sus mítines. ¿Se justifica este rechazo ciudadano a la candidata que encabeza las preferencias del voto, según las encuestas?

 El viernes 11 y el martes 15 de marzo las principales calles del centro de Lima volvieron a ser escenario de masivas movilizaciones, en las que miles de hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes, mostraron su rechazo a la candidata del fujimorismo. Allí estuvimos, no para cubrir la información de manera periodística, sino para participar y ser parte de esta movilización, ejerciendo nuestro derecho ciudadano a manifestarnos y expresar libremente una opinión en torno a una coyuntura política que nos preocupa y que tiende sobre el país un futuro que consideramos nefasto.

Después de la primera marcha contra Keiko era de esperarse que los medios de la gran concentración minimizaran la contundencia de la movilización, razón por la que los colectivos que llamaron a la marcha y las personas que participaron en ella utilizaron las redes sociales para difundir las imágenes y los informes respectivos. En mi cuenta de Facebook compartí esta información, y es aquí que dos amigos, a quienes aprecio, ex compañeros de aulas sanmiguelinas, cuestionaron estas marchas considerándolas poco democráticas, y afirmando que si no nos gusta uno u otro candidato, esto debe reflejarse el 10 de abril, en las elecciones, donde el pueblo elige libremente, además tildaron a los manifestantes de “pulpines” y violentistas o intolerantes; razón que impulsó la elaboración de esta nota a modo de respuesta.

No hay intolerancia, hay memoria

Keiko Fujimori, representantes de Fuerza Popular y simpatizantes del fujimorismo han respondido a estas movilizaciones acusándolas de intolerantes, antidemocráticas y hasta de ser promovidas por el gobierno de Humala; incluso se ha dicho que quienes participan de ellas son terroristas y defensores de terroristas.

Lo cierto es que estas manifestaciones responden a una sensación creciente de rechazo, no solo a la candidatura de Keiko, sino también a la de Alán García; sin embargo se concentra más en Keiko porque la hija del dictador Fujimori encabeza las encuestas y se ha probado que ha violado la Ley Electoral constantemente regalando dinero, que fue la misma razón por la que se excluyó la candidatura de Acuña, por lo que hay un sentimiento de rechazo al trato diferenciado que el JNE está dando al fujimorismo cuando debiera recibir la misma sanción y ser excluida del proceso electoral.

Pero además porque Keiko Fujimori encarna y representa al gobierno de su padre, hoy preso por crímenes de lesa humanidad, corrupción y desvío de fondos de las Fuerzas Armadas para la compra de líneas editoriales y financiamiento de los diarios chicha durante la década de los 90. Han pasado casi quince años desde que Alberto Fujimori renunció a la presidencia de la manera como solo lo hacen los cobardes, amparado en una mentira abandonó el país aduciendo un viaje de representación, para luego enviar un fax al Congreso de la República indicando su renuncia, mientras el país veía día a día nuevos destapes que evidenciaban la podredumbre de corrupción del régimen, la cual era imposible que el mandatario no estuviera enterado.

El fujimorismo fue pues una dictadura cívico-militar corrompida y corruptora, que alcanzó a enlodar todas las instituciones del Estado y que se amparó en un logro que no le correspondía para justificar sus atrocidades: la pacificación del país y la eliminación del terrorismo. Y no le correspondía porque la captura de Abimael Guzmán y la cúpula del senderismo no fue obra de una estrategia trazada por el gobierno, sino de una operación secreta de la que Fujimori se enteró por los medios y que después se apropió; lejos de terminar la tarea de acabar con los remanentes de Sendero, Fujimori les dio el respiro para que la alianza entre el terrorismo y el narcotráfico se asiente en la selva; y hasta en eso el Estado poco a poco fue siendo parte también de esa mafia, al punto de hallarse en una oportunidad 170 kilos de Cocaína en un avión de la FAP en la que iba el edecán del presidente Fujimori. Los tripulantes de aquel avión fueron absueltos, incluido el edecán del presidente, por un Poder Judicial sometido al ejecutivo.

