Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 2 de julio de 2020

EL ESTADO HA MATADO AL APU SANTIAGO MANUIN

Por: Henry Córdova Bran


El Apu Santiago Manuin, uno de los líderes más representativos de la nación awajún, un Waimaku como denominan en su pueblo a un líder que ha tenido la visión del Ajútap, ha fallecido el día de ayer en un hospital de Chiclayo, afectado por el Covid19.

Pero si bien el virus del Covid 19 ha resultado letal para la salud del Apu Santiago no explica del todo la pérdida irreparable de este gran líder, defensor inagotable de la Amazonía y de los derechos humanos. Al Apu Santiago Manuin lo ha matado el Estado peruano, lo ha intentado matar muchas veces y con él ha intentado doblegar a las naciones indígenas de la Amazonía.

Cuántas veces atacó el Estado a Santiago Manuin, a la nación awajún, a la nación wampis y a todos los pueblos indígenas de la Amazonía. El Estado vestido de decretos que buscaban explotar sus territorios sin consultarles y que obligó a los indígenas a movilizarse el 2009 y tomar la curva del diablo luego de agotar todas las posibilidades de diálogo que ni el Congreso ni el Ejecutivo de Alan García quisieron oir.

El Estado vestido de orden policial frente a la “imperdonable insolencia” de un pueblo indígena que tomó una carretera para defender sus derechos y que García, Simon, Aráoz y Cabanillas ordenaron desalojar a fuerza, fuego y balas aquella mañana del 5 de junio del 2009. Ocho balas recibió ese día el Apu Santiago, ocho balas del Estado que hicieron creer que aquella mañana había sido la última para él. Sin embargo, las balas no pudieron arrancarle la vida, por primera vez un hospital de Chiclayo lo recibía para salvarle la vida. Y así fue.

El Estado se vistió luego de sistema de justicia y quiso imponerle una condena de cadena perpetua al hombre que lideró a un pueblo en defensa de la Amazonía, y el Apu Santiago junto a más de 50 de sus hermanos indígenas tuvo que enfrentar un juicio largo que lo obligaba a trasladarse constantemente a Bagua desde Santa María de Nieva, pese a que su salud estaba resentida. En un hecho histórico, la sentencia de Bagua por el caso de la curva del diablo falló a favor de los indígenas, reconociendo que el derecho a la defensa del territorio estaba por encima del derecho al libre tránsito por la toma de la carretera.

Hoy el Estado se vistió de incompetencia sanitaria. Hace más de 100 días que se declaró de emergencia en el país a causa del Coronavirus. En 100 días el Estado no ha sido capaz de establecer protocolos claros de contención del virus para los territorios amazónicos y no ha tenido la capacidad de establecer sistemas de atención eficientes para los pueblos indígenas que ya están contagiados del Covid 19. ¿Cómo se explica que el Apu Santiago Manuin haya tenido que ser trasladado hasta un hospital de Chiclayo para ser atendido? Es decir que tuvo que ir primero 6 horas de Nieva a Bagua, dónde tampoco se cuenta con lo necesario para este tipo de atención y ante la gravedad de su situación tuvo que ser trasladado, tras 9 horas de camino, a Chiclayo. Una verguenza, pues Nieva es capital de provincia y debería contar con la capacidad de atender los casos que allí se presenten. Pero se nos están muriendo los hermanos indígenas en la Amazonía.

Ahora el Estado quiere vestirse de condolencias y palmaditas en la espalda. El Ministerio de Cultura dice que se preocupó por la salud del Apu Santiago y que buscó estar en comunicación con sus familiares; pero el MINCUL no dice que fue inoperante para establecer protocolos para los pueblos indígenas frente al Covid 19, ese era su papel y no lo hizo a tiempo. La señora Molinelli, presidenta de EsSalud dice en un twitt que lamenta el deceso de santiago Manuin y que recibió la atención debida en un hospital de EsSalud de Chiclayo; lo que no nos dice es que la atención debió recibirla no en Chiclayo, ni siquiera en Bagua, sino en Nieva, y lo que no nos dice es que en casi toda la Amazonía el sistema de salud no está preparado para atender a los pueblos indígenas.

Habrá tiempo para recordar y mantener viva la sabiduría y el ejemplo que fue el Apu Santiago Manuin a lo largo de toda su vida. Hoy una vez más, con su último aliento nos lanza quizá el grito más alto para señalar una vez más la responsabilidad del Estado en la muerte de los pueblos indígenas. Nos toca exigir al gobierno que disponga de manera inmediata los recursos necesarios para atender a los pueblos indígenas en sus territorios y con las eficacia que la situación exige.

Hasta siempre Waimaku Santiago Manuin Valera.

viernes, 24 de abril de 2020

A propósito del día de la tierra ¿ERA NECESARIA UNA CRISIS SANITARIA PARA QUE EL PLANETA RESPIRE?

Por: Henry Córdova Bran
Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático

El 22 de abril recordamos una vez más el día de la Tierra. En un contexto de crisis sanitaria y de señales de un “respiro del planeta” conviene preguntarnos si era necesario llegar a esto para darnos cuenta. Creemos que no.

