Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Concentración de medios en el Perú: APORTES A UNA REFLEXIÓN MÁS DE FONDO

Por: Henry Córdova Bran

Desde hace algunas semanas venimos asistiendo a una especie de guerra o disputa no declarada entre dos grandes grupos de Medios de Comunicación: el Comercio y La República. La República afirma que el Grupo El Comercio ha concentrado casi el 80% de los medios escritos en el país y que esto afecta a la democracia. ¿Qué se esconde detrás de estas disputas? Parece que no es la democracia como dicen sino el poder y las ganancias.

El inicio de esta historia está bien relatada por César Hildebrandt en el Semanario Hildebrandt en sus Trece del viernes 23 de agosto. En resumen, Gustavo Mohme (hijo) director de la República estuvo a punto de hacer el negocio del siglo al comprar el 54% de las acciones del Grupo EPENSA que agrupaba a los diarios Correo, Ojo, Ajá y el Bocón. Todo parecía estar listo para esta compra hasta que Luis Agois Banchero –Hildebrant relata que Luis Agois y Gustavo Mohme eran muy amigos- se enteró y sintió que esto era casi poco menos que una traición de su entonces amigo y decide, en una transacción comercial, dejan sin piso a Mohme y entregar el 54% de esas acciones al Grupo EL Comercio. Repito que sería interesante que busquen la historia completa en el semanario mencionado.

La historia relatada por Hildebrandt no tenía un final, por el contrario, era el inicio de una historia mayor de lances y respuestas en las que se ha hablado de atentado contra la libertad de expresión y contra la democracia en el país y se ha respondido que tal cosa no existe, que lo que hay es “piconería” por parte del grupo La República por no ser ellos quienes lograron concretar el negocio.

¿Atentado a la democracia o “piconería”?

Afirmo que hay algo de las dos cosas, pero no es algo que debería sorprender demasiado. Inmediatamente después de hecha pública la compra Gustavo Mohme Seminario ha enfilado casi todas las baterías disponibles para acusar que el negocio entre los Miró Quezada y los Agois constituyen una amenaza contra la democracia en el país. Es notorio que casi a diario, desde la nota amplia de Ángel Paez en la edición de La República del domingo 01 de setiembre en la que se da cuenta de cómo quedaría el mercado de diarios en el Perú con esta compra del Comercio a Epensa. En esta nota, Paez afirma que “de consumarse -esta compra- se produciría una concentración contraria a la característica pluralidad en una democracia”. Posteriormente han desfilado por La República Santiago Cantón, ex relator de libertad de expresión de la CIDH, afirmando que “la concentración mediática perjudica la pluralidad informativa”. También han opinado y han sido entrevistados catedráticos y periodistas como Gustavo Gorriti, Augusto  Álvarez Rodrich, Rosa María Palacios –éstos últimos son columnistas de La República-, entre otros.
Frente a esta continuidad de opiniones y entrevistas, Luis Agois se presentó una mañana en Radio Programas del Perú y afirmó que "A nivel legal, no hay monopolio, acaparamiento o posición de dominio. Lo que está penado es el abuso de la posición de dominio. No hay un reclamo legal del grupo La República aún, pero sí periodístico. Imagino que habrá un poco de piconería en el camino. El consejo de la prensa siempre ha estado representado por estos grupos de medios. No hay un debate aún, pero estamos dispuestos a tenerlo. No hemos infringido la ley del artículo 61. No hay acaparamiento".

Por su parte en la edición del diario El Comercio del 11 de setiembre se publicó una defensa de los intereses de este grupo en la compra aduciendo que “se pretende cuestionar una suerte de monopolio y acaparamiento que, en puridad, hoy no existe” y luego se acusa al Grupo La República –grupo que salió perdiendo como lo llama la nota publicada- de actuar como en la fábula de Esopo “la zorra y las uvas” “donde será la frustración, y no la realidad de sus limitaciones, la que hará desdeñar hoy lo que ayer ambicionaba con afán”.

Es cierto que “en la puridad” como afirma la nota de El Comercio no existe el Monopolio. Sin embargo en Política –y en la peruana sobretodo- “la puridad” es un concepto discutible. Los medios de comunicación ejercen un poder fuerte en la marcha de la política nacional, dirigen la agenda mediática y pueden crear y destruir honras, candidatos y autoridades de un día para otro. Dirigen la opinión pública pues. De esto nos enseñó mucho la década del 90 durante el libertinaje depredador y mediático de los medios controlados en su mayoría por el régimen de Alberto Fujimori.