El rechazo a Keiko Fujimori no es porque su padre haya sido un dictador, cuyo gobierno canceló la democracia en 1992 mediante un autogolpe, impuso una política de Estado criminal que asesinó inocentes como los sonados casos de Barrios Altos y La Cantuta, pero no fueron los únicos; que eliminó líderes sindicales como el caso de Pedro Huilca, por poner solo un ejemplo; que secuestró y torturó personas contrarias al régimen y que en general promovió el terrorismo de Estado a través de un grupo paramilitar como el Colina, del cual más de un miembro ha asegurado que el presidente tenía conocimiento de su existencia y de sus acciones; que impulsó una política de esterilizaciones forzadas a miles de mujeres, campesinas en su mayoría, como una perversa forma de cumplir metas de planificación familiar. No por ser hija del presidente que es responsable de que se haya impuesto en el Perú una cultura de la basura dirigida desde los medios de comunicación, y que privatizó sectores estratégicos de nuestra economía a precio de regalo y enriqueciéndose a costa de ello, y que permitió que su asesor Vladimiro Montesinos hiciera del Estado la más grande telaraña de corrupción que se haya visto en toda nuestra historia. No es por eso que su candidatura causa rechazo señora Fujimori; es porque usted fue parte de todo eso y nunca hizo nada por denunciarlo o apartarse de él, y porque en quince años el fujimorismo que usted sigue promoviendo no ha dado muestras de haber cambiado, más allá de discursos laxos que usted intenta maquillar para dar la idea de un fujimorismo democrático, en el que nos es imposible creer.


El fujimorismo fue el resumen de nuestros peores males como país y ese es el fujimorismo que miles de personas en Lima, en Cusco, en Tacna, en Chimbote, En Piura y en cada ciudad del país empieza a rechazarse. Nos vemos el 5 de abril, fecha en que le haremos recordar porqué se justifica nuestro rechazo a su candidatura.   

viernes, 15 de enero de 2016

LA RESISTENCIA FRENTE AL TPP

Por: Henry Córdova Bran

Dentro de poco el Congreso de la República deberá debatir la aprobación del Acuerdo de Asociación Transpacífico, conocido como TPP. En medio de la coyuntura electoral el tema no está en la agenda mediática nacional, aun cuando es un tema que definirá el futuro del país. Sin embargo hay una resistencia ciudadana que busca llamar la atención sobre los impactos que traería su aprobación.

De la misma manera como ocurrió hace algunos años cuando el Perú negociaba el TLC con EEUU, hoy el grueso de la ciudadanía en el Perú no sabe qué significa el TPP. Siglas que son ajenas al diálogo común y cotidiano y que pocas veces encontramos en el análisis de los medios de comunicación. Son pocos los que han tratado el tema y menos aún los que han intentado hacer un análisis a fondo de sus implicancias. Es cierto que hay mucha información al respecto; pero también es cierto que esa información no es consumida por la mayoría de peruanos y peruanas. Mientras tanto el TPP está a punto de aprobarse de la misma manera como se aprobó el TLC. Nosotros ni enterados, bien gracias, que siga el circo, Acuña va segundo y el simpaticón de Guzmán ya se tumbó al primer dinosaurio.

Vayamos por partes. El TPP es un acuerdo de Cooperación Económica que ha sido negociado por 12 países, liderados por EEUU, que son parte de la cuenca del pacífico, es decir es más que un Tratado de Libre Comercio, aunque es concebido de la misma manera. Las cifras ampliamente difundidas en torno al TPP hacen parecer atractivo para cualquier país querer ser parte de este club, ya que involucra el 40% de la economía mundial y constituye un mercado de 800 millones de personas. Los defensores del TPP afirman que este acuerdo beneficiará a las economías que lo suscriban, Francisco Sánchez, ex secretario de Comercio Internacional de EEUU, afirmó en noviembre del 2015, en las páginas del Diario Gestión, que para “mejorar la competitividad, es necesario reducir las trabas que obstaculicen las exportaciones” y afirma que el Perú se beneficiaría sobre todo en sectores como servicios y manufactura. Por su parte desde el Gobierno y especialmente desde el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo han hecho todos los esfuerzos por convencernos que ser parte de este acuerdo es lo mejor que le puede pasar al Perú en la ruta del posicionamiento entre los grandes del primer mundo.

