Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 28 de diciembre de 2017

El camino urgente de una nueva República PPK Y EL PUNTO DE NO RETORNO

Por Henry Córdova Bran

Pedro Pablo Kuczynski se salvó de la vacancia el 21 de diciembre y tres días después indultó al ex dictador Alberto Fujimori desatando una nueva fase de una crisis política que hemos dicho que no es de ahora y que parece llevar a su pico a la verdadera crisis: el sostenimiento de una República empresarial antidemocrática a la que debemos poner punto final. 

Pedro Pablo Kuczynski no ha liberado a un reo, culpable de delitos de lesa humanidad, culpable de delitos de corrupción (a casi dos mil millones de dólares anuales calcula Alfonso Quiroz el costo de la corrupción durante la dictadura) culpable de desviar fondos de las Fuerzas Armadas para comprar editoriales de diarios, culpable de secuestros y de darle ilegalmente 15 mil millones de dólares a Vladimiro Montesinos. No, Kuczynski no ha liberado a un reo, él mismo se ha convertido en un reo de su propia conciencia.

Y es que para salvar la vacancia el presidente decidió pactar el indulto del Ex dictador Alberto Fujimori, el cual, como ha trascendido en los últimos días, se aprobó en un proceso rápido e irregular. Con este acto Kuczynski ha derechizado aún más su gobierno, sobre todo luego que varios de sus colaboradores en el ejecutivo, en el legislativo e incluso en los medios de prensa estatales renunciaran.

Lo que Kuczynski ha hecho es terminar de mostrar su filiación hacia el fujimorismo, reduciendo los crímenes de Fujimori a “excesos” y “errores graves”, para pedir una reconciliación nacional en base a un discutido indulto humanitario. Pero además Kuczynski abre un nuevo episodio de la crisis política del país.

El botón rojo que presionó el presidente

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha sido una constante crisis política producto de una sensación de desgobierno o de gobierno paralelo que enfrentaba al Ejecutivo con el Legislativo controlado por la bancada de Fuerza Popular manejada por Keiko Fujimori. No los enfrentaba dos posiciones ideológicas sobre como debería conducirse el país en materia económica, social, política o simpatías en materia de política internacional; en todo ello fujimoristas y el presidente tienen coincidencias casi absolutas. Los enfrentaban revanchas electorales, ambiciones de poder absoluto, mezquindades propias del parlamento que tenemos. Y en ese enfrentamiento el presidente se mostró endeble, claudicó a su investidura para gobernar y le cedió a Fuerza Popular las victorias celebradas por el grupo Mototaxi, el grupo cerrado del entorno más cercano de Keiko Fujimori, a quien, como hizo notar un audio trascendido de una de sus parlamentarias, poco le importaban los proyectos que beneficiaban a miles de peruanos durante este gobierno, cuando la consigna era promover una continua desestabilización.

En medio de esas puyas rondó siempre el asunto del indulto. El presidente sabía que ese asunto era una carta que podía usar en el momento más necesario. El asunto del indulto y la liberación del Ex dictador se convirtió también en un tema que partía las prioridades al interior de la misma bancada de Fuerza Popular. La figura de Kenji Fujimori creció en torno a este asunto. Se empezó a decir que con Kenji había otro fujimorismo, pero ¿en qué son distintos Keiko y Kenji? Ambos apoyaron y respaldaron el gobierno dictatorial de su padre, ambos tienen serios cuestionamientos de corrupción y vínculos con negocios fuera de la ley, ambos ven la política como la aprendieron del gobierno de su padre. La diferencia entre ambos es el oportunismo de un Alberto Fujimori en libertad, más deseable para Kenji que para Keiko.

El momento de activar este asunto llegó en la coyuntura del pedido de vacancia presidencial del pasado 21 de diciembre. Kenji consiguió salvar al presidente convenciendo a parlamentarios de Fuerza Popular de abstenerse y evitar la vacancia. Kuczynski sabía que una decisión como esta polarizaría el país entre los millones de peruanos y peruanas que respaldan al ex dictador y los millones que han demostrado que el antifujimorismo es una fuerza ciudadana con capacidad de movilización que fue determinante en las dos últimas elecciones. El presidente ha apelado a una reconciliación nacional, pero lo que ha hecho es presionar un botón que puede ser de no retorno. El resultado ha sido el llamado a una movilización permanente de rechazo al indulto y condena de la legitimidad del gobierno de PPK.

Una República con crisis continuas

Hemos dicho que la crisis política y de la democracia en el país no son de ahora. Alberto Adrianzén ha vuelto a mencionar en un artículo en el Diario La República el concepto de República Empresarial que se fundó en 1992 con el inicio de la dictadura de Fujimori y que construyó, a partir de la Constitución de 1993, una arquitectura jurídica que le abrió las puertas a la política neoliberal y con ella a un Estado permisivo frente a las ambiciones del gran capital y que son el origen, no solo de la gran corrupción del caso de Odebrecht, sino de todos los negociados como los beneficios tributarios que dejan al Estado sin millonarias sumas que no pagan empresas grandes de diferentes rubros en el país.

Adrianzén ha mencionado con razón que “si la democracia está en crisis es porque subsiste la República Empresarial”. Eso significa que no basta con cuestionar la legitimidad de un indulto que nos avergüenza como país frente a los deudos y deudas de la dictadura y frente a la justicia internacional; es necesario discutir la continuidad de esta República que tenemos que demandaría una gran movilización nacional por un nuevo pacto por el Perú, la necesidad de una nueva Constitución que sepulte el legado nefasto y criminal de la dictadura.

Los siguientes días serán difíciles para el país. Las movilizaciones en diferentes ciudades tendrán en el indulto su principal motivación. Pero acaso sea necesario en esta coyuntura que nos vuelve a poner en cuestión la discusión del Perú que queremos, discutir los orígenes de una crisis continuada que inició con la caída de la dictadura y que continuó porque nuestra clase política no tuvo la altura para romper con la institucionalidad de esa dictadura pese que la comisión que investigó los delitos económicos de la dictadura recomendó directamente la revisión de la estructura jurídica que favoreció la gran corrupción.


La pregunta seguirá siendo si estaremos a la altura como país desde la clase política y desde la organización social de construir una República distinta a esta que tenemos.

jueves, 14 de diciembre de 2017

ESTA CRISIS DE LA DEMOCRACIA NO ES DE AHORA

Por. Henry Córdova Bran

No sorprende la revelación de los negocios entre las empresas vinculadas al presidente y ODEBRECHT. Lo que preocupa es que hemos llegado a un momento de desencadenamiento de una crisis estructural de nuestra democracia. Y sin embargo esta crisis no es actual, nos viene de muchos años atrás. Vista en el tiempo, la crisis de la democracia que heredamos de los noventa no la superamos, solo cambiaron los actores y las actrices.