Por décadas, desde hace más de 40 años, se ha venido advirtiendo sobre el riesgo de que la temperatura del planeta se incremente en 1.5ºC o hasta 2ªC, y de los impactos que esto generaría en el equilibrio de la vida del planeta. Por décadas se ha advertido sobre el riesgo que tiene también para el equilibrio de nuestro planeta el uso desmedido de combustibles fósiles o la deforestación de nuestros bosques y lo irracional de continuar con nuestras costumbres de consumo.

Se nos ha advertido eso y mucho más, pero no hicimos caso.

A puertas de ingresar a la segunda década el siglo XXI la comunidad científica a nivel internacional emplazó a los gobiernos de todos los países a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% en un plazo hasta el 2030 o no habría retorno para frenar la crisis climática.

Ni siquiera el Acuerdo de París firmado el 2015 termina de ser suficiente, ya que, en las últimas cumbres internacionales se han venido postergando las negociaciones y decisiones más importantes para que el Acuerdo se concrete de manera clara. Todo este panorama bajo la fuerte presión de los grandes negocios de los combustibles fósiles y de los principales países petroleros del mundo que a la par resultan ser los más contaminantes. Se ha llegado incluso a negar la evidencia científica de la crisis climática. Prueba de ello es el retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París, hecho que se hará efectivo en noviembre de este año.

Nuestra realidad hoy

Si las alertas de la comunidad científica eran preocupantes hace algunos años, hoy sabemos que las predicciones, que no son precisamente profecías sino predicciones basadas en evidencia científica, han quedado cortas. Tanto es así, que la misma comunidad científica experta en materia de cambio climático del IPCC afirmó el año 2019 que para alcanzar la meta de no elevar la temperatura a más de 1.5ºC el 2030 los países en todo el mundo deberían triplicar sus compromisos de reducción de GEI, y si queremos evitar que la temperatura sobrepase los 2ºC los compromisos deberían quintuplicarse.

El reconocido ecólogo peruano y experto en temas ambientales Ernesto Ráez Luna, en un reciente estudio realizado para el Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático-MOCICC, ha recopilado datos recientes en materia climática. En él se advierte, por ejemplo, que “los gobiernos planean producir 50% más combustibles fósiles al 2030 de lo que sería consistente con un calentamiento indeseable de 2ºC y 120% por encima del escenario recomendado del 1.5ºC”.

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Cambio Climático PNUMA, citado por Ráez, afirma que las emisiones totales de GEI en 2018 alcanzaron una cifra sin precedentes de 55.3 GtCO2e. En otros datos, se registra que “cinco ciudades mayores en EEUU emiten metano al doble de la tasa inicialmente estimada” o que “la pérdida de bosques intactos entre 2000 y 2013 produjo emisiones de CO2 seis veces mayores que lo estimado anteriormente”.

Asimismo, la venta de automóviles conocidos como SUV entre el 2010 y el 2018 elevaron las emisiones anuales a más de 700 millones de toneladas de CO2, “más de dos veces las emisiones anuales del Reino Unido y Holanda combinadas”.

La crisis sanitaria y la crisis climática

Se ha dicho erróneamente que la crisis sanitaria del Covid19 era necesaria para que el planeta tome un respiro a las actividades humanas contaminantes y depredadoras. Algo que se puede palpar, ver y medir de manera concreta. Los ciudadanas y ciudadanas, especialmente en las ciudades podemos ver los cielos más limpios y sentir el aire más puro.

Lo cierto es que no es un buen mensaje esta afirmación y no es lo que los luchadores y las luchadoras ambientales en todo el planeta hubieran deseado. La relación entre la crisis sanitaria y la crisis climática no es la existencia de una para el alivio de la otra.

La crisis climática requiere en principio una respuesta firme de toda la comunidad internacional para tomar la decisión de transitar a un cambio de la matriz energética que busque la erradicación del uso de combustibles fósiles, que detenga la deforestación de los bosques, entre ellos nuestra Amazonía, que se reduzcan las emisiones de GEI en los niveles que la ciencia ha recomendado, medidas programas y controladas en el lapso de tiempo que nos queda de 10 años y que no implique los impactos repentinos que el Covid19 ha generado en un lapso de 15 semanas en todo el mundo.

En todo caso, si algo relaciona a la crisis sanitaria con la crisis climática es el sistema económico y social que es hegemónico en casi todo el planeta. El mismo sistema económico que negó por décadas las alertas de la crisis climática, es el que ha negado la necesidad de un sistema de salud pública universal de calidad y con los presupuestos y recursos humanos suficientemente preparados y equipados para afrontar situaciones como ésta. El mismo sistema que reproduce las desigualdades sociales y que quiere condenar a las y los trabajadores a afrontar los efectos económicos de la cuarentena sin los recursos suficientes para ello, mientras les otorga a los empresarios, que acumularon riqueza durante décadas, beneficios y opciones para desproteger a sus trabajadores.

A lo que nos debe llevar la crisis sanitaria y la crisis climática es a un debate de fondo para encarar el futuro próximo de otra manera, donde la salud de todas las personas, el equilibrio del planeta y la justicia social y económica sean los pilares de nuestra sociedad. Ese es nuestro reto.