En el epígrafe de la Introducción del libro Historia de la corrupción en el Perú de Alfonso Quiroz, se lee la letra de una canción de Juan Luis Guerra que dice Y la democracia no puede crecer/ si la corrupción juega ajedrez. Sin embargo, no estamos en el Perú para cantar, lo de Odebrecht y todo alrededor es para indignarse, porque en este juego de ajedrez los que mueven las piezas están siempre detrás del tablero.
Da asco la clase política en el Perú, pero da asco también el empresariado que ahora parece mirar de costado como si con ellos no fuera la cosa, como si los destapes del caso Odebrecht fueran una sorpresa que recién ven cuando la olla de grillos se destapa.
Y es que en el Perú nos sigue saltando la pus como diría Manuel Gonzáles Prada. Es cierto que en estas semanas pareciera que se han cruzado todos los márgenes, pero basta con echarle una Hojeda a la historia de nuestra república, desde los turbios préstamos externos de inicios de la República, o como cuando en plena época del guano los contratos para su explotación y renegociación se firmaban bajo la mesa, ¿les suena familiar?, y era 1840 y tal como se recoge en el bien documentado libro de Quiroz que citamos al inicio se decía Ciertamente, en ningún país de la cristiandad está la pureza judicial menos por encima de toda sospecha como en el Perú, y en ninguno puede tenerse menos confianza en la integridad de los magistrados y así hemos transcurrido casi 200 años. ¿No nos hartamos acaso?
Ahora Odebrecht y su imperio se desmoronan, aunque aquí nuestros fiscales se sientan a negociar y todavía se evalúa si se les incluye como investigados, mientras que en otros países a esta misma empresa se le cierra, se le embarga y se encierra a sus directivos para investigarlos, aquí nuevamente armamos el circo mediático y las verdades se dicen a medias.
La política de lo mediático y Las trampas del capital
El que el escándalo estalle ahora no quiere decir que las irregularidades no hayan estado a la vista de las instituciones encargadas de fiscalizar, de ejercer control sobre los procesos de licitación, los contratos, las adendas, los innumerables Decretos de Urgencia que gobierno tras gobierno se dictaban siempre para favorecer a las empresas y los consorcios que multiplicaban millonariamente sus ganancias, además de los 35 arbitrajes que ganó la empresa contra el Estado Peruano, de 41, y que le significaron una ganancia de 273 millones de dólares entre los años 2003 y 2013. Es decir que no solo vinieron, sobornaron a cuanto funcionario pudieron para hacerse de los contratos y las adendas millonarias, sino que además demandaron al Estado Peruano 41 veces y ganaron 35. Una práctica que el gran capital empresarial y, ojo, no solo el brasileño, están acostumbrados. Un estudio de la Contraloría reveló el 2015 que el Estado peruano había pagado más de 1128 millones de soles a diferentes empresas contratistas por causa de arbitrajes perdidos.
Que ahora todos quieran rasgarse las vestiduras no quiere decir que no se haya sabido. Desde la época de Fujimori se impulsó con mayor celeridad esta práctica de promover una legislación que favorezca al gran empresariado, que para eso se hizo tambipen el golpe del 92 y se cambió la constitución el 93. Nuevamente Quiroz en este libro que deberían tener todos en el Perú, afirma en su capítulo sobre la participación del sector privado que los fondos para el soborno de la década del 90- se reunían considerablemente de este sector, el cual brindó, a la maquinaria de Montesinos-Fujimori una fuente importante para corromper y dominar la estructura de poder Al respecto es importante no olvidar como empresas como Luchchetti y Newmont aportaron millones de dólares a la campaña de Fujimori y que ponían en manos de Montesinos.
Sin ir muy lejos, no es extraño que el 2016 empresas de movistar y Claro se hayan visto beneficiadas con un fallo del Tribunal de INDECOPI para dejar de pagar al Estado más de 247 millones de soles por concepto de canon radioeléctrico.
De tal manera que donde volteemos a mirar las pus seguirá saltando, Don Manuel, pero en los grandes medios parece que nos quieren convencer que la corrupción solo la debemos mirar de un lado, el problema es que a mí cuando la gran prensa y los grandes medios empiezan a repetir en coro que la verdad es A es porque solo quieren que se sepa esa parte de la verdad y los dueños de los medios impulsan todas las baterías en un solo sentido. Sospecho del coro mediático, porque aquí no sólo se trata de Odebrecht, Toledo, Humala que parecen ser los señalados para desfilar ante la cámara que en el Perú es circo, ya hemos visto esto antes, si la justicia es justicia el mismo rigor debería alcanzar a García, a Keiko, el propio presidente Kuczynzki, que firmó tantos de los decretos que favorecieron a las empresas, y a tanto congresista de quienes se sabe recibieron para sus campañas fuertes sumas de dinero de diferentes fuentes del sector privado.
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