Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

lunes, 26 de febrero de 2018

EL PARO AGRARIO Y LA URGENTE NECESIDAD DE UNA POLÍTICA AGRARIA RURAL

Por: Henry Córdova Bran

El reciente paro agrario de los productores de papa de la sierra central del Perú puso nuevamente la alerta sobre la situación del agro rural en el Perú. El gobierno ha reaccionado como se reacciona frente a un incendio. Sin embargo, el problema tiene temas más de fondo y tiene que ver con una crisis estructural del agro en todo el país.
El Perú ha vuelto a repetir el guion trágico de su historia. Un Estado inoperante y alejado de los problemas centrales de sus ciudadanos, un sector social -una vez más campesinos y campesinas en su mayoría- cansado del abandono que toma la protesta social como único mecanismo de llamar la atención, el Estado que reacciona con su brazo represor, el saldo de dos muertes -campesinos pobres otra vez- y decenas de heridos que lamentar. La solución, acuerdos que expresan tácitamente el reconocimiento de la debilidad del Estado, pero que no parecen abordar el problema de fondo.

El paro agrario ha sido protagonizado por productores y productoras de papa de la sierra central sobre todo de las regiones de Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cerro de Pasco y Huánuco. Sin embargo, este conflicto se inició en enero con el reclamo de productores de papa de 12 regiones, que hicieron un paro de 72 horas por la caída del precio de la papa y la falta de atención del gobierno. En las dos ocasiones el gobierno ha reaccionado de la misma manera, reduciendo el problema a un tema de sobre producción y la solución a la compra de los excedentes. Los otros 16 puntos que contiene uno de los acuerdos firmado el 01 de febrero son declaraciones de intención para el mediano y largo plazo, entre los que destacan garantizar el acceso a crédito de los pequeños productores agrarios a través del fondo AGROPERU con tasas de interés del 5% y 10%, y promover programas de industrialización de la papa. La pregunta es: ¿necesita el gobierno siempre de un desborde social para darse cuenta de que necesita urgentemente una política agraria rural?

La política agraria ausente y los beneficios presentes

El problema de los productores de papa no debe ser visto como una noticia aislada, sino como una alerta de un problema mucho mayor: la crisis del agro nacional, la ausencia de una política agraria que afecta a más de dos millones de campesinos y campesinas y a la producción de alimentos en nuestro país.

Veamos por partes. El gobierno se ha limitado a ver el problema de la papa y ha establecido medidas para remediar la crisis de la sobre producción y de los precios bajos. Esa medida quizá sirva para apagar el incendio, pero no asegura que las llamas se reaviven con los mismos productores de papa o en otros sectores. Entre otras cosas porque como han mencionado economistas como Pedro Francke “la medida es demagógica porque no ataca las causas del problema, es decir, no aporta ninguna solución de fondo” uno de los inconvenientes es que a la velocidad con que el Estado compra, para cuando el MEF autorice los acuerdos planteados los excedentes de la papa estarían ya malogrados.

Francke ha aludido también a que hay un problema creciente en el mercado de alimentos y que sería una de las razones de la reciente crisis de la papa. Durante los últimos años y sobre todo a raíz de la firma del TLC con EEUU y con otras economías, se ha venido bajando los aranceles de productos alimenticios como el trigo, el maíz o la soya, con los cuales también compite la papa y otros productos nacionales en el mercado interno. Sobre todo, el 2017 se han incrementado las importaciones de estos alimentos por más de 2500 millones de dólares “todo esto -afirma Francke- ha afectado fuertemente al mercado nacional de alimentos y a los productores agropecuarios”.

En un corto diálogo con Andrés Luna Vargas, ex dirigente de CONVEAGRO en Piura, nos manifestó que “aquí en el Perú los gobernantes fueron más allá de lo establecido en los TLC, como por ejemplo en el 2008 durante el gobierno de García acabaron con los aranceles o los redujeron a la nada, a partir de allí ha venido creciendo la importación de trigo y sucedáneos”. En efecto, ya por aquellos años el Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES alertaba sobre la política arancelaria del Perú “hay que tener en cuenta que productos como el trigo, maíz, arroz, azúcar y lácteos a nivel internacional están distorsionados gracias a subsidios y ayudas internas que reciben y hacer una rebaja arancelaria podría afectar en el largo plazo puesto que los precios de estos productos pueden disminuir y países como Perú no tendrán mecanismos de defensa ante el ingreso de productos más baratos”. La alerta estaba dada hace casi diez años.

Eduardo Zegarra, investigador principal del Grupo de análisis para el desarrollo – GRADE va más allá y afirmó recientemente que “lo que hacen los gobiernos es priorizar a la gran exportación que ha tenido TLCs, ley de promoción agraria, regímenes laborales favorables, negociados para la obtención de extensos territorios, frente a una pequeña agricultura que no recibe atención y con un MINAGRI debilitado”. El Estado una vez más favorece a la gran empresa.

En efecto, el MINAGRI es una de las carteras ministeriales más débiles en el Estado y carece de una política agraria dirigida a los pequeños agricultores. Andrés Luna afirma que “no hay ninguna instancia en el MINAGRI o en el Estado central que tenga esta visión de desarrollo rural territorial, son absolutamente sectorialistas y desarticulados de los GOREs y de los Gobiernos locales. Si se mira el presupuesto para el sector agricultura del 2018, de los más de 157 mil millones de soles, solo 2 mil millones están destinados a este sector, es decir, alrededor de S/.1.27 por cada S/.100. Si se suma lo que se destina a los GOREs y Gobiernos locales llega a 3693 millones de soles, el 2,3%. Poquísimo y mal gastado”.

Lo que ha hecho el paro agrario de los productores y productoras de papa es desnudar uno de los aspectos más nefastos del Estado: el abandono de la pequeña agricultura. Pese a que el año 2015 se aprobó una Estrategia Nacional de Agricultura Familiar, y luego la ley N° 30355 de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar, ambas normativas no parecen ser parte del interés del Estado central. En CEPES manifiestan que “actualmente la Comisión Multisectorial de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar está culminando la preparación del Plan de ejecución de estas normas (a pesar que el ministro renunciante Hernández no se compró el pleito)”


El Estado no parece entender la urgencia de una política agraria rural como no entiende por qué las masas de campesinos y campesinas se movilizan. 

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