¿Entonces de qué hablamos y de qué no hablamos?

Hablamos de grupos de poder económico –El Comercio y La República- que libraron una batalla por cerrar un gran negocio. Y Hablamos de un tercer grupo de poder económico –EPENSA- que vio que para mantener su línea editorial era preferible entregarse a los Miró Quezada que a los Mohme. Es indudable que los contenidos de Correo son más próximos a El Comercio, Perú 21 y familia que a La República; y esa era la cuestión.

En general ¿Qué ha cambiado a nivel de contenidos antes y después de la compra? No mucho. Entre El Comercio y Correo las distancias de pensamiento y línea editorial se acortan cada vez más. No es casualidad que el ex director de Correo, Aldo M. sea ahora un afincado columnista de Perú 21 y que el entonces director de Perú 21, Fritz Du Bois sea ahora el flamante director de El Comercio. Todos juegan allí el mismo partido. Y políticamente sabemos que allí está representado el pensamiento político de derecha más reaccionario del Perú.

Finalmente, no es esta compra ni el negocio que cerraron lo que atenta en gran medida la democracia. La democracia ya viene siendo atentada desde que los medios por sí mismos responden antes que a un beneficio colectivo a beneficios de poder económico. La República afirma que si ellos concretaban la compra habría más paridad y es posible que así sea. Pero paridad es poder dual entre dos grandes y eso no es que sea la panacea de la libertad de información. Además Chicho Mohme no es Gustavo Mohme Llona (padre). Hay distancias que no sólo son generacionales.
La defensa de la democracia en los medios pasa por los contenidos y por los intereses. Nadie habla de que es importante que los medios dejen de ser una ventana de lo peor que una sociedad produce y la pantalla o las portadas que embrutecen y distraen a los peruanos, negándonos cada vez más la posibilidad de tener ciudadanos en la patria, en lo que esta palabra tiene de real significado. No se forma ciudadanos para una República y para una Democracia real con Esto Es Guerra, Combate o El Valor de la Verdad. No es por tanto, el acaparamiento accionario de las Empresas de Comunicación lo que está matando nuestra democracia, nuestra ciudadanía; es el monopolio del mal gusto, del rating a punta de escándalos, la exposición de nuestras miserias, como si el Perú fuera un gran diario Chicha que tenemos que leer a diario.

Ya que hablamos de defender la democracia en los medios ¿Hablaremos de la necesidad de una Ley de Medios que de verdad democratice la oferta informativa, cultural, que no sólo esté en manos de grandes grupos económicos sino también de colectivos ciudadanos a través de medios comunitarios? En Argentina hay un largo debate al respecto y en Ecuador ya se ha hecho, y en el Perú se planteó en el Programa de la Gran Transformación que luego fue ahuyentado y desaparecido. Claro, esto asusta a los grupos de poder no porque sus ganancias se vean afectadas sino porque no les interesa y hasta lo ven como amenaza que la ciudadanía empiece a tener alternativas mediáticas contra el discurso único. He allí un debate real sobre medios y democracia.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Ante el inminente ataque a Siria:EEUU: HISTORIA INFAME DE UNA BOTA IMPERIALISTA


Por: Henry Córdova Bran

Afortunadamente, la inquietud final del artículo de la semana pasada (El Perú Sigue Siendo) no terminó por concretarse. Es decir, Siria no ha sido, al menos por ahora, bombardeada. Sin embargo, la tensión en el Medio Oriente continúa. ¿Podrá EEUU continuar haciendo alarde de su soberbia imperialista y su poderío militar que lo ha llevado a una infame historia de mentiras, guerras y muerte?

Dan muchas ganas de decir ¡Ya Basta! Aunque sea un país pequeño, o aunque sea una ciudad entre muchas ciudades, o un barrio entre millones de barrios o aunque sea un ciudadano en medio de millones en todo el mundo, por insignificante y lejano que parezca ese grito, francamente dan ganas de decir ¡Ya Basta! Y decírselo abiertamente al Gobierno de los EEUU de América, abiertamente para que no tenga necesidad de espiar de dónde viene ese grito. Les ahorramos el trabajo y decimos ¡Ya Basta! ¿Cuántas veces más querrá su bota pisotear vidas que luego llamarán “daños colaterales”?