Apuntes a tener en cuenta

En política internacional cada paso que un Estado da responde a un plan estratégico de posicionamiento o de dominio. En este sentido el interés de Estados Unidos por liderar las negociaciones no pasa por su preocupación por las economías emergentes o por dar mejores oportunidades sus propios productores nacionales, sino por ganarle la iniciativa a China, su principal amenaza en la carrera del dominio y hegemonía global. Hay quienes afirman que insistir en ese discurso es quedarse en el pasado, pero la historia muestra que la carrera por disputarse la hegemonía y el dominio del planeta siempre ha estado presente desde que existen las civilizaciones y hoy no es diferente. Sin embargo hoy ya no son solamente los Estados los que disputan esa hegemonía, lo son también las corporaciones mundiales de los grandes negocios. Noam Chomsky afirmó recientemente que “el pacto Transpacífico es un asalto neoliberal de dominio corporativo” refiriendo que el acuerdo “busca poner en competencia entre sí a los trabajadores de todo el mundo para bajar los salarios y aumentar la inseguridad”, el pensador norteamericano también afirmó que el acuerdo va más allá de temas comerciales y que se centra más en imponer nuevas normas de propiedad intelectual en el extranjero y aumentar el poder político de las empresas.

Pero no solo un activista “antisistema” como calificarían muchos a Chomsky ha mostrado su desaprobación a este acuerdo, también el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz ha afirmado  que “el TPP creará más desigualdad en la sociedad” y mencionando directamente el caso peruano afirmó que “el TPP es una idea muy mala y dejará al Perú definitivamente peor” Stiglitz ha calificado que el TPP es un retroceso respecto del mismo TLC que el Perú tenía con EEUU.

Quizás sea conveniente que se tengan datos concretos sobre cómo le ha ido al Perú después de más de cinco años de haberse implementado el TLC, más allá de que el gobierno afirmó que las exportaciones habían crecido entre el 2008 y el 2012. Sin embargo y como lo manifestó el economista Germán Alarco en un artículo publicado en el 2014, la balanza comercial del Perú pasó, en el mismo período de años, de tener resultados en superávit a ser deficitaria hasta en $ 1,032 millones, es decir que las exportaciones empezaron a ser menores que las importaciones y que lo que más se había importado eran productos de consumo más que aquellos útiles para el desarrollo de la industria. El propio director del Instituto de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima Carlos Posada, mencionó que “el Perú no estuvo aprovechando los acuerdos comerciales estos últimos años en los niveles necesarios”. Quizá eso se deba a que la teoría clásica del Libre Comercio afirma que sólo los países que son fuertes internamente y han fortalecido su industria y su mercado interno –como lo hicieron Inglaterra o EEUU en su momento- pueden lanzarse a la aventura de promover el libre mercado y este no es el caso peruano.

La resistencia al TPP

Colectivos ciudadanos (peruanos contra el TPP)  vienen realizando una campaña cada vez más numerosa para que la sociedad peruana se informe y debata en torno al TPP, en su mayoría son jóvenes que muestran una preocupación por el Perú y sin embargo estos jóvenes no están en la televisión o en los grandes medios hablando y discutiendo un tema trascendental como este, por lo general están en las calles y en los espacios públicos sin pedir nada a cambio, informando, movilizándose, no están en la televisión, están resistiendo, incluso enfrentando la represión de la policía. Así es este Perú, premia la estupidez y lanza gas al pensamiento crítico.