Los documentos mostrados por la comisión Lava Jato el último miércoles no hacen más que confirmar algo que sabíamos: que el presidente es un lobista. Lo grave es que el presidente tiene que responder a un evidente caso de conflicto de intereses cuando era un alto funcionario del gobierno de Alejandro Toledo.

Lo cierto es que el último capítulo ODEBRECHT ha desatado una crisis política que pone en el ojo de la tormenta al propio Presidente Kuczynski y que ha precipitado los pedidos de renuncia o de vacancia del presidente. En el momento en el que se escribe este artículo las bancadas en el Congreso de la República se reúnen entre ellas para decidir cuál será su posición. Mientras el fujimorismo plantea la renuncia, el Frente Amplio manifiesta que la figura para la salida de esta crisis es la vacancia del presidente, que Vizcarra asuma la presidencia y que se convoque a alecciones generales presidenciales y congresales en un plazo inmediato.


Mientras tanto aún están pendientes las acusaciones constitucionales contra el Fiscal de la Nación y el Tribunal Constitucional en un intento de acallar las investigaciones por casos de corrupción a Keiko Fujimori y Alan García.

La democracia secuestrada

Si bien es cierto la crisis se hace manifiesta con mayor énfasis cuando el escándalo de la corrupción toca directamente la figura del Presidente de la República, lo cierto es que la revelación de los pagos de ODEBRECHT no sorprende. La historia de Pedro Pablo kuczynski está poblada de vínculos con grandes empresas y negociados que merecen más de una investigación desde sus años como funcionario del gobierno de Velasco, en el que tuvo que huir oculto en la maletera de un auto. No sorprende porque además no es solo Kuczynski, la clase política que nos ha gobernado y la que nos ha querido gobernar tiene, por lo menos, gruesas sospechas de vínculos con la corrupción.

El fin del gobierno de Fujimori debió ser un tiempo de bisagra para la democracia en el país. Hemos recordado en un artículo anterior que tras la caída del régimen de Fujimori una comisión en el congreso presidida por el entonces congresista Javier Diez Canseco investigó los delitos económicos del fujimorismo y encontró que la corrupción del gobierno se erigía sobre una legislación en materia de contrataciones del Estado que era necesario cambiar, tal como se indicó en las recomendaciones del Informe de la Comisión de Diez Canseco. La recomendación señalaba puntualmente la “Revisión en forma integral por parte del Congreso Nacional a través de sus Comisiones Ordinarias, de la Legislación y Normas reglamentarias vigentes referidas a la privatización de empresas públicas en sus diversas modalidades según el Dec. Leg. 674.

El informe de esta comisión se presentó el 2002; sin embargo, esto no ocurrió. Ni se cambió la Constitución fraudulenta de Fujimori, ni se revisaron estas modalidades de contrataciones, privatizaciones o concesiones que en los 90 favorecieron groseramente a las grandes empresas y que en muchos casos fueron parte de la corrupción que, según cálculos de Alfonso Quiroz, le costaba al Perú alrededor de 2mil millones de dólares anuales.

¿Nos sorprende lo de Kuczynski? No. Pero si debiera indignarnos, debiera generarnos una sensación de ¡Basta Ya! Sin que eso nos tape la visión de que es una crisis no de un solo nombre, no solo del presidente, es una crisis estructural que sobrevivió a la marcha de los cuatro suyos, que sobrevivió al gobierno de transición, y a los gobiernos de Toledo, de García, Humala y al actual gobierno, el del endeble ejecutivo de PPK y el del gobierno de facto del Congreso de la República a manos del fujimorismo.

No sabemos si en las próximas horas o en los próximos días, se decida la suerte del presidente, si la presión lo lleve a renunciar o si el parlamento tome la decisión de vacarlo por incapacidad moral, o si se adelantarán las elecciones. Lo cierto es que cualquiera de los escenarios nos introduce a una crisis de representatividad. Quizá nunca más se nos hacen más actuales las palabras de Gonzáles Prada, “En el Perú, en cualquier lugar donde se pone el dedo sata la pus”, para el caso de esta crisis, la pus de la corrupción salta en todas direcciones.

¿Estamos listos como país para asumir y encarar los escenarios que pueden venir? No somos una República de ciudadanos y ciudadanas con vocación política, pero quizá el descontento y la indignación nos lleven a repensar el Perú que queremos, partiendo desde el Perú que no queremos.


viernes, 13 de octubre de 2017

UN VOTO QUE NO GENERA CONFIANZA

Por: Henry Córdova Bran

Hoy, jueves 12 de octubre, mientras escribo este artículo, el Pleno del Congreso de la República escucha a la Primera Ministra Mercedes Aráoz para decidir si le da o no el voto de confianza. Es altamente probable que así sea. Sin embargo, no significa que la crisis política se resuelva de esta manera en medio de un contexto político por lo menos complejo.

Luego de casi un mes de haber sido juramentado el gabinete Aráoz es probable que el parlamento le otorgue el voto de confianza. Durante estas semanas, Mercedes Aráoz se reunió con todas las bancadas en busca de consensos y de bajar la temperatura de la crisis política que desencadenó la salida del gabinete Zavala.

Con el fujimorismo Mercedes Aráoz buscó tender puentes y se reunió con la bancada y con el presidente del Congreso, Luis Galarreta. Luego de ese diálogo desde el fujimorismo y desde la PCM se habló de “iniciar un nuevo capítulo” en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, que no es otra cosa que entre el gobierno y el fujimorismo.

Con el APRA, con quien Mercedes Aráoz tiene muy buenas relaciones y una cercana vinculación con Alan García, la reunión se dio en un ambiente amigable. Con las otras bancadas tuvo reuniones cordiales y está descontado su apoyo a excepción de las bancadas divididas de la izquierda, del Frente Amplio y de Nuevo Perú, quienes han solicitado incluir en la agenda temas como la agenda indígena, conflictividad social y la problemática del magisterio. Sólo tras las reuniones con las bancadas del Frente Amplio y Nuevo Perú Mercedes Araoz habló de diferencias ideológicas, lo que reafirma que las diferencias con el fujimorismo no son ideológicas sino de poder.

Los retos que se menciona que tiene el gabinete Aráoz son de consenso con casi todas las bancadas. Este consenso tiene que ver con temas de reactivación económica, reconstrucción, salud, educación. También serán parte de estos retos la seguridad ciudadana y el destrabe de los grandes proyectos.

