Por Reynaldo Cruz Zapata
Satanas. Es Jueves en Catacaos, año 2011, la Semana Santa ha empezado con una crónica policial que se ha difundido con una velocidad luz, a través de medios escritos y virtuales, Guerra Santa, ha titulado un diario, con énfasis sensacionalista. Que se vaya. Se escucha desde la plaza de armas del distrito, niños, mujeres y otras voces se suman en lo que definen la defensa de una tradición religiosa.
La fe mueve montañas dicen los creyentes, el desentendimiento mueve a las masas piensan los políticos. Lunes por la noche, 300 o más personas atacan el edificio Municipal de Catacaos, la noticia llegaría al amanecer del día siguiente en los diarios locales, al medio día, ediciones de medios virtuales postean las incidencias, para la noche, los telediarios nacionales se unirían a esa cadena mediática de difundir la información.
Si, si. Ha respondido Castro López, el alcalde a la interrogante ¿Usted es católico? expresada por un periodista local. El párroco de la iglesia San Juan Bautista, ha confirmado la afirmación del burgomaestre, es cristiano, romano y apostólico desde el bautizo. 15 detenidos, 15 mil dólares en pérdidas materiales en el palacio municipal, 7 días de tensión social, son parte de las cifras que nos dejan la última semana santa en Catacaos.
No es la primera vez que se origina caos a consecuencia de una inadecuada comunicación durante la Semana Santa en la llamada Villa Heroica, el Sábado Santo de 1995, el párroco de ese entonces, intento cerrar el templo como se hace en todo el mundo, acción que originó un enfrentamiento verbal con el procurador del Santísimo y otros fieles.
Noche del último Viernes Santo, el balcón vecino del palacio municipal ha cedido ante su antigüedad, 5 de las 20 personas que se encontraban en han caído 5 metros, mientras observaban el paso de los santos en la Calle Comercio. Seguridad me digo, seguridad, eso falto comunicar, coloco mis manos en los bolsillos, hay que estar a la defensiva, si uno se descuida le quitan las monedas y otros objetos de valor.
Seguridad quería el alcalde al trasladar los comerciantes al campo ferial. El domingo de resurrección Castro López ha pedido perdón, el fantasma de la revocatoria se va alejando de a poquitos, los fieles vuelven a casa. Los periodistas regresan a cubrir noticias de la segunda vuelta electoral, los incidentes policiales y otras yerbas del mejor oficio del mundo, todos retornan al regocijo del trabajo, la escuela u otra ocupación. ¿Quién ha perdido? ¿Quién ha ganado?, me pregunto.
La tradición religiosa, no es la feria, que de artesanal tiene poco, ni el recorrido de los Santos, pero es mejor no discutir eso, si no quiero que me llamen hereje. Así somos de complejos, creemos que nuestra fe es grande, pero si le preguntáramos a cualquier ciudadano de a pie, que es lo más representativo de la Semana Santa de Catacaos, correríamos el riesgo que nos respondan, con algarabía “Los siete potajes”, aquella costumbre culinaria, que en algún momento de los más de 450 años de fervor religioso se sumo a las actividades de esta celebración.
Satanas, me dice una voz en mi interior, rojo grita alguien, mientras recuerdo el film la lengua de las mariposas. Definitivamente hay varios puntos por repensar en medio de la postmodernidad, globalización y una tradición en un país con una variedad de sincretismo religioso como el nuestro.
Fuente:
- Medios de comunicación.
- Cofradías y celebraciones: Religiosidad y política en Catacaos. Alejandro Diez Hurtado
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