Uno de los temas sensibles que este colectivo viene denunciando es el referido al riesgo que supone el TPP en materia de acceso a la salud pública y a  medicamentos para los más pobres. Y a pesar de que el gobierno y la Ministra Silva han negado que el Perú haya cedido en esta materia, existen estudios y personas que dicen lo contrario. La propia jefa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Margaret Chan manifestó en noviembre del 2015, que existen “algunas preocupaciones muy serias” refiriéndose al TPP manifestando que “si estos acuerdos abren el comercio, pero cierran la puerta a medicamentos asequibles, tenemos que plantear la pregunta: ¿es esto realmente un avance?”. De otro lado el Ministerio de Salud y EsSalud lanzaron la alerta el año pasado en la medida que la “protección a fármacos biológicos, contemplados en el TPP causará gastos por S/. 491 millones” lo que significará un incremento del 17% del gasto público. Los que más sentirán este tema serán los más pobres claro está. Pero el tema de los medicamentos merece un artículo aparte y un tratamiento más riguroso.


En definitiva es necesario que como sociedad tengamos el derecho de discutir un acuerdo de esta naturaleza. Así que sumémonos a estos colectivos de resistencia, hagamos lo que ellos con voluntad y valentía hacen, informémonos y activemos por el Perú. Y los candidatos ¿qué dirán del TPP?

miércoles, 13 de enero de 2016

Las elecciones que se nos vienen LA TAREA PENDIENTE ES EL PERU

Por: Henry Córdova Bran

Una de las frases que solía mencionar Eduardo Galeano era “si votar sirviera para algo, estaría prohibido”. Viene al punto recordarlo ahora que nuevamente estamos en un periodo electoral que definirá quien, o quienes, ingresarán a Palacio de Gobierno a partir de Julio. Y luego conviene preguntarse, casi con alarma, si realmente importa este juego electoral.

Con las candidaturas definidas y las alianzas establecidas, con las planchas presidenciales presentadas y a puertas  de definir las listas congresales, más de 20 aspirantes se han inscrito ante la ONPE para las elecciones presidenciales. Nuevamente el excesivo número de listas que se presentan dan cuenta de la fragilidad de nuestro sistema político. Es posible que la mayor parte de quienes irán a votar apenas conozca la cuarta parte de todas estas listas. Los rostros conocidos, esa pequeña elite de dirigentes de marcas electorales (no me atrevo a llamarles partidos)que echarán mano de toda la maquinaria económica y logística de la que pueden disponer para convencernos de que ellos son los que deben tomar las riendas para los próximos años. El márketing político puesto sobre ruedas y al servicio del mejor postor.

Lo mismo de hace cinco años, me dice un taxista unos días atrás, ¿ahora por quién será? Me pregunta. Le comento que más de 20 candidatos están inscritos y se sonríe como si no lo creyera. Para él solo existe Keiko, Alan, PPK (conoce la marca, no el nombre completo), Acuña y Toledo; y sin emoción alguna, parece preguntarse nuevamente ¿Ahora por quién será? La gran concentración de medios, parece estar cumpliendo su primera tarea, que en el imaginario de la ciudadanía exista, en mayor número, una contienda entre cuatro o cinco candidatos, cuyo planteamiento y propuesta resulta ser la misma, la continuidad del mismo discurso, la misma receta, que se inició con Fujimori en los años 90s y que se ha mantenido inalterable con el auspicio de la CONFIEP a través del Ministerio de Economía.