Para Sinesio López, hay una alta probabilidad de que el parlamento le otorgue el voto de confianza al gabinete Aráoz, pero que el fujimorismo, pese a dar su voto a favor, no perderá la ocasión para nuevamente hacer notar su poder de alguna manera.

Una política peruana poco política

Pero Mercedes Aráoz no llega a esta presentación en el parlamento precedida solo de sus reuniones con las diferentes bancadas del parlamento. Hay también un contexto político que aporta poco o nada a un debate real y de fondo. Es poco política nuestra clase política. Esto se advierte fácilmente en las discusiones mediáticas del día a día y que llenan las parrillas noticiosas de nuestros medios de comunicación.

Durante los últimos días algunos hechos tendrán una resonancia seguramente durante la exposición del parlamento. Ya se ha hecho una costumbre entre nuestros parlamentarios y parlamentarias que poco escuchan las largas exposiciones como la que seguramente hará Mercedes Aráoz. Y es que el problema del parlamento es que reduce las discusiones a lo mediático y no a los grandes temas.

Para ello, el propio presidente Kuczynski le ha dado motivos a la bancada fujimorista para empezar una arremetida a la presentación del gabinete Aráoz. Al negarse a ser interrogado por la comisión Lava Jato del Congreso presidido por la fujimorista Rosa Bartra y llamar circo a este tipo de comisiones investigadoras. Allí aparecerán los Becerril, las Lourdes Alcorta, los Salaverry, las Chacón para denunciar a Kuczysnki, haciendo alarde de moralidad y transparencia quienes hacen de estas palabras contenidos huecos y vacíos. No es raro por eso que luego de la negativa de PPK, la lideresa de Fuerza Popular sea citada a la misma comisión y esta confirme su asistencia. Pero seamos sinceros, la comisión Lava Jato la maneja Fuerza Popular y el APRA y más allá de ser una instancia de fiscalización ha devenido en un mecanismo de control político. Obviamente nada se espera de lo que esta comisión pueda preguntarle a Keiko.

Tiene mucho que responder el presidente. Es verdad. Pero no es el parlamento ni esta comisión una garantía para una investigación transparente. El presidente tiene que responder sobre su participación en la concesión de la Interoceánica sur, más aún después que el testigo Juan Monroy Gálvez ha declarado a la Fiscalía que Kuczynski no habría dicho la verdad en sus declaraciones ante el Fiscal Hamilton Castro.

El indulto a Alberto Fujimori continúa siendo parte de la agenda mediática. Se especulaba que, de darse una clasificación al mundial de fútbol del seleccionado nacional, el presidente aprovecharía esa coyuntura para dar ese paso. Pero el tema del indulto ha hecho posible notar algunos matices dentro del fujimorismo. Pese a sus esfuerzos por mostrarse como una fuerza política sólida y disciplinada, hace bastante tiempo que la tienda naranja muestra fisuras. Cada vez se hace más notoria una fuerza albertista, que sigue al ex presidente hoy preso en la DIROES, y una fuerza keikista, leal a la hija del reo Fujimori y jefa de Fuerza Popular.

Uno mira hacia dentro del parlamento y encuentra poca capacidad de debate, pocas ideas, poca perspectiva. El que la presidenta de la Comisión de la Mujer, Maritza García diga una barbaridad como que las mujeres deben cuidar qué cosa les dicen a sus parejas para evitar exacerbar a un hombre normal y desatar la violencia, solo es el triste y deplorable reflejo del nivel de nuestros y nuestras congresistas, y es ocioso hacer un recuento de cada capítulo que hay en el parlamento.


Este Congreso escuchará a Mercedes Aráoz, y es posible que, entre gritos, puyas y una jornada repetida, con los mismos sobresaltos, le termine dando el voto de confianza. Pero los peruanos y peruanas nos preguntaremos una vez más, si este consenso de voluntades y propuestas nos darán la confianza de aquello que la propia Premier ha dicho al inicio de su discurso: ser un país que camina al bicentenario trabajando para ser un país para todos y todas.     

viernes, 29 de septiembre de 2017

LA URGENCIA DE UNA MOVILIZACIÓN NACIONAL

Por Henry Córdova Bran

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha dado nuevos pasos en su entrega hacia los sectores que desde que empezó su mandato le ganaron la iniciativa política: el fujimorismo y el aprismo. PPK ya no solo apuesta por el inmovilismo, que caracterizó el accionar de su primer gabinete, ahora, con Mercedes Aráoz a la cabeza, se inclina hacia una oposición que no dudará en precipitar su caída.

Cada vez se hace más palpable la sensación de que Pedro Pablo Kuczynski no quiere gobernar. Analistas de diversos espacios coincidieron en que el pedido de confianza del gabinete Zavala y su posterior rechazo de este pedido por el Congreso, significaba una oportunidad para el gobierno y una mala decisión para el Congreso. En efecto, esta coyuntura le daba al gobierno el margen de maniobra que necesitaba para una ofensiva política frente a la mayoría fujimorista en el parlamento.

Sin embargo PPK no pudo, o no quiso, tener la audacia para realizar esta ofensiva política. Hizo todo lo contrario. Armó un gabinete a la medida de quienes lo arrinconan desde el parlamento. Y no pareciera que lo haya hecho con la angustia de quien se ve arrinconado políticamente, sino con la complacencia de quien sabe cercano, próximo al fujimorismo, al aprismo, a la derecha conservadora, a la iglesia (todas las iglesias) de moral doble y anticuada, a los sectores del negocio y de pensamiento único. Porque en fin sigue siendo una disputa entre iguales cuya pugna se materializa en detalles. No le falta razón a Claudia Cisneros cuando menciona la existencia de una derecha bruta, ignorante y achorada representada por el keikismo –y añadimos derecha bufalesca y mañosa con el aprismo- y la derecha tecnócrata, apátrida y lobista-corporativista de PPK.

Hablábamos la semana pasada de tres agendas determinadas por el legislativo, el ejecutivo y la que podría venir desde las demandas del movimiento social y de los sectores postergados en el país. Pero valgan verdades, más allá de las puyas mediáticas, del día a día parlamentario intrascendente y cada vez más bajo en sus debates, de las agendas fotográficas del ejecutivo; en lo esencial el rumbo es el mismo. Saludo de manos y a “voltear la página” dice la Premier Aráoz mientras le lanza un guiño al fujimorismo en su arremetida contra Vargas Llosa para deleite de la jefa naranja y don Alberto en su prisión de la DIROES.