Basta recordar –aunque sea triste o de rabia hacerlo- como arremetieron en Vietnam, en Centroamérica, tanto en Granada, Nicaragua, El Salvador, Panamá –intentaron con Cuba y no pudieron-; promovieron el golpe en Chile –el 11 de setiembre se cumplirán 40 años desde ese nefasto golpe que terminó con el gobierno y la vida de Allende- estuvieron detrás de cada operación militar en Sudamérica  mediante la Operación Cóndor, luego en el medio oriente, La Guerra del Golfo, en África intervinieron en Somalia, en Europa del Este bombardearon Servia y Yugoslavia y en este nuevo siglo, tras los atentados del 11-S, se han sucedido casi en una década ataques e invasiones a Afganistán, Irak, Libia y  Pakistán. Hay una pregunta que ronda en el mundo: ¿Cuántas muertes han causado las guerras, ataques e invasiones que tiene en su historia EEUU? La respuesta debería causar el más absoluto rechazo e indignación hacia esa tradición bélica del imperialismo norteamericano.

EEUU: Una historia bélica infame

Dice Eduardo Galeano que “EEUU vende una guerra como se venden los automóviles” es decir apelando a las mentiras. Para ello se remite a dos hechos que son históricos: “en el año 1964 el presidente Lyndon Johnson denunció que los vietnamitas habían atacado dos buques  norteamericanos y entonces el presidente Johnson invadió Vietnam; cuando ya la guerra había destripado a una gran multitud de vietnamitas, en su mayoría mujeres y niños, el ministro de defensa de Johnson confesó que el ataque a los dos buques nunca existió. Los muertos no resucitan y en marzo del año 2003 el presidente George W. Bush anunció que Irak estaba a punto de aniquilar el planeta con sus armas de destrucción masiva que eran, según él, las armas más letales jamás inventadas y entonces el presidente invadió Irak y cuando la guerra había destripado a una gran multitud de iraquíes, en su mayoría mujeres y niños, el propio presidente Bush admitió que estas armas de destrucción masiva jamás existieron y que esas armas letales jamás inventadas habían sido inventadas por él”.

Más allá del estilo con el que Galeano expone algunas verdades incómodas, es innegable que hay una tradición del gobierno de los EEUU que lo hace inseparable de las aventuras bélicas, no porque sea un pueblo guerrero y militarista como algunos pueblos de la antigüedad, sino más bien porque hace uso de la guerra como un mecanismo para afirmar su posición geopolítica en el mundo y para afianzar sus negocios.
 
Para tal efecto, resulta interesante los datos que aporta Raúl Sohr, periodista y sociólogo chileno, en su libro “Claves para entender la guerra” en cuyo capítulo dieciséis, vale decir la clave dieciséis, aborda el tema de “La hegemonía militar de Estados Unidos” en él, Raúl Sohr afirma que “Norteamérica buscó hace muchas décadas ser un poder global con alcance global. El propósito está cumplido. El presidente George W. Bush adscribe a la escuela del realismo político que cree que un gran poder es tal porque ejerce su imperio con plenitud” y a continuación Raúl Sohr hace un recuento histórico de las últimas expediciones militares de EEUU desde Vietnam hasta Irak (el libro fue publicado en el 2003) y recuerda que entre Vietnam en las décadas del 60-70 hasta la invasión en Granada a principios de los años 80 “el pentágono sólo cosechaba reveses bélicos”. En efecto, tanto en Vietnam como en Granada y pasando por la desastrosa operación de rescate de rehenes norteamericanos en Irán, los resultados no fueron precisamente los que esperaban en Norteamérica. Eran los tiempos de la Guerra Fría.

Todo empieza a cambiar tras la caída del bloque soviético a principios del 90. Con la invasión a Panamá con el objetivo de capturar al presidente Manuel Noriega, a pesar que éste había sido informante pagado de la CIA, se inaugura una etapa favorable a las expediciones militares de EEUU. Cabe rescatar el pasaje que resalta Sohr en el que un periodista le preguntó al presidente George Bush (padre) “¿valió realmente la pena mandar gente a morir para esto, para sacar a Noriega?” Bush respondió “cada vida humana es preciosa y, sin embargo, debo responderle, sí, valió la pena”. Se registra que en ese conflicto murieron 4500 panameños y 23 soldados norteamericanos.

De allí en adelante la eficacia del poderío bélico norteamericano ha ido en aumento. Cada incursión militar, ya sea de manera unilateral o acompañado por países cercanos a Washington como el Reino Unido, Francia, Israel, entre otros, tuvo resultados contundentes. En la segunda mitad de la década de los 90 a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) EEUU hizo sentir su poderío tanto en Serbia como en Yugoslavia, bajo la excusa de “ayuda humanitaria”.