Bajo del taxi aquella vez y pienso en lo que se viene, en lo que tenemos; y nuevamente qué frágil es nuestro sistema político, las alianzas son muestra clara de que en el Perú los principios no resisten el pragmatismo de los intereses personales de “líderes” (así entre comillas) políticos. Un amigo me dice que en estas elecciones se están viendo sorpresas impensables: el PPC aliada al APRA, Lourdes y Alan juntos y revueltos, Anel Townsend con Acuña y Lay y entre ellos Marisol Espinoza, Susana Villarán acomodada en lo que queda del nacionalismo, juntita a Urresti, Vladimiro Huaroc unido a Keiko; en fin, le digo que en política no existen las sorpresas, y que en el Perú ya nada sorprende, aunque Levitsky trate de explicarlo.

¿Para qué sirve votar?

Dice Levitsky que “no se puede tumbar a los políticos sin tumbar a la democracia” entonces el juego continúa en defensa de la democracia. Retomando la frase que el recordado Galeano repetía, se entiende que se permite votar porque no sirve para nada, o debería decir no sirve para cambiar nada. Si existe alguien que podría prohibirlo es porque tendría el poder para hacerlo, es decir que existe un sector interesado en que nada cambie y que se mantengan los lineamientos generales de la dirección del país y entonces tiene que asegurarse que lo que pase en las elecciones, sea cual sea el resultado, no altere el Status quo. La mejor manera de explicarlo es recordar las elecciones anteriores a esta, la del 2011, en el que un gran sector  de votantes apostó por un discurso diferente que apuntaba a transformar el país. Lo que sabemos después es que de ese plan de transformación no quedó nada, más que la desazón, la decepción, porque no es suficiente con ganar un gobierno para transformar el país, menos aun cuando el anhelo de transformación está lleno más voluntad que capacidad para hacerlo.

¿Sirven estas elecciones entonces? No es la pregunta que me preocupa en este momento. Veinte candidaturas disputándose el gobierno, cinco o seis de ellas que no cambiarían nada de lo que realmente importa y que son las que los sectores que manejan la economía y los medios de comunicación apoyarán; la mayoría de las otras candidaturas pasarán desapercibidas y probablemente candidaturas como la del Frente Amplio o Democracia Directa que encumbrarán discursos alternativos y de cambio sean atacadas desde la avalancha mediática de la gran concentración.

Perú, la tarea pendiente

Las noticias parecen decirnos que nada extraordinario sucederá en las elecciones a menos que el descontento y la indignación se convierta en acción política y que las inteligencias den un soporte a las buenas voluntades que buscan un Perú mejor, para conectar esa voluntad con las aspiraciones de millones de peruanos y peruanas.

Hace unos días, al participar en un focus group sobre las elecciones junto con otros jóvenes, nos preguntaron que pensábamos sobre los próximos años para el Perú, y las respuestas no fueron alentadoras. Se percibe pesimismo en este Perú, como si estuviéramos destinados a ser dirigidos por la "misma clase política". Sin embargo, creo que es un momento crucial para el país que va más allá de las elecciones y que tiene que ver con convertir las voluntades de cambio en estudio de la realidad concreta para comprender el drama del Perú, sus problemas fundamentales, volver la vista hacia el conocimiento de quienes dedicaron su vida a estudiar el Perú. Necesitamos que los hombres y mujeres, sobre todo jóvenes, que hacen política vayan más allá de la denuncia de un sistema que reproduce inequidades, y que se pierdan en disputas intestinas con otros jóvenes que tienen la misma voluntad.Necesitamos una clase política que deje de estar divorciada con la cultura y con la ciencia.


Al volver a casa después de participar en aquel focus group, y casi como una necesidad masoquista y oculta del pesimismo, busqué un poema del maestro Manuel Gonzáles Prada que, precisamente lleva por nombre El Perú, “¡Qué mezquindad! ¡Qué desdicha! /Sólo encierras, ¡Oh Perú!, / corazones de mosquito/ y cerebros de avestruz” y más adelante enfila la pluma hacia los jóvenes “No esperemos ni en el niño, / que en este infando Perú/ hombres hay de pocos años, mas no existe juventud” el Perú continúa siendo la tarea pendiente que tenemos por hacer.Manos a la obra.