Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 10 de octubre de 2013

LO QUE DEJÓ LA ÚLTIMA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU

Por: Henry Córdova Bran

La 68º Asamblea General de la ONU se desarrolló hace pocos días en Nueva York en medio de un contexto mundial marcado por el conflicto sirio, las posiciones norteamericanas y rusas enfrentadas nuevamente y una cada vez más firme posición de algunos países latinoamericanos frente a la política de intervención de EEUU, marcada en la actualidad por el espionaje.

Este año la Asamblea General de las Naciones Unidas inició con una fuerte crítica de parte de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hacia el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica a raíz del escándalo de espionaje del que fueron objeto autoridades brasileñas, incluida la misma presidenta Rosseff. La presidenta brasileña fue firme y realizó la que ha sido catalogada por el periódico The Guardian, como “la condena pública más fuerte realizada por un líder mundial a los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la Agencia de Inteligencia del Reino Unido (GCHQ) y otros servicios de inteligencia asociado”.

La presidenta Rousseff afirmó que Estados Unidos “violó los derechos humanos, la libertad civil y la soberanía” de Brasil. En esa línea, censuró el hecho de que se argumente que un país puede interferir en las comunicaciones de otro “para proteger a las naciones contra el terrorismo” como ha afirmado el gobierno norteamericano. Tras esta dura crítica Rousseff llamó a la ONU a proteger a los usuarios de Internet del espionaje internacional.

Tras el discurso de Rousseff, y a pesar que la crítica fue frontal hacia el gobierno norteamericano, Barack Obama en la alocución de su discurso apenas si aludió al tema al afirmar que “hemos comenzado a revisar la forma en la que recolectamos inteligencia para equilibrar las preocupaciones de los norteamericanos y sus aliados respecto a su privacidad”. Este hecho no es aislado ni constituye una anécdota, es la respuesta hacia una política reprochable que salió a la luz gracias a los destapes de Julian Assange y Edward Snowden que le han ocasionado más de un dolor de cabeza a Washington.

Siria, Irán, el Consejo de Seguridad y el Tablero Mundial de Ajedrez
El reprochable tema del espionaje no fue el único tema polémico que se escuchó en la ONU ni en el cual EEUU se ha visto involucrado. El conflicto en Siria y la presencia del nuevo presidente de Irán, Hasan Rohani, acapararon la atención de casi todos los líderes mundiales.

Sobre el conflicto en Siria, las semanas previas a la cita mundial se vivieron momentos tensos ante la inminencia de una intervención militar norteamericana anunciada por el propio Obama, la misma que fue desestimada en los días posteriores tras las propias opiniones contrarias dentro de EEUU y la intervención del gobierno ruso y su propuesta de que Siria ponga sus armas químicas bajo control internacional, propuesta que las propias autoridades sirias acogieron. De esta manera Obama se quedaba sin piso para lanzar un ataque y continuar con las pretensiones de acabar con el régimen de Al-Assad. En esta Asamblea se aprobó una resolución en el Consejo de Seguridad de manera unánime para eliminar las armas químicas en Siria. En esta resolución, se manifiesta el compromiso por una solución política al conflicto y la realización de una conferencia para lograrlo. Es cierto que se deja abierta la posibilidad de hacer valer el capítulo VII de la Carta de la ONU, en caso “de incumplimiento de los dispuesto” esto quiere decir que EEUU mantiene la posibilidad latente de un ataque a Siria, sin embargo, el gobierno ruso ha dicho que “de ninguna manera la mención del capítulo VII significa la aplicación automática de sanciones o menos aún de recurso a la fuerza”. La tensión en la zona se mantiene, por lo tanto latente.

Pero un tema que viene teniendo creciente voz en Naciones Unidas es la propuesta por reformular el Consejo de Seguridad. En el discurso de la presidenta argentina, Cristina Fernández, afirmó que  “este instrumento que funcionó desde 1945, hoy se ha demostrado absolutamente anti funcional y obsoleto no solamente frente a la cuestión Siria, sino también ante otros frentes contra la paz y contra la inseguridad en el mundo”. El propio presidente Humala dijo que “el Perú comparte la premisa afirmada por una gran cantidad de Estados miembros sobre la necesidad de reformar y ampliar el Consejo de Seguridad, de manera que refleje las realidades del siglo XXI”. Pero la de Humala no es una crítica frontal hacia el manejo del Consejo de Seguridad como un instrumento de injerencia en la política internacional de parte de las potencias mundiales, es más bien una adhesión de voluntades.

La crítica al Consejo de Seguridad tiene un precedente poco difundido. En la 64º Asamblea de la ONU del 2009 fue el presidente Libio, Moamar Al-Gadafi, asesinado dos años después durante la invasión norteamericana en Libia. Gadafi criticó durante su discurso duramente la actuación del Consejo de Seguridad en las últimas décadas. Recordó que en el preámbulo de la carta de Naciones Unidas dice que “nos comprometemos a no usar la fuerza armada con la excepción del interés común” sin embargo luego refutó el líder Libio “han estallado 65 guerras desde que se instauró la ONU y se creó el Consejo de Seguridad, causando más víctimas que las provocadas por la segunda guerra mundial. ¿Se trata de “guerras de interés común”? en absoluto, son solamente del interés de uno, dos o tres Estados. Ello constituye una evidente contradicción con el preámbulo que ratificamos y nos indujo a integrarnos a la ONU”. La historia de la intervención militar en Libia posterior al discurso de Gadafi tampoco correspondió evidentemente al “interés común”.

En general lo que se viene poniendo en discusión en la ONU cada vez con más voces de los jefes de Estados de países cada vez más contrarios a la política norteamericana y de los países potencias de occidente es el discurso hipócrita de los Estados que abogan por la paz y que en nombre de la paz distribuyen la guerra y venden armas en el mundo. Quizás este año el discurso de la presidenta argentina ha sido el más elocuente en este sentido: “De estas cosas hablamos y de este doble estándar hablamos, de la necesidad de acabar con este doble estándar y que las resoluciones, que las decisiones de este organismo multilateral, como es Naciones Unidas, se cumplan  a rajatabla para débiles y para fuertes, para grandes y para pequeños”.