Este blog es un esfuerzo por contribuir en la difusión de información, artículos de opinión y demás géneros periodísticos que muchas veces no se muestran en los medios de comunicación oficiales. El nombre La Acción Escrita es tomado de un libro de Genaro Carnero checa acerca del periodsimo de José Carlos Mariátegui.

jueves, 14 de septiembre de 2017

EL LARGO DÍA DESPUÉS DE LA CAÍDA DE ABIMAEL GUZMÁN

Por: Henry Córdova Bran

En estos días hemos asistido a una exposición mediática al cumplirse 25 años de la captura del cabecilla de Sendero Luminoso: Abimael Guzmán. La prensa vuelve a hacer espectáculo de la historia y las preguntas que debiéramos hacernos pasan a un segundo plano, o simplemente no se formulan y lo que es peor, no se responden. ¿Cuáles son estas preguntas?

Abimael Guzmán, alias “presidente Gonzalo”, fue capturado un 12 de setiembre de 1992. El máximo líder de Sendero Luminoso, no cayó en un combate como parte de la guerra popular que pregonaba, como habría caído un revolucionario de verdad, si eso aspiró a ser alguna vez. Abimael Guzmán fue detenido mansamente, en una casa de clase media de Surquillo, en Lima, donde se ocultaba. Abimael Guzmán cayó, tras un exitoso operativo policial, como caen los delincuentes.

Desde entonces han pasado 25 años. Aquel mismo año de 1992 Alberto Fujimori, meses antes de la captura de Guzmán en la que nada tuvo que ver, había implantado una dictadura cívico militar que se perpetuó en el poder hasta el año 2000. El año 2003, tras la caída de la dictadura, se entregó el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que buscó revelarnos qué pasó exactamente durante los años de la guerra interna, en la que Sendero Luminoso, el MRTA y el propio Estado cometieron las más grandes vejaciones a los derechos humanos contra la población peruana. La CVR también emitió recomendaciones para que estas páginas de nuestra historia no vuelvan a repetirse.

Un largo día que ya dura 25 años

En gran parte del Perú se pensó que tras la captura de Abimael Guzmán, Sendero Luminoso se desmantelaría. En efecto, por la naturaleza mesiánica que tenía el “presidente Gonzalo” su captura,  su condena a cadena perpetua y el famoso acuerdo de paz que éste firmó con Fujimori, supuso el debilitamiento casi completo de la estructura del llamado Partido Comunista Peruano – Sendero Luminoso.

A 25 años de distancia de aquella captura, y en un contexto en el que algunos de sus miembros condenados a cadenas que superaron los 20 años de prisión empiezan a salir en libertad, los medios de comunicación y un sector de la clase política, han encendido las alarmas de un probable rebrote del accionar de Sendero Luminoso, de manera abierta o bajo la fachada del MOVADEF, su actual brazo político. El problema es que esa tesis reduce a creer que el problema sólo se trata de que el terrorismo y los años de violencia que vivió el país son producto de hombres y mujeres dementes o desquiciadas cuyo fin único es matar y causar terror. Este razonamiento nos conduce a la posibilidad de permitir que el Estado actúe de manera arbitraria y represiva contra cualquiera que con razón justificada o no sea tildada de cometer actos o tener predisposición hacia el terrorismo.


Es aquí donde no debemos dejar de hacernos otro tipo de preguntas y retomar un debate que debió ser parte de una política de Estado desde el día siguiente después de la captura de Abimael Guzmán y la derrota militar de Sendero Luminoso. Preguntas como: ¿En qué contexto surgió una organización política como Sendero Luminoso y porqué su discurso y su accionar se afianzó de tal manera que llegó a estar cerca de jaquear el centro del poder del país? ¿En qué ha cambiado el Perú después de estos 25 años para evitar que un discurso como el de Sendero Luminoso vuelva a calar entre amplios sectores de la sociedad peruana? ¿Qué lecciones aprendimos tras el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación? ¿Qué país somos ahora y que país debemos apuntar a ser?

Responder a estas cuestiones nos alejarán del discurso estridente de los últimos días y nos llevarán a un debate más serio y central. Al respecto nos permitiremos anotar algunas cuestiones. Es importante recordar, por ejemplo, el contexto en que surge Sendero Luminoso a finales de la década del 60 al separarse de la vertiente del PCP-Bandera roja de tendencia Pro China. El libro de Carlos Iván Degregori “El Surgimiento de Sendero Luminoso” da algunas luces al respecto. Sobre el porqué SL nace en Ayacucho, el estudioso afirma que “SL no hubiera podido nacer en cualquier lugar de la sierra, aunque allí hubiera similar pobreza, atraso y opresión gamonal”. Luego, Degregori afirma, analizando el contexto ayacuchano de la época, que “las cifras prueban de manera contundente que, dentro del desarrollo desigual y centralista que tiene lugar en el Perú, Ayacucho y sus vecinos, Huancavelica y Apurimac, resultan ser el ámbito más deprimido. No únicamente pobre. Para explicar la situación ayacuchana es necesario tener en cuenta, además de la pobreza, la explotación terrateniente, la opresión servil y la discriminación étnica”.

El Perú sigue siendo un país con desarrollo desigual y centralista, con zonas rurales andinas y amazónicas de mucha pobreza, con situaciones laborales con características opresivas y serviles y que no termina de reconocerse como un estado pluricultural, lo que condena aún a los pueblos originarios a situaciones de discriminación étnica ¿no fue esta una de las causas del Baguazo también? En los años de mayor crecimiento económico, 2009, las cifras revelaban que mientras la pobreza rural llegaba a 21%, la pobreza rural alcanzaba al 60%. En un distrito como el de Río Cenepa en la Amazonía peruana, los niveles de desnutrición, en niños y niñas, alcanza el 53%. Pese a que los índices de pobreza monetaria se han reducido, las brechas sociales se han mantenido y hasta se han acrecentado. Precisamente, “cerrar las brechas de todo orden” fue una de las principales recomendaciones de la CVR y esta no se ha cumplido.

En el Congreso latinoamericano de derechos humanos del 2013, Ramón Pajuelo, ex miembro de la CVR nos recordó que “la verdad incómoda consiste en que la Comisión demuestra […] el entrecruzamiento existente en el Perú, entre diferencia étnica y desigualdad ciudadana. Es decir, el hecho conocido por todos de que en Perú vivimos una situación de brechas de desigualdad en relación al acceso a la ciudadanía”. Pajuelo advierte que esta situación ha cambiado muy poco en el Perú y que “En este contexto, con todas las diferencias respecto al escenario previo, tenemos un escenario en el cual se están incubando formas de conflictividad social que responden al escenario actual pero que tienen una relación con el pasado”.


Ha cambiado poco el Perú. Finalmente Sendero Luminoso fue la respuesta demencial frente a un Estado que históricamente no ha sido capaz de resolver las brechas que no nos dejan ser un país de verdad. No será el fantasma entre rejas de Abimael Guzmán el que nos pueda precipitar a una nueva situación de escalada de la violencia política; sino la permanencia de este Estado viejo, criollo, corrupto y caduco; y ese es un debate que no nos estamos permitiendo tener.

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