Por: Henry Córdova Bran
El 27 de mayo se celebra el día de las lenguas
originarias del Perú. Conviene en este día recordar y reflexionar sobre el país
que somos más allá del Folcklore. Somos un país pluricultural y multilingüe,
una República que no termina de conocerse, una promesa que se continúa
construyendo.
El Amauta José María
Arguedas decía en 1965 que “La antropología cultural ha alcanzado en el Perú un
nivel mediano pero lo ha hecho rápidamente. Y ha estimulado a otros estudios
especializados, como el de la lingüística, que tenían y tienen una importancia
apremiante para el conocimiento de la realidad social del país, y por tanto, de
su conducción”. El Amauta dedicó su vida a la revaloración del Kechwa (quechua
decimos en castellano), y ya en los años 40 afirmaba que algún día en el Perú
el Kechwa sería idioma oficial; finalmente Arguedas terminaría con su vida
aquél fatídico 2 de diciembre de 1969; y sería 6 años más tarde, en 1975, que
el gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado emitiría el decreto Ley N°
21156 que reconoce el Kechwa como lengua oficial de la República.
Por eso el 27 de mayo
se denominó históricamente como el día del Idioma nativo e incluyó a las demás
lenguas originarias que se hablaban en nuestro país. Recientemente, el
Ministerio de Educación en el año 2013 promovió el 27 de mayo como Día de las
lenguas originarias del Perú.
Voces que hablan del Perú
En nuestro país existen
47 idiomas originarios, de los cuales 43 se hablan en la Amazonía y 4 en las
regiones andinas. Como registra el Ministerio de Cultura, estos idiomas son el
medio de comunicación de 55 pueblos indígenas u originarios. Pese a que en los
últimos años se han dado algunos esfuerzos desde el Ministerio de Educación y
desde el ministerio de Cultura para promover y conservar los idiomas
originarios, se sabe que de los 47 idiomas registrados 26 se mantienen vitales,
es decir son habladas por distintas generaciones en la actualidad; sin embargo,
4 están en peligro de desaparición porque los niños ya no las hablan y 17 están
consideradas en serio peligro porque solamente son habladas por adultos
mayores.
Pero ¿Por qué son
importantes los idiomas originarios en un país cuyo Estado y sociedad
parecieran estar completamente castellanizados? Precisamente porque es errado
pensar que en el Perú el castellano es suficiente para entender la complejidad
de su territorio, de su historia y de sus procesos sociales. Sólo la región
natural de la costa ha perdido casi por entero sus lenguas originarias como el
mochica, tallán, entre otros, de las cuales apenas sobreviven palabras
incluidas ya en el uso del Castellano. Pero en el Perú aún hoy la costa y sus
grandes ciudades, apoyadas por el centralismo mediático de los medios de
comunicación, proponen mayoritariamente la agenda política, social y económica
del país. Pero hay otras agendas, otras maneras de ver el Perú, otras
concepciones sobre su presente y sobre su futuro, y estas otras maneras se
explican en Kechwa, en Aymara, en Aguaruna o Wambisa o en 40 maneras más.
La Historia en Movimiento
¿Alguna vez ha tenido
la ocasión de visitar la Casa de la Literatura Peruana y recorrer la muestra
permanente de la historia de la literatura peruana? La primera vez que visité esa
muestra me impresionó sobre todo el inicio de este recorrido, uno se encuentra,
de pronto, en un pequeño espacio con fotografías de hombres y mujeres de las
tres regiones naturales del Perú, y si acusa el oído empieza a escuchar voces
de audios grabados en una diversidad de idiomas; son los relatos orales de los
pueblos que habitan en nuestro territorio. En los minutos que estuve detenido
en ese espacio, con los ojos cerrados, como si solo quisiera capturar y
comprender las voces que allí escuchaba, caí en la cuenta de algo que me
resultó terrible: No entendía nada. Era incapaz de saber lo que esos hombres y
mujeres narraban en sus idiomas; entonces asaltó mi mente una interrogante
¿Cómo era capaz yo de pretender pensar sobre el Perú? ¿Cómo podía creer que era
capaz de opinar o desarrollar ideas sobre lo que es bueno o malo, positivo o negativo
para el país, si ni siquiera era capaz de entender sus voces?
Hace aproximadamente
100 años se inició en el Perú lo que podríamos llamar el pensamiento
genuinamente peruano, y lo iniciaron y continuaron pensadores, escritores,
intelectuales y políticos como Manuel Gonzáles Prada, José Carlos Mariátegui,
Haya de la Torre, Luis E. Valcárcel, Jorge Basadre, entre otros. La mayoría de
ellos, en aquellos años puso el problema del indio en el centro del debate de
lo peruano. Ya Gonzáles Prada hablaba del potencial del indio en el Perú y
posteriormente Mariátegui desarrolló históricamente el problema del indio en
sus 7 Ensayos. Pero incluso ellos pensaban sobre el indio en castellano y desde
concepciones europeas, desde el positivismo hasta el marxismo.
Acaso con José María
Arguedas hacia la mitad del siglo es que pudimos acceder a lo indígena Kechwa
desde la propia alma del hombre Kechwa “El Kechwa es la expresión legítima del
hombre de esta tierra, del hombre como criatura de este paisaje y de esta luz. Con
el Kechwa se habla en forma profunda, se describe y se dice el alma de esta luz
y de este campo, como belleza y como residencia” escribía el Amauta en un
artículo de 1939. En Arguedas empezamos a encontrar el camino para una comprensión
más certera de lo peruano, con Arguedas empezamos a reconocer un país de Todas
las sangres. Y sin embargo aún no eran todas las sangres.
Si lo andino ocupó en
aquellos años el debate de la idea de la peruanidad, lo amazónico es aún más
reciente. El alma Kechwa y Aymara tampoco son suficientes si sabemos que en los
pueblos de la Amazonía existen 19 grupos lingüísticos expresados en 43 idiomas,
cada uno con sus historias y sus concepciones. Hace algunas semanas paso mis
días entre habitantes de los pueblos Awajun y Wampis en la selva norte del Perú
y son ellos y ellas quienes han tenido la necesidad desde hace décadas de
hablar, además de su idioma materno, el castellano. Nunca antes me había
parecido el Perú tan lejano, tan distinto, y a la vez tan imponente. La promesa
de la vida peruana tiene retos enormes si queremos comprender la complejidad de
un país como el nuestro. Reconocer de igual a igual a quienes hablan cada uno
de los 47 idiomas originarios en nuestro país es parte de ese reto.