Es sintomático que durante la semana la posibilidad redundante del indulto para el ex presidente Fujimori, sentenciado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y a otras penas por delitos de corrupción, marquen nuevamente nuestra agenda mediática. El indulto, al parecer cada vez más inminente, terminará de cerrarle el paso al gobierno de Kuczynsiki frente al sector que finalmente le dio los votos que necesitaba para llegar a la presidencia. PPK debiera saber que este sector ha demostrado desde hace varios años una capacidad de movilización en las calles que no le dará tregua frente a la liberación de Fujimori. PPK quizá se sentirá más cómodo acercándose al fujimorismo que a las exigencias de las calles.

Una respuesta necesaria

El panorama no pinta bien para el Perú. Mientras transcurre el segundo año de gobierno de Kuczynski, se pierde el tiempo frente a los grandes debates nacionales: la recuperación económica y la recuperación de los más de 150 mil puestos de trabajo perdidos, el impulso de sectores económicos alternativos y sostenibles frente a la política extractivista que domina en el interior del ejecutivo, la lucha contra la corrupción y el fin de las evasiones y  exoneraciones tributarias que las grandes empresas tienen en el Perú y por los cuales el Estado deja de percibir más de 15 mil millones de soles anuales, mientras los ingresos del Estado vienen cayendo casi en 4% del PBI en los últimos años que representa alrededor de 25 mil millones de soles anuales.

Mientras el ejecutivo y el Congreso lanzan sus puyas políticas y luego se dan la mano en un juego político de lo más deleznable, el país desde dentro espera la solución a temas mucho más trascendentales que tienen que ver con los derechos de las personas y el acceso a sus necesidades básicas. ¿Saben en el ejecutivo que en los territorios alejados de la Amazonía el acceso a sistemas de agua y alcantarillado es casi nula? Una capital de provincia como Santa María de Nieva en la Región Amazonas aún toma agua entubada y comunidades amazónicas dependen todavía del consumo de agua en acequias cada vez más contaminadas y que producen enfermedades como la tifoidea en los más pequeños. Un distrito como El Cenepa registra un 53% de menores con desnutrición crónica. Estos niños y niñas, además, como lo ha registrado la Defensoría del Pueblo en uno de sus informes, atraviesan por situaciones de vulnerabilidad y violencia sexual incluso al interior de las escuelas que no son precisamente las mejores del país. Todo esto frente a la poca presencia del Estado y poca capacidad de acción para enfrentar estos problemas.

Ni el ejecutivo ni el legislativo ponen estos temas en la agenda nacional. Es hora de que la movilización ciudadana reclame estos espacios. Hemos dicho que hay sectores sociales que han demostrado capacidad de movilización frente a temas como el indulto, o las campañas anti fujimoristas, pero es necesario ir más allá. Se necesita una movilización que promueva una agenda mayor de amplia base y que refleje los problemas del Perú. Que le discuta al ejecutivo su inmovilismo y al legislativo su bajeza, inoperancia y obstruccionismo. Esto requiere de una apuesta por repensar el Perú como país, como nación, como Estado. Volviendo al artículo de Claudia Cisneros en el que afirma que “los apátridas nos gobiernan” hará falta entonces un profundo sentido patriótico para revertir la oscura situación del país de cara al Bicentenario.   

TRES AGENDAS PARA EL PERÚ

Por: Henry Córdova Bran

El presidente Kuczynski juramentó durante esta semana a su segundo gabinete después que el Congreso de la República le negara la confianza al gabinete de Fernando Zavala. La designación de Mercedes Aráoz no cayó bien entre algunos sectores sociales. ¿Cuál es la agenda del parlamento? ¿Cuál es la del ejecutivo? La respuesta a estas preguntas nos puede llevar a pensar en una tercera agenda.

 La crisis política de los últimos días reflejó, una vez más, lo difícil que será este quinquenio de cara al bicentenario de la República. En un artículo que se publicó tras la primera vuelta electoral, advertimos del riesgo que significaba la composición del Congreso de la República con una mayoría fujimorista por encima de las 70 curules, con solo el 32% de los votos. Dijimos allí que aun cuando la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, no ganara las elecciones, el poder obtenido en el parlamento le permitiría tener capacidad de maniobra para intentar un gobierno paralelo desde el legislativo. Keiko Fujimori no ganó las elecciones y el fujimorismo ha mostrado de lo que es capaz.

Las demostraciones de poder del fujimorismo han sido continuas: la negación de Keiko de saludar el triunfo de PPK, el uso a discreción de la facultad legislativa de la censura a diferentes Ministros. La censura del Ministro Educación Saavedra, el famoso grupo de whatsapp “mototaxi”, el desplante de la entonces presidenta del Congreso, Luz Salgado, a la convocatoria de Kuczynski para abordar el tema de corrupción, el posicionamiento de figuras del fujimorismo en puestos claves del Estado como en el Banco central de Reserva; entre otras.

La agenda del parlamento

La agenda del parlamento se organiza irremediablemente alrededor de la agenda que quiera imponer el fujimorismo. De los 72 congresistas que tienen hay un núcleo duro que rodea a Keiko Fujimori y a quienes la lideresa de Fuerza Popular imparte sus directivas. Por las conversaciones del grupo “Mototaxi” desde el año pasado quedó claro que la intención del legislativo era hacer ver al ejecutivo su poder “para que vean con quien se meten” decía una exaltada Cecilia Chacón tras la censura del ministro Saavedra, y Keiko Fujimori felicitaba el desempeño de sus parlamentarios. De las otras bancadas poco que decir: el aprismo sirviendo como cola de león del fujimorismo como para coronar el histórico descalabro del Partido que hace casi 100 años se fundó para cambiar el Perú; el Frente Amplio que era la bancada llamada a impulsar alternativas, que si bien podrían ser difíciles de posicionar por la falta de votos, significarían la conexión de las demandas sociales en la tribuna parlamentaria, sin embargo, ahora ya dividida en dos bancadas la posición de la izquierda está más que debilitada. ¿El resto? Convidados de piedra en estos escenarios.

Hace unos meses, la congresista María Elena Foronda, por entonces presidenta de la Comisión de pueblos andinos, Amazónicos y Afroperuanos, nos manifestó que desde su comisión se pedía impulsar la Ley de Cambio Climático, tan necesaria para nuestro país, sin embargo, no era un tema que le interesa al fujimorismo y por lo tanto no era tema de agenda para su discusión en el Pleno. Quizá la reciente difusión del audio en el que se escucha a la congresista de Fuerza Popular Yesenia Ponce manifestar que la lideresa de su partido habría dicho que no le interesa impulsar proyectos de ley que ayuden al ejecutivo, así estos beneficien a miles de pobladores como en el caso del proyecto Chinecas. Está claro que al parlamento fujimorista no le interesa impulsar más agenda que la desestabilización del gobierno y alimentar las ansias de poder de su lideresa, demostrando con sus actitudes y acciones que el fujimorismo sigue siendo el mismo fujimorismo dictatorial con el que Keiko Fujimori creció como primera dama de la presidencia de su padre. Prueba de su intransigencia con los valores democráticos es la acción intolerante de retirarle el nombre de Gustavo Mohme Llona a una de las salas del parlamento.

