Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

lunes, 4 de noviembre de 2013

La DBA peruana no arriesgaría otra derrota electoral ¿DON ROQUE CANDIDATO?

Por: Henry Córdova Bran

Si alguna lección real estamos aprendiendo durante este quinquenio es que la derecha peruana no está dispuesta a ceder espacios de poder real. Tras el susto posterior a la victoria de Humala en el 2011 y el inmediato “bloqueo” de la “gran Transformación”, ahora suenan tambores de que será el propio sector empresarial el que entrará al juego electoral en el 2016. ¿El candidato? don Roque Benavides. Nada menos.

La famosa frase de John Dewey que siempre cito y seguiré citando “la política es la sombra que los grandes negocios arrojan sobre la sociedad” parece que está llegando a su límite en el Perú. La última contienda electoral ha sido, para bien o para mal, un hito en la historia política del país. Por primera vez el poder económico se vio superado en la propia arena de la democracia burguesa, el juego electoral, por una mayoría que pedía cambios, transformaciones y decencia. La lección para el poder económico parece estar clara: ya no es suficiente con dejar que la política haga lo suyo, ahora la consigna parece ser administrar directamente la política, sin intermediarios, para que sus intereses estén bien guardados.

En las últimas semanas se ha rumoreado que el ingeniero Roque Benavides Ganoza, uno de los empresarios mineros más exitosos y resistidos del país tendría pensado ingresar a la arena política para tentar una candidatura presidencial, o, de otro modo, integrar una plancha presidencial nada más y nada menos que como Vicepresidente de Alan García. En política, se sabe, los rumores nunca pueden tomarse a la ligera, los rumores son ensayos, como piedras lanzadas al aire para evaluar la reacción del colectivo. De tal manera que en estas andamos de cara al 2016. Pero, ¿qué significa esto realmente?

¿Por qué tendría que ser don Roque candidato?

Porque la derecha económica en el Perú no quiere nuevas sorpresas ni sustos como los que pasó en el 2011, porque quizás ha entendido que el nivel político de sus representantes (Fujimori, Toledo, Acuña, Kuczynski) ya no dan la talla para enfrentar un cada vez mayoritario rechazo al continuismo, y porque también quizás temen que Alan García y el APRA, el verdadero animal político capaz de conquistar una elección para la derecha, quede mal parado y hasta inhabilitado por los casos de los “narcoindultos” y demás joyas de su último gobierno que enfrentan sendas investigaciones en el Congreso de la República y en la Fiscalía. Entonces no quedaría de otra, basta de ser la sombra tras las decisiones políticas, es hora de hacer política, es hora de que los empresarios dirijan el barco y un rostro nuevo que derrama éxitos personales y oculta mezquindades podría ser el camino.

Don Roque, por supuesto, lo ha negado. O lo ha negado a medias. En una reciente entrevista publicada en la revista Velaverde cuando le preguntan sobre su probable candidatura, don Roque dice, luego de sonreírse, “diré como escuchaba ayer a Pedro Pablo Kuczynski: eso es todavía muy prematuro. No hay tal caso”. Sin embargo sí afirma que hace política a través de sus opiniones. Más adelante, a pesar de negar su candidatura, responde a una pregunta como si de un mitin de campaña se tratara y afirma “por mi experiencia profesional veo que el problema del Estado peruano es la falta de capacidad de gestión, y lo que caracteriza a la empresa privada buena, responsable, seria exitosa, es precisamente la capacidad de gestión. Me da la impresión de que todas las especulaciones que están haciendo con respecto a mí se trata de que andan buscando gente que pueda tener mayor capacidad de gestión”. En otras palabras dirigir el Estado como si fuera una empresa, una empresa privada claro.

Pero en la misma entrevista don Roque muestra el rostro duro que lo ha hecho uno de los empresarios más resistidos por la clase trabajadora y por los sectores de defensa medioambientales. Don Roque es pues el gran jefe de la minera Buenaventura, accionista minoritaria de Yanacocha, y al ser consultado sobre si pediría disculpas por los casos de contaminación que la gran minería ha generado en el país y en la salud de los peruanos como en el caso del pueblo de Choropampa donde un derrame de mercurio perjudicó terriblemente la salud de casi toda la población, don Roque responde que “eso fue un accidente… ¿a quién le tengo que pedir disculpas? Las disculpas tienen que ser cuidar la salud de esos que se vieron contaminados, cosa que se hizo” un tufillo a la vieja patronal asoma en las palabras de don Roque.

¿Se nos viene un fin de ciclo?

No son pocos los que advierten un panorama político difícil de cara al 2016. Continuismo y profundización del programa y del sistema que mejor se le acomoda a la derecha peruana, parecen ser los riesgos probables en el horizonte. Alberto Adrianzén ha advertido el fin de un ciclo político que se inició en la transición democrática del 2001, tras la caída de la dictadura fujimorista, y que parece cerrarse con Humala y el secuestro de la promesa de la Gran Transformación. Adrianzén teme que lo que se viene es “la consolidación de un continuismo y de un bloque en el poder que no quiere cambiar el actual orden político, económico, social y cultural, ni tampoco modificar nuestros vínculos con el mercado mundial. Hoy los empresarios quieren participar en política para garantizar que nada cambiará y proteger sus privilegios. Es el tiempo de una “democracia patronal””. Sentencia el Parlamentario Andino.

Y este panorama es real y está a la vuelta de la esquina. Asoman hechos que serían parte de este contexto. El más llamativo de todos es la escandalosa concentración de medios que el Grupo El Comercio tiene (ya hemos tratado este tema en una anterior ocasión) y sabido es que este grupo que dirige y conduce una línea editorial favorable a la gran empresa, a la gran minería, inclusive a los grandes capitales chilenos sería absolutamente favorable a una candidatura de don Roque y sus amigos. Ya en la última contienda electoral fuimos testigos de lo sucio y bajo que pueden llegar a ser los grandes medios de comunicación para inclinar la balanza en un sentido y enlodar, a punta de mentiras y ruindades, cualquier discurso diferente. El periodista Raúl Wiener mencionó en una de sus recientes columnas que Fritz Du Bois, director de El Comercio,  habría dicho frente a un grupo de empresarios “que la compra de Epensa era una operación política y no un mero asunto de negocios”.

Se nos viene una avalancha para capturar por completo el poder político y el movimiento social y los sectores progresistas están, una vez más, peligrosamente desarticulados.