El Siglo XXI y la confirmación de la hegemonía

EEUU finalizó el siglo XX con dos hechos bélicos que marcaron el inicio de los desaires que el poderoso país del norte le ha venido haciendo a la ONU. En 1998 bombardeó Sudán y Afganistán y en 1999 inició la guerra de los Balcanes. En ambos casos sin acudir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en aquella ocasión Madeleine Albright, Secretaria de Estado de Clinton afirmó que “si tenemos que usar la fuerza, es porque somos EEUU. Tenemos nuestro orgullo. Miramos hacia el futuro más lejano” la soberbia imperialista se empezaba a posicionar.

Pero fue tras los hechos del 11-S y bajo el gobierno de George W. Bush (hijo) que la política exterior de EEUU se encaminó a posicionar su Hegemonía a nivel mundial. Bajo la máxima de “Guerra contra el Terrorismo” Bush justificó una estrategia geopolítica mucho más agresiva que emplearía, con la carta abierta del Congreso y gran parte de su población, todos los recursos disponibles para una carrera militar que en 10 años intervino en los países del Medio Oriente que le eran más incómodos. A estos regímenes los llamó “eje del mal” y entre ellos mencionó  a Irán, Irak y Corea del Norte, luego serían incluidos Libia, Siria y Cuba, tal como lo dijo el Sub Secretario de Estado John Bolton el 06 de mayo del 2002.

En el documento llamado “La estrategia de Seguridad Nacional” se lee que “Si bien Estados Unidos tratará constantemente de obtener el apoyo de la Comunidad Internacional, no vacilaremos en actuar por nuestra cuenta, si es necesario, para ejercer nuestro derecho a la autodefensa mediante la acción preventiva”. El resto es historia más o menos conocida: Irak y Afganistán fueron ocupados y reducidos a escombros, Libia corrió la misma suerte y ahora la amenaza se cierne sobre Siria.

El horror que se ha desatado desde la bota imperialista norteamericana, acompañada de Occidente, cuenta muertos por miles, mujeres, niños, hombres y mujeres civiles a los que el gobierno de EEUU llama “daño colateral”. El abismo sin retorno puede estar a la vuelta de la esquina.

lunes, 2 de septiembre de 2013

A propósito de la extraordinaria película de Javier Corcuera: EL PERÚ SIGUE SIENDO…

Por: Henry Córdova Bran

Una vez que se ingresa al universo de la película-documental “Sigo Siendo” del director peruano Javier Corcuera, uno no puede sino pensar en la música, en el agua, en la vida, en el pasado y en el que vendrá, en definitiva uno se pone a pensar en el Perú. ¿Qué sigue siendo este país nuestro?

Sobre la cinta documental de Javier Corcuera en sí misma sólo diré algunas cosas. En principio, que es imposible terminar de verla sin una sensación de gratitud hacia Javier, hacia la música o a este país del que la cinta habla. Luego se tiene la esperanza de que sea vista masivamente, en todos lados, deberíamos romper todos los records de taquilla; “Asu Mare” debería quedar reducida a la anécdota, José María Arguedas debería estar más presente que nunca. Pero la emoción no dura mucho, o por lo menos no demasiado. El Perú sigue siendo muchas cosas menos un país serio. Aquí nos presentan un documental que es un espejo nacional, pero las salas de cine no están llenas, no se ven las colas sorprendentes que otras películas menos trascendentales han convocado. El Perú se rehúye asimismo, escapa o intenta escapar de lo que es.

El problema es que no se puede pensar en el Perú que será sin saber ni conocer el Perú que es. Sabemos poco, demasiado poco del porqué una mujer canta loas al agua mientras navega sobre su canoa por el río en medio de la selva. No sabemos por qué en los andes la llegada del agua es motivo de fiesta, por qué los hombres trabajan en comunidad para limpiar las acequias y luego cantan y bailan cuando la jornada termina. No sabemos por qué una mujer canta, criollísima, versos del poeta César Calvo en algún recóndito bar limeño. No sabemos por qué una jovencita, que aspira a ser danzante de tijeras, debe subir a la cima de la montaña, tras una larga caminata, a realizar una ceremonia de bautizo antes de su danza de iniciación frente a todo el pueblo.