¿Y la agenda del ejecutivo?

El gobierno de Kuczynski pareció resignar su acción gubernamental a lo que la tecnocracia pueda hacer en los ministerios. Tal como iniciaba su gobierno, con esa correlación de fuerzas que lo enfrentaba a un parlamento que a todas luces ameritaba una estrategia y fortaleza política que el gabinete Zavala difícilmente podía darle. Y así la puesta mano desde el inicio la ganó el fujimorismo desde el parlamento. Kuczynski se olvidó de la política y se concentró en los negocios, creyendo que lo que el gobierno necesita es impulsar mega proyectos, como el caso del aeropuerto de Chinchero con las consecuencias que ya conocemos. La agenda del gobierno no se diferencia mucho de la agenda de las últimas décadas, pero sin la bonanza de los precios de la minería.

El hecho de que el gobierno haya decidido plantear la cuestión de confianza del gabinete Zavala al parlamento y que como producto de su rechazo haya nombrado un nuevo gabinete con algunos ajustes termina siendo sólo un respiro para la crisis. Pero el nuevo gabinete no es un cambio de timón, sino todo lo contrario. Mercedes Araoz se presenta como una Premier que impulsará el diálogo, la misma Mercedes Araoz que en el 2009 como Ministra de Comercio Exterior, precisamente por falta de diálogo, terminó siendo una de las responsables políticas del Baguazo. Es posible que en un período corto el fujimorismo se calme por unos días, pero difícilmente Araoz podrá revertir la agenda que ya el fujimorismo tiene planteado desde el parlamento.

¿Y la agenda del país?


Mientras tanto, ni el parlamento, ni el ejecutivo parecen sintonizar con el país. La sola designación de Mercedes Aráoz como Premier ha generado el rechazo de sectores sociales, sobre todo indígenas. Santiago Manuin, presidente del Consejo Permanente del Pueblo Awajún ha dicho que “el gobierno al nombrar a una de las responsables políticas del Baguazo como Premier muestra su falta de conexión con el pueblo indígena”. Recordemos que también hay temas ambientales y de territorios que están latentes, como la exigencia de la consulta previa para el lote 192, el problema del tráfico de territorio en la Amazonía para favorecer negocios de palma aceitera, la presencia cada vez más preocupante de la minería ilegal; las políticas para revertir la pérdida de 155 mil puestos de trabajo, la situación de precarización laboral, la anemia y desnutrición. Si estos temas no son parte de una agenda para el legislativo ni para el ejecutivo, hará falta una amplia movilización social y ciudadana que le devuelva a nuestra democracia el sentido extraviado entre la inoperancia del gobierno y la prepotencia autoritaria del parlamento dominado por el fujimorismo.

jueves, 14 de septiembre de 2017

EL LARGO DÍA DESPUÉS DE LA CAÍDA DE ABIMAEL GUZMÁN

Por: Henry Córdova Bran

En estos días hemos asistido a una exposición mediática al cumplirse 25 años de la captura del cabecilla de Sendero Luminoso: Abimael Guzmán. La prensa vuelve a hacer espectáculo de la historia y las preguntas que debiéramos hacernos pasan a un segundo plano, o simplemente no se formulan y lo que es peor, no se responden. ¿Cuáles son estas preguntas?

Abimael Guzmán, alias “presidente Gonzalo”, fue capturado un 12 de setiembre de 1992. El máximo líder de Sendero Luminoso, no cayó en un combate como parte de la guerra popular que pregonaba, como habría caído un revolucionario de verdad, si eso aspiró a ser alguna vez. Abimael Guzmán fue detenido mansamente, en una casa de clase media de Surquillo, en Lima, donde se ocultaba. Abimael Guzmán cayó, tras un exitoso operativo policial, como caen los delincuentes.

Desde entonces han pasado 25 años. Aquel mismo año de 1992 Alberto Fujimori, meses antes de la captura de Guzmán en la que nada tuvo que ver, había implantado una dictadura cívico militar que se perpetuó en el poder hasta el año 2000. El año 2003, tras la caída de la dictadura, se entregó el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que buscó revelarnos qué pasó exactamente durante los años de la guerra interna, en la que Sendero Luminoso, el MRTA y el propio Estado cometieron las más grandes vejaciones a los derechos humanos contra la población peruana. La CVR también emitió recomendaciones para que estas páginas de nuestra historia no vuelvan a repetirse.

Un largo día que ya dura 25 años

En gran parte del Perú se pensó que tras la captura de Abimael Guzmán, Sendero Luminoso se desmantelaría. En efecto, por la naturaleza mesiánica que tenía el “presidente Gonzalo” su captura,  su condena a cadena perpetua y el famoso acuerdo de paz que éste firmó con Fujimori, supuso el debilitamiento casi completo de la estructura del llamado Partido Comunista Peruano – Sendero Luminoso.

A 25 años de distancia de aquella captura, y en un contexto en el que algunos de sus miembros condenados a cadenas que superaron los 20 años de prisión empiezan a salir en libertad, los medios de comunicación y un sector de la clase política, han encendido las alarmas de un probable rebrote del accionar de Sendero Luminoso, de manera abierta o bajo la fachada del MOVADEF, su actual brazo político. El problema es que esa tesis reduce a creer que el problema sólo se trata de que el terrorismo y los años de violencia que vivió el país son producto de hombres y mujeres dementes o desquiciadas cuyo fin único es matar y causar terror. Este razonamiento nos conduce a la posibilidad de permitir que el Estado actúe de manera arbitraria y represiva contra cualquiera que con razón justificada o no sea tildada de cometer actos o tener predisposición hacia el terrorismo.


Es aquí donde no debemos dejar de hacernos otro tipo de preguntas y retomar un debate que debió ser parte de una política de Estado desde el día siguiente después de la captura de Abimael Guzmán y la derrota militar de Sendero Luminoso. Preguntas como: ¿En qué contexto surgió una organización política como Sendero Luminoso y porqué su discurso y su accionar se afianzó de tal manera que llegó a estar cerca de jaquear el centro del poder del país? ¿En qué ha cambiado el Perú después de estos 25 años para evitar que un discurso como el de Sendero Luminoso vuelva a calar entre amplios sectores de la sociedad peruana? ¿Qué lecciones aprendimos tras el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación? ¿Qué país somos ahora y que país debemos apuntar a ser?

