Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 20 de febrero de 2014

LA IMPORTANCIA GEOPOLÍTICA DE LA CELAC

Por: Henry Córdova Bran

“Hacer del siglo XXI el siglo de América Latina y el Caribe” fue la consigna bajo la cual se fue construyendo, paso a paso, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC. Tras la última cumbre de esta comunidad realizada en La Habana, el 28 y 29 de enero, la integración se hace cada vez más trascendental y su posicionamiento geopolítico más importante.

Es poco posible referirse a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños sin pensar en la historia de nuestra América. Porque es la larga historia de búsqueda de una real independencia la que ha conducido, más de 200 años después, a la formación de la CELAC y a su ya indiscutible posicionamiento en la Comunidad Internacional.

Todavía se puede recordar al presidente Hugo Chávez aquel 02 de diciembre del 2011 en Caracas, frente a los 33 Estados latinoamericanos y caribeños, representados en su gran mayoría por sus jefes de Estado, en el discurso que enarbolaba los motivos por los cuales era necesario e histórico ese momento. En aquella oportunidad Chávez nos hizo recordar las palabras de Bolívar en 1811 frente a la Sociedad Patriótica “pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad sudamericana, vacilar es perdernos” con esas mismas palabras el entonces presidente venezolano llamaba a los 33 países a dar el paso fundamental de formar una comunidad de naciones íntegramente latinoamericana y caribeña, sin la presencia de EE.UU y Canadá. Y así lo hicieron.

¿Por qué es importante la CELAC?

Porque constituye un esfuerzo real de integración constituido exclusivamente por Estados latinoamericanos y caribeños, con raíces históricas, culturales y aspiraciones comunes. Porque se reconoce como una comunidad entre iguales y que se diferencia drásticamente de la Organización de Estados Americanos (OEA) precisamente por esto, ya que al no ser parte de ella EE.UU ni Canadá, no responde a los intereses imperialistas que en más de una ocasión ha mostrado principalmente EE.UU.

En el mundo actual es necesario la formación de esta comunidad como un mecanismo de integración para hacer frente a las constantes crisis económicas, políticas, ambientales y militares que se vienen presentando en el mundo especialmente en las últimas dos décadas.

En la recientemente finalizada II Cumbre de la CELAC, realizada en La Habana, el presidente de Cuba, Raúl Castro, afirmó que “debemos establecer un nuevo paradigma de cooperación regional e internacional. En el marco de la CELAC tenemos la posibilidad de constituir un modelo propio adaptado a nuestras realidades, basado en los principios del beneficio común y la solidaridad” y es que algo distingue la CELAC de otras comunidades de integración, su espíritu latinoamericano y caribeño que hace tan próximos a los países, dónde incluso el protocolo cuadriculado que se usa en otras latitudes da paso a la espontaneidad del alma latinoamericana y caribeña.

Geopolíticamente la constitución de la CELAC les otorga a sus Estados miembros la posibilidad de instalarse en la Comunidad Internacional con la fuerza que no podrían alcanzar de manera individual o como bloques subregionales. Basta con anotar algunas de las ventajas geopolíticas con las que cuenta el espacio que cubren los países miembros de la CELAC: tiene un mercado de 550 millones de personas, es una de las regiones más importantes en la producción y exportación de materias primas; sólo Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo en el mundo y como región concentra en su subsuelo las segundas mayores reservas de petróleo y una de las más grandes reservas de gas natural; asimismo, cuenta con la mayor riqueza de biodiversidad en el mundo; aproximadamente la mitad de su superficie, casi 20,5 millones de Km2 corresponde a bosques y selvas; tiene el 30% de las fuentes de agua dulce y su ubicación estratégica le da salidas a los mares del pacífico y el Atlántico. Todas estas características hacen de esta región, de manera conjunta, una de las más importantes del globo, y por lo tanto una de las que despierta mayores codicias para los grandes bloques y potencias que manejan los hilos de la política y la economía global. De allí que no es descabellada la frase de “hacer del siglo XXI el siglo de América Latina y el Caribe”.

Pero Raúl Castro también ha mencionado los grandes retos a los que se enfrenta la región. En efecto, y citando cifras oficiales de la CEPAL, América Latina y el Caribe alcanzaron en el año 2012 un 28,2% de tasa de pobreza, lo que constituye casi 164 millones de personas; 11,3% de pobreza extrema, equivalente a 66 millones de habitantes; y una preocupante tasa de pobreza infantil que afecta a 70,5 millones de niños, niñas y adolescentes, de los cuales, 23,3 millones sufren un estado de pobreza extrema. La desigualdad que sigue castigando a América Latina y al Caribe se ve reflejada en el hecho de que el 10% más rico de la población latinoamericana recibe el 32% de los ingresos totales, mientras que el 40% más pobre recibe solo el 15%. El presidente cubano afirmó en su discurso que “los pueblos de América Latina y el Caribe demandan y requieren una mejor distribución de las riquezas y los ingresos, el acceso universal y gratuito a una educación de calidad, el pleno empleo, mejores salarios, la erradicación del analfabetismo, el establecimiento de una verdadera seguridad alimentaria, sistemas de salud para la totalidad de su población, derecho a una vivienda digna, al agua potable y al saneamiento” Tales son los retos que se tienen por delante.

Así las cosas, la CELAC busca olvidar el pasado en el que se le consideraba a esta región como el “patio trasero” de los EEUU o cómo satélites de potencias imperialistas que desde siglos atrás han ejercido su influencia política, económica y militar, el hecho de que la Cumbre se haya realizado en La Habana constituye simbólicamente el rechazo al imperialismo en todas sus formas. La presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, que resaltó los logros del sistema de salud cubano y la ayuda solidaria que brindan los médicos cubanos en muchas partes del mundo, es igualmente un hecho histórico. En la II Cumbre de la CELAC también se ha dicho que América Latina y el Caribe es un espacio de paz y además libre de colonialismos, rechazando toda intervención extranjera en sus territorios. A pesar de las diferencias que existen entre sus estados miembros, la CELAC parece encaminada hacia el posicionamiento de América Latina y el Caribe en la escena internacional con dignidad y la fortaleza que sólo la integración es capaz de conseguir.


Como decía un viejo estribillo que más de uno recordará “alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolivar por América Latina”.

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