Es posible que, pese a sus deseos, la película de Javier Corcuera no goce de la audiencia que merecería, no se harán reportajes en los programas dominicales sobre los violinistas amigos de Arguedas que aparecen en la cinta. No pida usted mucho Javier, porque esta película no está hecha para hacernos reír a carcajadas y desviar la atención de los problemas que tenemos, usted ha hecho todo lo contrario, está poniendo, aunque sea solo de manera superficial, el dedo sobre la llaga, y la pus salta por todos lados. Porque en esta película la música es el vehículo, pero el Perú es el punto de llegada, el Perú que sigue siendo… el que no quieren que veamos.

Perú: Diálogos y “libertad de expresión”

En este Perú que sigue siendo, los hechos se suceden día tras día y nos van marcando la vida. La política convulsionada del mes de julio ha entrado en una fase de ligera calma tras el inicio del proceso de diálogo que el gobierno viene promoviendo con las fuerzas políticas del país. Hasta el momento ha dialogado con el PPC, Perú Posible y Acción Popular y en los tres casos sus representantes políticos han salido parcialmente satisfechos de las reuniones. El PPC le dice al gobierno que se deben hacer “cambios políticos, destrabar la inversión para que haya más trabajo en el Perú, e impulsar las dos grandes reformas de salud y educación”. En Perú Posible mencionan que el diálogo “servirá para que el país consolide su sistema económico  y las políticas de los sectores como educación, seguridad ciudadana, inclusión social, salud y descentralización”. En general se le propone al gobierno que continúe la senda por la que venimos transitando hace 20 años. En paralelo, el Ministro de Economía, Luis Castilla, anuncia que para el 2014 el Perú tendrá una expansión  del PBI del 6% “debido a una recuperación de la minería metálica y  la pesca y un dinamismo importante de la demanda interna” también afirma el Ministro que otro factor que hará posible este crecimiento es la entrada de proyectos mineros para el siguiente año.

Notemos que el Ministro de Economía y los partidos de derecha manejan el mismo lenguaje y el mismo discurso: La continuidad con el modelo. La siguiente semana el gobierno dialogará con la Izquierda a través del Frente Amplio y tendrá que programar reuniones también con el Apra y el fujimorismo. No hay que adivinar para saber que será una semana más caliente, sin el guante blanco con que ha pasado esta primera ronda. Sin embargo, por las expresiones vertidas por la derecha y las ya anunciadas por el fujimorismo y el Apra, lo que se buscará es aprisionar más la voluntad del gobierno para no desviar el rumbo que desde el MEF le han ido marcando desde un inicio. El Perú sigue siendo ese territorio en el que cualquier gran o mediana transformación es inconcebible. A cambio de ello, el Ministro Luis Castilla ha anunciado que “habrá un incremento para el presupuesto 2014 de 30% para los recursos destinados a programas sociales”. No pidamos más que eso, no está permitido.

El Perú también es el territorio donde los grandes negocios se hacen a contramano de lo que en verdad necesitaríamos. Con la compra del 54% de las acciones de EPENSA por parte del grupo El Comercio (sería interesante que busquen la historia de cómo se dio esta compra) ahora 10 diarios nacionales estarán controlados por un solo grupo editorial, que controla, además, dos canales de televisión, uno de señal abierta (América Tv) y otro de cable (Canal N). Nos ha nacido un verdadero monstruo mediático y este monstruo entrará en nuestras casas, ya sea que usted lea El Comercio, Perú 21, Gestión, Trome. Correo, Ojo, Ajá, El Bocón, Depor o Publimetro o vea América Tv o Canal N, en general le estarán diciendo lo mismo, una sola línea editorial controlará sus contenidos, queda cada vez menos espacio para las alternativas en cuanto a información se refiere. Un dato que consigna el semanario Miércoles de Política, dirigido por Raúl Winer, es que “el grupo El Comercio -con esta compra- debe estar controlando cerca del 90 por ciento de la pauta publicitaria del Estado y el sector privado” un monstruo voraz que pone en riesgo la independencia periodística tan poco estimada en este país que seguimos siendo.

En fin, no solo seguimos siendo un país en el que hay mucho por hacer. Somos también un mundo que sigue siendo, una civilización que sigue siendo, una especie que sigue siendo realmente atroz. Quizás para cuando este artículo sea publicado el gran poderío bélico norteamericano, secundado por el Reyno Unido, Francia y otros gobiernos de Occidente y del Medio Oriente, hayan decidido finalmente bombardear Siria y las historias de Irak, Afganistan y Libia se repitan allí también, seguimos siendo, pues, esa ambiciosa especie que busca conquistarlo todo a punta de mentiras y cañonazos.