Responder a estas cuestiones nos alejarán del discurso estridente de los últimos días y nos llevarán a un debate más serio y central. Al respecto nos permitiremos anotar algunas cuestiones. Es importante recordar, por ejemplo, el contexto en que surge Sendero Luminoso a finales de la década del 60 al separarse de la vertiente del PCP-Bandera roja de tendencia Pro China. El libro de Carlos Iván Degregori “El Surgimiento de Sendero Luminoso” da algunas luces al respecto. Sobre el porqué SL nace en Ayacucho, el estudioso afirma que “SL no hubiera podido nacer en cualquier lugar de la sierra, aunque allí hubiera similar pobreza, atraso y opresión gamonal”. Luego, Degregori afirma, analizando el contexto ayacuchano de la época, que “las cifras prueban de manera contundente que, dentro del desarrollo desigual y centralista que tiene lugar en el Perú, Ayacucho y sus vecinos, Huancavelica y Apurimac, resultan ser el ámbito más deprimido. No únicamente pobre. Para explicar la situación ayacuchana es necesario tener en cuenta, además de la pobreza, la explotación terrateniente, la opresión servil y la discriminación étnica”.

El Perú sigue siendo un país con desarrollo desigual y centralista, con zonas rurales andinas y amazónicas de mucha pobreza, con situaciones laborales con características opresivas y serviles y que no termina de reconocerse como un estado pluricultural, lo que condena aún a los pueblos originarios a situaciones de discriminación étnica ¿no fue esta una de las causas del Baguazo también? En los años de mayor crecimiento económico, 2009, las cifras revelaban que mientras la pobreza rural llegaba a 21%, la pobreza rural alcanzaba al 60%. En un distrito como el de Río Cenepa en la Amazonía peruana, los niveles de desnutrición, en niños y niñas, alcanza el 53%. Pese a que los índices de pobreza monetaria se han reducido, las brechas sociales se han mantenido y hasta se han acrecentado. Precisamente, “cerrar las brechas de todo orden” fue una de las principales recomendaciones de la CVR y esta no se ha cumplido.

En el Congreso latinoamericano de derechos humanos del 2013, Ramón Pajuelo, ex miembro de la CVR nos recordó que “la verdad incómoda consiste en que la Comisión demuestra […] el entrecruzamiento existente en el Perú, entre diferencia étnica y desigualdad ciudadana. Es decir, el hecho conocido por todos de que en Perú vivimos una situación de brechas de desigualdad en relación al acceso a la ciudadanía”. Pajuelo advierte que esta situación ha cambiado muy poco en el Perú y que “En este contexto, con todas las diferencias respecto al escenario previo, tenemos un escenario en el cual se están incubando formas de conflictividad social que responden al escenario actual pero que tienen una relación con el pasado”.


Ha cambiado poco el Perú. Finalmente Sendero Luminoso fue la respuesta demencial frente a un Estado que históricamente no ha sido capaz de resolver las brechas que no nos dejan ser un país de verdad. No será el fantasma entre rejas de Abimael Guzmán el que nos pueda precipitar a una nueva situación de escalada de la violencia política; sino la permanencia de este Estado viejo, criollo, corrupto y caduco; y ese es un debate que no nos estamos permitiendo tener.

sábado, 22 de julio de 2017

28 DE JULIO: ALGUNAS CUESTIONES ESENCIALES

Por: Henry Córdova Bran

Este viernes 28 de julio celebraremos 196 años de vida republicana. También se cumplirá el primer año de gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. Un año con muchas sombras y muy pocas luces. ¿Qué podemos esperar en el mensaje del presidente sobre materia laboral, salud, educación, reactivación económica, derechos ambientales, estabilidad política, corrupción?

Al señor Pedro Pablo Kuckzynski le tocó la oportunidad histórica de asumir la Presidencia de la República, cuyo periodo debería culminar al celebrarse el bicentenario de nuestra independencia. Nadie que conozca los antecedentes de PPK vinculados a la tecnocracia que nos gobierna desde el Ministerio de Economía y Finanzas, podía esperar que durante este gobierno el país se iba a encaminar hacia el bicentenario con políticas que apunten a la justicia social. No esperábamos eso de Kuczynski.

La oportunidad de arribar al bicentenario con la idea de refundar una nueva República, con más derechos y menos brechas, un país con más justicia y una patria que reconozca su naturaleza pluricultural, multilingüe, su carácter de Estado laico, inclusivo; esa oportunidad la perdimos hace mucho tiempo. Incluso la aparente oportunidad tras el triunfo de Ollanta Humala el 2011 no fue más que una ilusión que se desvaneció tras la constatación, casi inmediata, que el humalismo (si acaso existió tal cosa) sería parte de la histórica traición de la clase política a lo largo de nuestra historia. Humala está ahora cumpliendo una prisión preventiva y sólo nos puede producir rechazo y condena; la misma que sentimos por toda la clase política de las últimas décadas.

196 años desde que conquistamos, tras despojarnos del yugo del imperio español, una República que terminó siendo una República de criollos y para criollos. Nuestros primeros dirigentes no podían entender que no bastaba una independencia que sirviera solo para que los privilegios pasaran de unas manos –españolas- a otras manos –descendientes de estos mismos españoles-. Tuvimos que pasar casi todo el siglo XIX para empezar a entender que había también una “República de Indios” andinos. Y allí estuvieron Gonzáles Prada, Mariátegui, y finalmente Arguedas para tratar de interpretar este otro Perú con la idea de peruanizarlo. Sin embargo tuvo que transcurrir también gran parte del siglo XX para empezar a tratar de entender un Perú más allá incluso del Perú andino: El Perú Amazónico; y este es un proceso de reconocimiento que todavía no concluimos. Somos una república que no termina de reconocerse en su propio espejo histórico.

Casi doscientos años intentando buscarnos y todavía somos un país con demasiadas lejanías, con muchas distancias, pero que, afortunadamente, cada vez más se dirige al reto histórico de reencontrarse en su propio mito que le permita mirar hacia el futuro. Este reencuentro no vendrá auspiciado desde el Estado tan diligente en mirar hacia otro lado. Este reencuentro será el producto de la coincidencia de tejidos sociales, de la fraternidad creciente entre sus diferentes luchas y conquistas. En este sentido, es probable que el Bicentenario nos encuentre con dos celebraciones distintas. La del Perú oficial aferrado a que este estado de cosas se mantenga y que nada de lo fundamental cambie, por lo menos nada que atente contra sus privilegios nacionales y extranjeros. El otro será el bicentenario de la búsqueda de la conquista de una nueva República, una República que reconozca la diversidad de sus identidades y que a la vez sea capaz de decidir su vida misma con la participación en el poder de la representación de esas mismas identidades.

PPK y el gobierno perdido

Con el gobierno de PPK se termina de concretar la tendencia de las últimas décadas en torno a que el gobierno se conduce desde la tecnocracia y no desde la política. La tecnocracia, ajena a los ideales del bien común, favorece el sostenimiento de un sistema capitalista primario exportador. No se podía esperar otra cosa de un hombre cuya biografía está asociada al lobismo y a la cercanía con el gran capital.

El problema es que Kuczynski, no solo no gobierna sino que ha permitido que el gobierno se dirija desde el parlamento, ocupado y dirigido por la fuerza política heredera del gobierno que más daño le hizo al país en las últimas décadas: el fujimorismo. Con sus 72 congresistas el legislativo ha impuesto la agenda y el presidente, más allá de algunos gestos, parece no inmutarse tanto por eso.

¿Qué va a decir el presidente entonces el 28 de julio? Se espera que haya pronunciamientos claros respecto a problemas fundamentales. Es evidente que hay en el país una precariedad en materia de derechos laborales. La trágica muerte de dos jóvenes en el incendio de las Malvinas, que dio a conocer las condiciones de esclavitud en la que trabajan miles de peruanos y peruanas, debería merecer desde el ejecutivo una respuesta clara para un mayor control y fiscalización desde el Estado y un debate real sobre la Ley General del Trabajo y no los intentos de precarización laboral como la llamada Ley Pulpin 2.0.

El sector Salud está en crisis. Hace unos días recibimos una llamada en Radio Kampagkis, en Santa María de Nieva, provincia de Condorcanqui, región Amazonas. Quien llamaba era una madre preocupada desde Huampami, Centro poblado del distrito de Cenepa a unas tres horas por río, porque su hijo de 17 años se le había enfermado desde el sábado 15, lo había llevado al centro de salud y no había personal para atenderlo. Recién fue ingresado al centro de salud el lunes por la mañana, pero allí le dijeron que no podían hacer mucho porque no había medicamentos. La llamada fue hecha el miércoles y hasta entonces el joven no recibía tratamiento. Nos comunicamos con la Red de Salud de Condorcanqui y el responsable de la Unidad de Medicamentos, Mateo Sotelo, nos manifestó que efectivamente las 72 microredes de salud que existen en la provincia tenían un problema de desabastecimiento de medicamentos porque el sector, es decir el Ministerio de Salud aún no realizaba las compras de los medicamentos del año 2017 y que este no era problema exclusivo de esta zona sino en todo el país, pero aseguraba que a finales de agosto ya se esperaba contar con los medicamentos. Habíamos vistió ya en un reportaje reciente de Hildebrandt en sus trece sobre la crisis del SIS, que desde el año 2016 el MEF ha venido recortando el presupuesto del SIS que en el 2015 era de 1,756 millones de soles, se le recortaron 198 millones en el 2016 y 140 millones más para este 2017. Es decir que para los peruanos y peruanas que menos recursos tienen están prohibidos de enfermarse hasta fines de agosto, al menos. ¿Y el presidente dirá algo al respecto?

¿Y en el tema ambiental? Mientras el MINAM se queda cada vez con menos funciones –ya ni siquiera es el órgano rector para dirigir la política de Ordenamiento Territorial- los problemas se incrementan. En la Amazonía el Estado no ha cumplido con atender a las poblaciones afectadas por los derrames petroleros de los últimos años y ya el Instituto de Defensa Legal viene denunciando el mal manejo de este proceso en el caso de Saramuro, con serios indicios de corrupción. El Estado tampoco ha cumplido con sus acuerdos con la nación Wampis para erradicar las prácticas de minería ilegal en sus territorios en el distrito del Rio Santiago de la provincia de Condorcanqui en Amazonas; lo que ha producido un ataque de los mineros ilegales a pobladores wampis hace solo unos días. ¿Se preocupará el presidente por estos temas? ¿Y la Ley de Cambio Climático, para cuándo?

Seguramente hablará sobre la reconstrucción con cambios y la lucha contra la corrupción en las que se espera que la justicia mida con la misma vara a todos y todas, porque si es verdad que los Humala – Heredia tienen serios indicios de delitos, no son los únicos, y en la misma condición deberían estar los otros ex presidentes y la ex candidata Keiko Fujimori, y quizás hasta el propio presidente Kuczynski.


Este es nuestro país y tenemos 196 años de una independencia inconclusa y un presente bastante sombrío. Sin embargo, como diría el poeta Marco Martos, “Es este tu país/ porque si tuvieras que hacerlo, / lo elegirías de nuevo/ para construir aquí/ todos tus sueños” y es aquí donde queremos conquistar el cielo y las estrellas para construir una nueva República.

domingo, 11 de junio de 2017

8 años después del 05 de junio APUNTES SOBRE LA DEMOCRACIA

Por: Henry Córdova Bran 

Han pasado ocho años desde el 05 de junio del 2009, día en que el gobierno de Alan García ordenó un operativo policial que terminó con un saldo de 33 personas fallecidas entre policías e indígenas, más de 200 heridos y dejó una herida abierta en el país que desnudó, una vez más, la existencia de un Estado que desconoce los derechos de los pueblos indígenas. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

De aquel 05 de junio del 2009 recordamos la indignación. Lo indígena, la Amazonía, era, quizá por primera vez, parte de la atención nacional. Sabíamos mucho o poco; unos más que otros, de las razones por las que los pueblos indígenas del norte de la Amazonía llevaban más de 50 días protestando y exigiendo al gobierno de turno la derogatoria de Decretos Legislativos que atentaban contra sus territorios. En los días previos y el mismo 05 de junio supimos que si un gobierno actúa de la manera en que Alán García, sus ministros y el Congreso de la República actuaron con las poblaciones indígenas, entonces, algo estaba fallando con la Democracia.

La historia es más o menos conocida, los medios de comunicación, como en casi todos los conflictos, le pusieron un nombre altisonante, desde entonces le hemos llamado “Baguazo”.  
Han pasado ocho años. Desde Santa María de Nieva, capital de la provincia de Condorcanqui en la región Amazonas tuvimos la oportunidad de conversar con dirigentes indígenas de las naciones Awajun y Wampis. Lo primero que nos dice el dirigente Rodrigo Trigoso Paredes, es que “los hechos del 05 de junio, del mal llamado “Baguazo, todos los Awajun pensamos que la discriminación para ellos es el arma más afectivo contra nosotros” se siente entre los indígenas Awajun la percepción latente de un Estado ajeno a sus intereses y que desconoce sus costumbres y su derecho ancestral a decidir sobre sus territorios.

Elías Mayan es también un dirigente Awajun y recuerda “el Estado no nos hizo caso, no nos quiso considerar como pueblos indígenas, no ha habido entendimiento, nos han puesto policías y nos atacaron”. Con el paso de los años siente que hay avances pero no todos los que se necesitan para el país y los pueblos indígenas “después de esto el Gobierno de Ollanta decretó la Ley de Consulta Previa, algo de luz verde nos dio de que nosotros sí existimos, pero falta mucho, nuestra autodeterminación como pueblos indígenas que nosotros podemos tener nuestro modelo de desarrollo pensando en nuestras futuras generaciones, no quiere decir que nos vayamos contra el Estado sino que somos parte del Estado”. Entre los pueblos indígenas se escucha cada vez más la necesidad de caminar hacia el gobierno de sus territorios amparados en su derecho como pueblos originarios anteriores a la formación misma de la República.

En representación de la organización regional de ORPIAN, Ananías Shawit Kasan, refiere que “durante ocho años pensábamos que el Estado peruano se tenía que ver normas que favorecen a los pueblos indígenas, pero nunca se ha cambiado, entonces nosotros pensamos que el Estado peruano hacia el pueblo no tiene consideración, el Estado peruano no está reconociendo normas internacionales que nos favorecen”.

Por otro lado, durante estos ocho años, más de 50 ciudadanos indígenas han tenido que afrontar un proceso judicial acusados tener responsabilidad penal en los hechos de la curva del diablo. Finalmente, en una sentencia histórica el pasado mes de setiembre del 2016, los 53 indígenas fueron absueltos. Por primera vez en el Perú se incluyó en un proceso judicial enfoques como el intercultural. Juan José Quispe, abogado del Instituto de Defensa Legal y defensor de algunos de los indígenas procesados, refiere que esta sentencia es histórica porque antepone un derecho ancestral y que hay un reconocimiento del Poder judicial de que las  tierras le pertenecen a las comunidades indígenas ancestralmente, reconoce el derecho a la protesta, en tanto sea pacífica, y desarrolla una ponderación entre considerar que por un lado  había una violación al derecho constitucional al libre tránsito, pero por otro lado había un reclamo al derecho a la propiedad, a las tierras comunales y el derecho a la vida porque si se ataca su sistema de ecosistemas no hay vida; finalmente la inclusión del peritaje antropológico que considera la cosmovisión de los pueblos indígenas. En este sentido el Dr. Quispe destaca que hay un cambio en la mentalidad de los jueces en entender que un proceso de este tipo debe considerar características especiales.

sin embargo los indígenas de los pueblos Awajún y Wampis, pese a este avance en materia judicial, todavía lamentan que el trato no sea igual; pues mientras ellos han tenido que afrontar este largo proceso judicial, la justicia no ha actuado de la misma manera con los responsables políticos de los hechos de violencia ocurridos el 05 de junio, hasta la fecha, ningún Ministro ni autoridad incluidos los congresistas o el propio Presidente de la República de ese entonces, es decir Alan García, ni siquiera han sido procesados. Esta democracia aquí también revela su carácter discriminatorio. 

Los retos de la democracia en el Perú

En el Perú nos hace falta madurar todavía nuestra democracia. A lo largo de nuestra vida Republicana hemos asumido la idea de democracia desde lo occidental y basados en el gobierno de quienes ejercieron la administración del país tras el logro de la independencia, que como sabemos ha sido una administración de criollos. El poder económico, vinculado al gran capital internacional, durante estos casi 200 años es el verdadero gobierno en el Perú y los actos de gobierno se ejercen según los intereses del poder económico. La clase política entre tanto, cada vez menos ejerce la política en beneficio de las mayorías. Acaso en un momento de nuestra historia la clase política, más culta, con mayor conciencia nacional, puso en el debate y discutió el gobierno a la clase dirigente. Entonces se habló del problema del indio. Durante el siglo XX hubo avances en la tarea de construir un país que incluya su carácter andino. Pero sabemos bien que la historia no es un progreso lineal y que existen avances y retrocesos. Y el Perú lucha todavía contra su propia naturaleza de Estado centralista, de pensamiento occidental y con una visión de desarrollo que reproduce el Estado capitalista primario y extractivista.

El 05 de junio del 2009 nos enfrentó nuevamente con esa realidad. Por eso desde los pueblos indígenas hay una resistencia a recordar esta fecha como el Baguazo, para estos pueblos el gobierno debería decretar esta fecha como el día de la dignidad indígena, como un reconocimiento a la justicia de su causa en defensa de sus territorios, propuesta que la congresista María Elena Foronda, presidenta de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República se ha comprometido a impulsar.

En una entrevista (que reproduciremos en su totalidad en una siguiente publicación) con Wrays Perez Ramirez, quien fuera elegido el pasado 29 de noviembre como presidente del Gobierno Territorial Autónomo de la nación Wampis, nos comentó sobre los pasos que vienen dando los pueblos indígenas para lograr que el Estado reconozca su naturaleza de pueblos originarios con derechos para decidir sobre sus territorios. En efecto, la constitución de la nación Wampis como gobierno territorial autónomo es la primera experiencia en nuestro país de esta naturaleza. “El 2 de mayo presentamos la sustentación técnica y legal como pueblo y nación Wampis, estamos  notificando que nosotros como Wampis existimos mucho antes, estamos haciendo ejercicio legítimo de nuestros derechos reconocidos a nivel internacional, no queremos seguir gritando diciendo que nos reconozcan cuando ya están reconocidos”.


Se abre una nueva etapa en la perspectiva de buscar el reconocimiento del Perú como un Estado plurinacional en la dimensión que esto significa para nuestra democracia. Quizá sea el momento de entrar a un gran debate nacional sobre el tipo de democracia que queremos construir de cara al bicentenario o seguiremos gobernados por una clase política que poco entiende de los verdaderos retos que el Perú debe afrontar. El Perú es más que las puyas entre un ejecutivo vacilante plagado de lobbies en todos sus niveles, y un congreso dominado por el fujimorismo y sus cada vez más avezados actos de demostración de poder con las mismas prácticas que usaron en la nefasta década del 90 que continúa demostrando su naturaleza antidemocrática.